Arzhvael (libro 10. Criaturas Mágicas)

Cap. 60 Masacre

 

En lo que tenía todo el aspecto de una bodega en desuso, un par de chicos se paseaba por el techo de la misma.

  • Es todo un caramelo esa nena – dijo uno
  • Es dinero – masculló el otro
  • Claro, pero a menos que seas ciego, no me negarás lo otro – pero como el sujeto no contestó, agregó – Seria una pena matarla ¿Crees que Jacques nos deje divertirnos un poco antes?
  • No estamos aquí para divertirnos
  • Pues él lo hace todo el tiempo, no veo por qué no iba a…
  • ¡Cierra la maldita boca o voy a arrancarte la lengua!
  • Ese, es un placer que tendré yo y no tú, mal nacido

Los dos sujetos se giraron con la sorpresa pintada en los rostros, pero sin duda no era tanta como la que les sobrevendría al ver a los dos individuos que se acercaban. Más allá del hecho insólito de que hubiesen llegado hasta allí sin que los notaran, estaba el de que parecían estar flotando, y sumado a lo anterior, no estaban muy seguros de que estuviesen viendo con corrección, porque aparte de que era imposible que alguien se mantuviese en el aire sin ningún elemento de sujeción, uno era reflejo del otro, de manera que el hablador se juró a sí mismo que jamás volvería a probar las porquerías a las que era adicto, aunque a decir verdad, las probabilidades de que hiciese cualquier cosa en su vida eran tristemente escasas, al menos para él, por lo posiblemente breve de su existencia.

Si bien los berserker no estaban siendo de mucha ayuda por lo dicho por Thorheld y de hecho estaban sintiéndose fatal con el ruido de las bocinas, la contaminación causada por los escapes de los coches y por las luces antinaturales de las que se rodeaban los firbolg, el grupo de Giulian y como había dicho Eugene, eran los mejores en lo que hacían, de manera que cuando los que habían entrado a la discoteca salieron y dieron la descripción del sujeto que con toda probabilidad había secuestrado a Aria, trabajaron a toda prisa encontrando la pista del individuo que incluía su piso, el coche que poseía y naturalmente las actividades a las que se dedicaba.

  • Jacques Clairet, señor – comenzó su informe uno de los chicos de Giulian –  25 años, traficante y secuestrador, posiblemente implicado en varias de las desapariciones que han tenido lugar en los dos últimos años. Las autoridades firbolg han intentado seguirle la pista, pero es astuto y… – el chico hizo una pausa que los que lo conocían pensaron era involuntaria, aunque no era así y solo no le gustaba lo que iba a decir
  • ¿Y qué, con un demonio? – preguntó Giulian mientras el joven miraba con disimulo a Jonathan
  • Ninguna de sus víctimas ha sobrevivido
  • ¡Demonios! – exclamaron todos los que se apellidaban Douglas
  • Tenemos que darnos prisa – dijo Ian
  • Creo que Iker y el otro tipo se nos adelantaron – dijo Patrick
  • Al igual que los gemelos – agregó Kevin

Giulian que se había girado a buscar a sus hijos, porque sabía lo viscerales que eran aquellos dos, emitió una maldición y les envió un rápido mensaje que fue contestado con inmediatez.

  • No fastidies, padre. Iker y su amigo parecen tener más idea que nosotros de dónde hallar a Aria

Iván y Nathaniel se miraron pensando que sin duda era así, el problema era que al menos Iván sabía que si Izek y Iker los encontraban, y siendo que el segundo, y aunque había demostrado mucho control, en aquella ocasión no iba a tenerlo, pues en principio Aria era su sangre, y segundo que, encontrándose en una situación como aquella, las consecuencias podían ser muy sangrientas. Mientras que Nat, y aunque estaba al tanto de lo mismo, en quienes pensó fue en los gemelos, porque a pesar de que llevaban años sin compartir, no había olvidado lo violento que podía ser aquel par, y en compañía de otros dos cuya característica principal era la violencia extrema, sacó las mismas conclusiones que su padre. De modo que en verdad debían darse prisa en darles alcance o no podrían detener un desastre que resultaría del todo imposible manejar con los firbolgs.

 

Entre tanto en la casa de los Clemmens, Samntha invertía toda la energía que podía en sacar a Elijah de aquella situación.

  • ¿Pero qué tiene? – preguntó Chantal

La madre de Daira, y aunque todos pensaban que sentía debilidad por Darien pues el gemelo la hacía reír mucho con su desfachatada forma de adularla diciendo, entre otras cosas, que era lógico que Jonathan hubiese perdido la cabeza por su madrina ya que la misma tenía una progenitora tan adorable, por quien en realidad la sentía era por Elijah, pues lo consideraba la criatura más dulce y hermosa del universo. Con relación a la apostura de Elijah era algo que nadie habría podido negar, pero con respecto a lo otro, la venenosa lengua de su nieta aseguraba que era muy discutible.

  • No sabemos con exactitud – le dijo Sam en tono de preocupación
  • Buenas noches – escucharon y los presentes se giraron con sorpresa

Misma que obedecía al hecho de que aquella era una casa con todas las protecciones imaginables y les resultaba insólito que un extraño hubiese podido atravesarlas y sin duda lo era, porque ninguno de los Clemmens conocía aquella voz. Sin embargo, como Daira y Sam sí, y si bien a Daira podría haberle sorprendido su presencia, no estaba como para prestarle verdadera atención a nada que no fuese la situación de su hija. En tanto que a Sam le extrañó poco y ni siquiera se giró a mirar.

  • ¿Quién…? – había comenzado Eugene extrayendo a toda prisa su Gwialen al igual que su padre
  • Vengo en paz y no soy un enemigo – dijo Zidan en tono pausado
  • Zidan – dijo Samantha a modo de saludo y presentación




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.