Arzhvael (libro 10. Criaturas Mágicas)

Cap. 76 Amanecer

 

El amanecer del primer día del año había sorprendido a Jonathan dormido en la cama de su hija y con esta en brazos. La madrugada anterior y cuando había ido tras ella, pensó que tal vez Aria lo enviaría a paseo, pues sabía que si estaba de malas no querría compañía, pero no sería así.

  • Aria…
  • Déjalo papá – lo interrumpió ella – ya sé que vas a decir que no debo rendirme y todo eso, pero la verdad creo que no vale la pena
  • Lizzy también lo pensaba y creo que estaba mucho más lejos de conseguirlo que tú
  • Ah, pero es que la diferencia estriba en que tío Mael siempre ha sido capaz de amar, mientras que el cretino este no lo es y no quiere serlo

Desde su propia experiencia, Jonathan pensaba que había varios fallos en el discurso de su hija, primero porque él había sido uno de los mayores detractores del amor y recordó además lo mucho que había mortificado a Peter por haber decidido atarse tan neciamente a una sola mujer, pero más importante que eso era que sin importar lo poco dispuesto que se estuviese a enamorarse, aquel parecía un riesgo del que nadie estaba exento por mucho que lo deseara y él era la prueba de ello. Y, por otra parte, no era cierto que Elijah no fuese capaz de amar, porque ciertamente amaba a su familia, de manera diferente a la que Aria aspiraba, pero que fuese capaz de hacerlo anulaba su afirmación. Sin embargo, sabía que por aquel camino no llegaría a ninguna parte y probó otro.

  • De acuerdo muñequita, Elijah es un cretino estúpido, pero tú no y…
  • Y voy a olvidarlo – lo interrumpió ella

Jonathan estaba a punto de decir algo cuando fue interrumpido por la repentina aparición de Lirc. Lo primero que hizo fue sacar su Athame para enviar a aquel animal de vuelta al lugar del que había venido, fuera este el que fuere, cuando fue detenido por su hija.

  • ¡No! – exclamó Aria
  • Hija, es un Gistat y sabes que son una plaga – dijo mientras el bichito comenzaba a atacar sus botas
  • Basta Lirc, deja de hacer eso – le ordenó ella
  • ¿Lirc? – preguntó Jonathan
  • Ese es su nombre
  • ¿Esa cosa es tuya?

Jonathan preguntó aquello intentando ahogar la risa y solo él podía encontrar gracioso el asunto, ya que si por cualquier improbable motivo, aunque no necesariamente tenía que haber uno, su hija había tenido la brillante idea de adoptar a aquel bicho como mascota, Daira iba a matarlo a él, pues de todo lo que hacían sus hijos, la señora McKenzie se las arreglaba para echarle la culpa a él.

  • No, es de Jud, aunque a decir verdad ya no estoy muy segura
  • Vamos por partes – dijo Jonathan intentando salvar sus botas del ataque de Lirc – ¿Quién es Jud? ¿Y por qué si esa cosa es suya, está en tu habitación?

Aria había olvidado que su padre se había perdido una importante parte de los acontecimientos recientes, pero como aquella criatura era muy poco considerada y desagradablemente directa, se lanzó a una detallada explicación del asunto, y como cabía esperar, a Jonathan se le esfumó el buen ánimo, algo fácil de entender y de notar.

  • No comiences tú también, papá – le advirtió Aria – creo que eres más inteligente que el necio de Eli, así que no tendrás dificultad para notar que si Jud fuese una mala persona yo no podría estar ahora hablando aquí contigo

Independientemente de lo que todos pudiesen pensar, y esto incluía que Jonathan carecía de juicio, sin duda era inteligente y un excelente padre, porque se guardó muy bien de decir nada que enfureciese a su hija y lo que sí hizo fue prestar mucha atención a todo lo que ella estaba diciendo.

  • Puedo aceptar que los Uzkys siguen siendo criaturas salvajes y peligrosas, pero ustedes deben aceptar que no necesariamente todos deben serlo y Jud es la prueba. De manera que espero que me des tu palabra de que no vas a permitir que nadie lo mate ni vas a hacerlo tú, porque aparte de que sería la cosa más injusta que harías en tu vida, sería algo que no podría perdonarte
  • Hija, puedo darte mi palabra en el sentido de que no voy a despacharlo yo, pero lo injusto sería que me hicieses responsable por lo que puedan hacer los demás
  • Vamos papá, no soy estúpida – dijo mirándolo mal – tú eres un miembro del concejo arzhaelí y no van a desobedecerte, y por otra parte eres el padrino del cretino ese y para algo debe servir

Jonathan pensó que lo segundo serviría más bien de poco en el caso de que Elijah decidiese matar al fulano, pero hizo eso a un lado y abordó otro asunto de mayor importancia.

  • Aria, entiendo que por algún motivo le tengas aprecio a ese individuo
  • Su nombre es Jud – puntualizó – y se lo tengo, porque cuando Eli abandonó la escuela yo me sentía miserable pues lo echaba mucho de menos, y la compañía de Jud fue muy valiosa
  • Bien, supongamos que entiendo eso, ¿Pero has pensado en lo que quiere él?
  • Sé lo que quiere papá, pero ha respetado mi decisión y sabemos que habría podido secuestrarme en cualquier momento, pero no lo hizo
  • Que no lo haya hecho aún, no significa que no esté en sus planes y es un riesgo que no me gustaría correr
  • Creo que esa es mi decisión papá, y quién sabe, tal vez el universo nos está abriendo una puerta para mejorar las relaciones entre su raza y la nuestra




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