Mientras los miembros de la familia y los amigos cercanos, estaban pendientes de la parejita, los arzhaelíes y krigers que habían ido, vigilaban el entorno y a sus habitantes. Absolutamente ninguno de los presentes se había detenido jamás a detallar a los uzkys, algo por demás improbable dada la naturaleza de las relaciones hostiles que habían mantenido a lo largo de los años, de manera que aquellos que estaban menos ocupados en determinar los posibles puntos vulnerables de aquella ciudadela, así como las vías de escape más a propósito, sí tuvieron oportunidad de prestar atención a las criaturas en cuestión.
Abin, que conocía a aquel infeliz, lo apartó de la chica mientras lo reñía.
Aquella era una exageración descomunal en opinión de los que lo habían escuchado, porque en realidad casi ningún berserker era tranquilo o serio, pero sí había varios que se toman el trabajo muy en serio y Abin era uno de esos.
Cuando Elijah cayó desplomado, los berserkers se pusieron en estado de máxima alerta, porque con él había caído Arianell y no sabían cómo iban a ponerse las cosas una vez que quien los había mantenido quietos, ya no pudiese hacerlo.
Erik en verdad quería patearlo, pero aparte de imposible, también notó que si hubiese atacado a Jud de cualquier manera, por lo menos un centenar de flechas habría ido a clavarse en su humanidad. No obstante, como Jud seguía sosteniendo a Arianell, el resto de los chicos tampoco se veía muy conforme, así que Jonathan decidió intervenir.
Samantha se había desmaterializado dejando los brazos de Giulian para materializarse al lado de su hijo.
Como ya se ha dicho, Samantha poseía el don de la sanación, pero en realidad empleaba su energía en ello y no necesariamente tenía que conocer el funcionamiento de los órganos para sanarlos, de manera que lo que Zidan estaba diciendo, le parecía terrible.
Samantha se incorporó y miró a los otros uzkys que seguían cual estatuas mirando la escena.
Samantha nunca había alcanzado una gran estatura, y para los estándares de su raza era más bien pequeña, de manera que Erk la miró casi del mismo modo que a Arianell, pero antes de que él pudiese decir nada, quien lo hizo fue Eri.
Comenzaron a caminar mientras Iván y Dan detenían a Giulian, Michel y Patrick a los gemelos, Armelí y Anielka a los gemelos Douglas, Vladi y Nathaniel al furioso Alex y muy a tiempo, porque si hubiese llegado a extraer sus canalizadores, las cosas se habrían puesto mal; Eve no necesitó ayuda con Dreo y de hecho casi le fractura los huesos de la mandíbula cuando decidió que también era conveniente tapar su boca. Y tanto Arkyn como Thorheld, la tuvieron difícil con Mael.
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Editado: 01.03.2024