Al último lugar al que Garlan quería ir era a Averdeen, sin embargo, Alaric se ocupó diligentemente de llevarlo, pero una vez allí, Garlan buscaba desesperadamente la forma de controlar su genio que, si de ordinario no era precisamente agradable, en aquel momento era simplemente maligno. A pesar de lo anterior, notó que Alaric estaba no solo muy callado, sino solo y en exceso tranquilo cuando lo habitual habría sido que estuviese incordiando con los dos pares de gemelos o con Dreo y Vladimir, así que se fue derecho hacia él, pero Alaric pareció no notar su presencia, de manera que Garlan siguió la dirección de su mirada, pero como solo vio a una de las trillizas a quien identificó con rapidez como Galadriel pues Gema parecía pegada al desgraciado McKenzie, y Gamariel estaba haciéndole la vida miserable a Iván, agitó la mano frente al Arzhaelí.
Garlan estaba convencido, y en realidad todo el que lo conocía, que los Dioses habían olvidado darle algo tan útil y necesario como la paciencia, de manera que golpeó la cabeza de Alaric.
Garlan lo miró como si no hubiese dicho nada, pero cuando registró con corrección el asunto, volvió a golpearle la cabeza.
A Garlan le tomaría algunos segundos que lo dicho por Alaric encontrase una imagen correspondiente en su cabeza, pero con la arbitrariedad que lo caracterizaba, esa imagen casi le produjo un colapso, porque después de mirar a Alaric, giró la cabeza hacia donde estaba la trilliza y luego de nuevo hacia el arzhaelí, concluyendo que efectivamente aquel cretino estaba en muchos problemas, pero casi al mismo tiempo lo sujetó por la chaqueta y lo zarandeó.
Sin embargo, pareció encontrar improcedente apalearlo allí, de manera que lo arrastró hacia el jardín haciendo a un lado algo que, específicamente a él, molestaba mucho como era el frío.
No obstante, o bien Garlan no lo estaba escuchando, o no le interesaba complacerlo, porque siguió apaleándolo hasta que Alaric se cansó de esquivar golpes.
Los azuels ojos de Alaric, que normalmente parecían salpicados de destellos brillantes como los de todos los elfos de Garselid, en ese momento aparte de abrirse con desmesura, parecían más brillantes aún, pero por efectos primero de la sorpresa y seguidamente por la ira, y de allí pasó a ser él, quien sacudiese a Garlan.
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Editado: 28.11.2023