Arzhvael (libro 10. Criaturas Mágicas)

Cap. 70 Lejana despedida

 

Lo primero que Mael había registrado a nivel sensorial, había sido el cambio de temperatura, y aunque no era que a él le afectase en forma especial, lógicamente notó que ya su cuerpo no necesitaba generar el calor necesario para protegerse de las bajas temperaturas de Ebsjörn, pero al abrir los ojos, éstos parecían a punto de abandonar sus órbitas pues lo que estaba viendo era sin duda alguna Asgard. No obstante, no parecía un buen momento para estar allí, porque había dos individuos peleándose a gritos y él se llevó automáticamente las manos a los oídos, porque, aunque venía de estar escuchando a su hijo y a Aria gritar en forma desagradable, los actuales en realidad le producían dolor.

  • Vaya, vaya – dijo una voz desconocida para él – Se han vuelto unos visitantes desagradablemente frecuentes los pequeños berserker – continuó la voz en tono burlón – ¿Por qué tus criaturas pueden venir cuando se les antoja y las mías no?
  • Cierra la boca, Loki

Tanto la voz como la frase en sí, aclararon la posible curiosidad de Mael con relación a la identidad de aquellos dos personajes, pues la voz aparte de ser la propia, le había proporcionado también la identidad del otro. En cuanto Thor se giró Mael dobló una rodilla, pero lo primero que escuchó fue la risa de Loki.

  • Por mucho que te arrodilles no voy a perdonarte las muchas vidas que me debes, pequeño berserker

Aunque Mael hubiese tenido la intención de responder y no la tenía, igual no habría podido hacerlo, porque a continuación el Mjolnir de Thor salió volando y se clavó en el pecho de Loki enviándolo quién sabía dónde, pero debió ser muy lejos, ya que al menos de momento, no volverían a verlo.

  • Lamento el recibimiento held, Loki es un insensato
  • Señor, quien lamenta la irrupción soy yo, pero necesito asistencia, y aunque no era mi intención…
  • No tienes que disculparte, sabes que esta es tu casa. Dime qué necesitas y…

No obstante, se interrumpió y giró la cabeza mirando fijamente hacia un punto impreciso al menos para Mael y con una expresión que se le antojó de curiosidad más que de otra cosa.

  • Ven aquí – le dijo a Mael que se apresuró a obedecer

Thor movió su mano y el resultado fue como el de que acabase de pasar la mano por la superficie de un vidrio empañado, porque a continuación Mael vio algo que lo preocupó muchísimo.

 

En el momento en el que Elijah había registrado con corrección las palabras de Aria, sus ojos literalmente echaron chispas para sorpresa de Zoran por ejemplo que nunca lo había visto en aquel estado de furia, o al menos no en contra de uno de los suyos, pero casi inmediatamente comenzó a soplar un viento salvaje seguido de una furiosa tormenta a la que no tardaron en seguir los rayos.

Arkin había sujetado a Samantha y la tenía pegada al piso; Jarle y Jorvik se habían apresurado hacia Arianell, pero solo Jarle logró alcanzarla; y en el caso de los chicos, estaban protegiendo como podían a las niñas, pero como en realidad los que eran portadores de una fuerza superior eran menos, Brendan se ocupaba de Gali y de Gami, Vladi de Evrei y de Armelí, Iker de Gema y de Denielig, Izek de Sasha y Anielka; Eve de Megan y Atenea; y Lyseryd de Eurielle, aunque intentaba sujetar también a Michel. Sin embargo, el resto de los chicos que carecían de la fuerza de sus parientes estaban desprotegidos y fue hacia quienes se encaminaron los berserker.

Entre tanto Zidan se esforzaba tanto como podía por detener de algún modo a Elijah, pero finalmente tendría que rendirse ante la evidencia de que aquel chico era no solo poderoso, sino muy peligroso, especialmente si no aprendía a controlarse. Pero cuando todos los que tenían una visión, aunque fuese solo parcial de la escena, entraron en pánico, fue cuando vieron avanzar a Elijah hacia Arianell. El griterío no se hizo esperar, pero aparte de que habría sido improbable que Elijah escuchase algo a través del rugir del viento, o que viese algo estando ciego de ira como estaba, repentinamente desapareció de escena y toda la furia de los elementos que había desatado pareció desaparecer con él.

 

Mael, a quien se le había permitido ver lo que estaba sucediendo, sufrió el mismo ataque de pánico que experimentaron los demás, pero no alcanzó a hacer su petición cuando su hijo aterrizó a sus pies, y aunque nuevamente estaba inconsciente, lo prefería así que a punto de quitarle la cabeza a Arianell.

  • No te preocupes, va a estar bien y despertará en breve – le dijo Thor
  • Lo que me preocupa es justamente eso, porque no estará mucho más contento cuando lo haga y en realidad estará mucho peor
  • Se calmará
  • No es mi intención contradecirte, pero no lo conoces bien

Thor juntó las cejas en un gesto muy parecido al suyo cuando lo preocupaba algo, pero un momento después había cambiado de locación y Mael apenas alcanzó a ver que se trataba de una alcoba cuando su vista captó la figura de Eyra que se acercaba, así que inmediatamente adoptó la usual posición de respeto.

  • Mi señora
  • Me alegra volver a verte – dijo ella indicándole que podía ponerse de pie




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