Cuando Aria se había materializado en Arx, aún iba pensando en los problemas que había tenido la pasada noche y preguntándose cómo era que había terminado en su casa, pensando además que debió preguntárselo a su madre, pero eso en realidad ahora importaba poco. Apenas se materializó y antes de dar un paso, Lirc apareció a su lado.
Sin embargo, Lirc haría algo que no había hecho nunca antes, porque mordió el borde de su pantalón y comenzó a tirar.
Pero como la criatura seguía tirando de ella, Aria se preguntó a qué obedecía aquel comportamiento y la luz se hizo en su cerebro.
Aria no lo dudó y cambiando de dirección, se olvidó de Arx y lo siguió. Apenas se había adentrado unos cuantos metros en el bosque cuando sintió unos fuertes brazos.
Teniendo en cuenta que estaban muy cerca de Arx, Aria coincidió con él al menos en su caso, porque si lo encontraban iban a encerrarlo de nuevo.
Uno de los grandes problemas de Arianell era su impulsividad, pero por extraño que pudiese parecer, en aquel momento, y, aunque quería irse lo más lejos posible del señor Berserker, pensó en su familia, sus amigos y en el mismo sujeto por causa de quien quería escapar, y fue justamente la seguridad de que no podría soportar escucharlo disculparse y luego hacerla responsable por lo sucedido para finalizar sermoneándola por su comportamiento y amenazándola con encerrarla hasta el día del Ragnarok, lo que finalmente la hizo tomar la decisión.
Pero antes de que ella pudiese contestar, ambos percibieron que algo o alguien se acercaba, y como no iban a quedarse para averiguarlo, Aria sujetó a Jud arrastrándolo en la desmaterialización. Primero se materializaron en Averdeen, pero rápidamente Aria volvió a desmaterializarse entendiendo que era el peor lugar al que podía haber ido y más en aquella compañía.
Como su propia casa estaba descartada, y siendo que ella no sabía nada de los últimos acontecimientos que implicaban la desaparición de su abuelo, decidió que ir a la propiedad de sus abuelos sería más seguro, pues éstos, y hasta donde sabía, estaban fuera.
Esto obedecía a que Jud estaba muy pálido y parecía descompuesto.
No obstante, no le llevó mucho tiempo entender, y como aquella criatura seguía siendo hija de Jonathan McKenzie, rio con diversión. El malestar de Jud era completamente comprensible, pues él era un Uzky, y, aunque ellos eran muy veloces, lo que no podían hacer de ninguna manera era desmaterializarse, y nunca en su vida había experimentado aquello.
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Editado: 01.03.2024