Arzhvael (libro 10. Criaturas Mágicas)

Cap. 51 Cacería

 

Entre tanto, los que se habían quedado con Iker lo estaban pasando verdaderamente mal al verlo a él soportando aquel inhumano sufrimiento.

  • ¡Cretino infeliz! – exclamó Iván sorprendiendo a los presentes
  • ¿Iván? – dijo Sam
  • Papá, las cosas…
  • ¡No te atrevas a defenderlo, Nathaniel Vladimir! – exclamó interrumpiendo a su hijo – Míralo – dijo señalando a Iker – Está así por su culpa

Nat sabía eso tan bien como Iván y estaba consciente que el responsable de la transformación de Iker era Ioan, pero en realidad y para él, seguía siendo más culpa suya que de nadie por haberse negado a ser transformado. Las cosas no mejorarían al menos para Nat, porque a partir de ese momento su culpa aumentaría de forma exagerada y pensaría además que era un ser egoísta y quizá peor que Ioan, porque sin duda y siendo portador de sangre vampírica, él no habría sufrido ni la mitad de lo que estaba sufriendo Iker.

La situación de Iker era en verdad desesperante, de modo que Samantha que había permanecido a cierta distancia recordando lo que había dicho Iván con relación a lo que su energía le hacía al chico, no lo resistió más dada su inclinación ayudar.

  • Iván – llamó y él se giró un poco – ¿De veras no hay nada que podamos hacer?
  • Ya sabes que no
  • ¿Por qué no? – preguntó Gema
  • Porque es un vampiro y nuestra energía no le sirve de mucho – dijo Sam evitando mencionar que no solo no le servía, sino que podía empeorar la situación
  • Eso no es cierto, porque el día que los encontramos, yo pude ayudar a Izek

Aquello causó la sorpresa de Sam y la incredulidad de Iván, pero fuese cierto o no, no podían arriesgarse con Iker, pues estaba en muy malas condiciones. De manera que Sam se concentró en estabilizar a Gema que estaba muy alterada, pero notó dos cosas, aunque la primera la dudaba y la segunda le causó una enorme sorpresa.

  • ¿Iker? – dijo Iván en un momento en el que él se quedó muy quieto – ¿Iker me escuchas? – insistió y él abrió los ojos
  • A…yúda…me
  • Lo haré

Iván se sintió sumamente miserable, porque, aunque en realidad en ese momento eso era lo que más quería, no tenía idea de cómo hacerlo. Cuando Iker perdió el sentido, Iván le permitió a Gema acercarse.

  • Él nunca me haría daño – dijo ella mientras pasaba su mano por los empapados cabellos de Iker

Tanto Sam como Iván habían intentado proteger sus pensamientos para que Gema no se enterase del daño que le hacía a Iker su energía que era muy parecida a la de Sam, de modo que habían estado diciéndole que en aquel momento Iker era peligroso y era por eso que la chica había dicho aquello.

Iván decidió transportar a Iker a la casa, pues comenzaba a anochecer y no era buena idea permanecer en el bosque. Sin embargo, y a pesar de que todos confiaban en la habilidad de Elijah, y a pesar de que Iván había advertido que posiblemente aquello iba a tomarles algo de tiempo, comenzaban a preocuparse pues Iker se debilitaba.

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Todos los miembros de la familia estaban muy preocupados, o al menos los que se encontraban en Averdeen, porque los que habían atendido el llamado de Elijah, en aquel momento estaban buscando diversas formas para protegerse del inclemente frío del lugar en el que se encontraban dada la imposibilidad de hacer fuego, pues eso alertaría a los Uzkys.

Mael junto a su escuadrón que estaba especializado en la cacería, habían dado finalmente con una guarida, pero estaba anocheciendo y él sabía que aquellas criaturas eran mucho más peligrosas durante la noche que era cuando tenía lugar la transformación hacia su aspecto más salvaje.

  • Tendremos que esperar – les dijo
  • ¿Esperar? – preguntó Dreo
  • Padrino, Iker está muriendo – dijo Brendan a su vez
  • Lo sé, pero no lo ayudaremos si no hacemos las cosas como se los estoy diciendo

Los chicos no discutieron más, pues sabían que los berserkers eran una autoridad en todo lo relacionado con esas criaturas, pero por encima de eso, confiaban ciegamente en Mael. Pero todo lo anterior no hacía que la situación resultase más cómoda.

  • ¿Por qué demonios no podemos evitar que esos condenados bichos detecten el fuego del mismo modo que bloqueamos nuestra presencia? – preguntó Erik quien en cualquier caso no debía estar allí

Normalmente, y aunque había entre los arzhaelíes chicas muy poderosas, no solían participar en las cacerías de Uzkys por lo que algunas tachaban a Mael, que era el comandante en jefe de aquella división, de discriminador y sexista. De nada había valido que tanto él como Iván, y más recientemente algunos de sus parientes, se esforzaran en explicarles lo duras y peligrosas que eran las cacerías. A pesar de todo lo anterior, con Eve y con Lyseryd habían perdido la batalla, y aunque solo en algunas ocasiones se habían embarcado en alguna cacería de lo más inopinadamente, pues ni siquiera pertenecíana la orden aun, no era lo habitual, pero siendo que en aquella ocasión estaban allí, fue la segunda la que le respondió a Erik.

  • No se puede, porque la energía de los elementos de la naturaleza no es susceptible a ser bloqueada – le dijo Lyseryd
  • Bichos asquerosos – murmuró Erik mientras se cubría con su abrigo




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