Arianell y por unos pocos minutos, fue lanzada a su no tan lejana infancia, porque en cuanto Elijah había despertado y una vez que se aseguró de que la chica por lo menos era plenamente dueña de su consciencia, en principio comenzó un apresurado registro visual y físico de las condiciones de su anatomía, aunque no lo hizo en silencio.
Después de eso y sin darle oportunidad a responder, comenzó a revisarle los brazos pasando seguidamente a apartar las mantas para examinar el resto del conjunto. En este punto Aria ahogó una exclamación, pues, aunque durante los segundos previos había estado disfrutando de la ternura del Elijah niño, en el presente ninguno de los dos lo era y su cuerpo experimentó la reacción previsible, pues, aunque él no estaba precisamente acariciándola, sino asegurándose de que todo estaba en el lugar correspondiente y en perfecto estado, la traidora anatomía de Aria lo percibió de forma diferente.
Como Elijah no estaba para nada convencido, siguió con su terca y veloz revisión y hasta que no le examinó hasta la última uña de los pies no estuvo tranquilo al menos con respecto a eso. Sin embargo, una vez que terminó con eso y después de las horas de angustia que había vivido, y aunque la mitad de las mismas había estado inconsciente, no habría sido inteligente esperar que su violenta ira no hiciese aparición.
Elijah estaba dividido entre el horror y la ira, porque a su juicio Aria no lo tenía y terminaría por meterse en un lío de proporciones inmanejables, de manera que comenzó a pasearse de un lado a otro lanzándole el más extenso de todos los discursos que le había largado en su vida, y cabe destacar que al menos en el caso de Aria, habían sido casi tantos como los que se habían rifado los gemelos. Arianell por su parte y como le había dicho recientemente a Jonathan, en verdad disfrutaba en forma grosera de la ira de Elijah, pero como además en verdad carecía de la cordura mínima necesaria, no guardaría prudente silencio.
Elijah no era ningún bebé desde hacía mucho tiempo y su vida amorosa era un caótico ir y venir de chicas de lo más variadas, de manera que si algo había perdido hacía mucho era la vergüenza que, en cualquier caso, escaseaba en cualquiera que se apellidase Douglas por alguna parte, sin embargo, al escuchar a Aria, enrojeció de forma violenta y en realidad parecía a punto de ahogarse, aunque esto no sucedió.
Aquel grito enfurecido sorprendió no solo a Aria, sino a medio hospital, porque seguido del mismo, cayó un rayo que impactó con violencia en la ventana destrozándola. Jonathan, Daira y Paul que conversaban unos pasos más allá, ya que Jonathan había detenido al läkare cuando éste iba a ver a Aria, corrieron hacia la habitación y fueron derribados por Elijah que la abandonaba en aquel momento a toda velocidad. Los dos hombres ayudaron a Daira a ponerse de pie y entraron a toda prisa.
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Editado: 28.11.2023