Arzhvael (libro 11. La ira de los Dioses)

Introducción

El último diciembre no había sido el mejor en la vida de los arzhaelíes, porque si bien había marcado el final del muy largo cautiverio de Nathaniel, Iker y Erskin, así como el descubrimiento de nuevas relaciones, no había estado exento de problemas y en realidad el nuevo año había dado pésimo inicio.

La raza arzhvael era casi tan antigua como el mundo mismo, y como todo conjunto humano o mágico, habían tenido que hacer frente a diversos conflictos de mayor o menor envergadura. Entre los más recientes se contaban el reinado de terror impuesto por Bastian, ya que aquello no fue un gobierno sino lo anterior; y pocos años más tarde se presentó la amenaza de Wreedheid de la mano del hijo del anterior.

Sin embargo, a pesar de que en el período de Bastian se habían perdido muchas vidas, fue más que todo por su obsesión de cazar a los gemelos Douglas y a quienes los protegían, pero aquel calzaba más en la categoría de contienda política que en la de guerra armada.

En el caso de Wreedheid, la comunidad ni siquiera tuvo conocimiento de la amenaza que se cernía sobre ellos, porque la situación fue manejada enteramente por la Orden Arzhaelí en apoyo a Samantha Douglas quien, en compañía de unos pocos elegidos, era quien por designio debía enfrentar a aquel ser.

Todo lo anterior lo habían superado con éxito, aunque no sin pérdidas tremendamente dolorosas como fueron los casos de los hermanos McKenzie, Peter y Will, Leomer, Eveska y Vlad, entre otros. Pero la situación actual era muy diferente, porque tanto lo mencionado como los combates de más vieja data, se habían dado entre dos grupos específicos en pugna, mientras que esta era la primera vez que se daba un enfrentamiento global que incluía a todas las razas, en la que las criaturas procedentes de la energía positiva se enfrentaban a la insólita alianza pautada por las originarias de la energía negativa, y que pretendían hacerse no solo con el control absoluto sobre las razas que poblaban su mundo, sino sobre los humanos también. Pero adicional a eso, estaban en la búsqueda de un valioso objeto cuya custodia le fue confiada a los arzhaelíes, y cuya posesión en las manos equivocadas, podía significar no solo el dominio sobre todas las criaturas mágicas o no, sino su extinción.

El escenario actual no puede ser más desalentador, los vampiros, por un lado, y aunque acababan de enfrentar un conflicto interno, se habían organizado con rapidez para atacar a los arzhvaels, y siendo que la organización de este ataque había estado a cargo de Gavrel, Ioan y Levka, las cosas habían salido mucho mejor pues lograron hacerse con el objetivo.

Los Drows cuyo objetivo secundario es minar las defensas de las comunidades élficas, se lanzaron con todo, aunque ellos tendrían menos suerte y las cosas iban a complicárseles mucho al menos a los que atacaron Garselid.

Y en el caso de los Uzky y si bien no formaban parte de la coalición que se había formado entre vampiros y drows, sino que tenían intereses propios y solo habían coincidido en el momento, tendrían muchos más problemas que los anteriores, aunque finalmente lograrían su objetivo a pesar de que el mismo sería alcanzado a un alto costo.

Ante este panorama, los arzhaelíes en alianza con los elfos y los berserkers, se verán forzados a enfrentar el mayor conflicto armado de su historia, pero como de costumbre, todos y cada uno de ellos, está dispuesto a luchar y a dar hasta la última gota de su sangre en defensa de todas las criaturas vivientes, de sus ideales de libertad, y el derecho a vivir en paz.




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