Arzhvael (libro 11. La ira de los Dioses)

Cap. 30 Regreso

 

 

Los esfuerzos de Zidan por impedir que Samantha se acercase a Mael, habían dado resultado, pero después que Sam riñó a su hijo, se desmaterializó también.

  • Wow, ahora sí nos metimos en un lío grande con mamá – dijo Derian

Aquella era una característica que tenían los gemelos y a la que todos se habían acostumbrado, es decir, que en cualquier situación se adjudicaban la misma responsabilidad la tuviesen o no, aunque casi siempre la tenían.

  • No seas necio, ídem – dijo Darien – Diez a uno a que mamá no se fue por estar molesta, aunque lo esté, sino que fue tras mi padrino

Zidan estaba tan seguro de eso como Darien, pero Mael estaba bloqueando su energía, y si bien él no podía seguirlo en esas condiciones si no era de la manera tradicional, sabía que aquello no impediría  que Samantha lo encontrase, así que solo esperaba que su pariente hubiese tenido tiempo de tranquilizarse lo suficiente como para no lastimarla, y no era que pensase que Mael podía agredirla físicamente, pero estando tan furioso, podía hacerlo emocionalmente diciendo cosas de las que luego se arrepentiría. Con las cosas así, decidió acercarse con cautela al grupo de uzkys.

  • Si vienes a fastidiar de nuevo… – estaba diciendo Jar
  • No. Tus razones tuyas son, y me disculpo por la impropia curiosidad manifestada anteriormente

Ninguno de los dos había estado mirándose, pero en ese momento, Jar lo miró por unos fugaces segundos y luego ambos prestaron atención.

Erk había sido el primero de su raza, de manera que, y aunque todas las criaturas de aquella dimensión poseían una estatura superior a la humana, la de él era similar a la de los vampiros puros y a la de los berserkers, de manera que podía mirar a Iván sin tener que levantar la cabeza.

  • Mi nombre es… – estaba diciendo Iván extendiendo su mano hacia Erk
  • Natchzhrer – lo interrumpió él
  • Lo soy – dijo juntando las cejas al pensar que se refería a la raza – pero mi nombre es…
  • Iván Natchzhrer – volvió a interrumpirlo Erk causando la sorpresa de Iván
  • Bien caballero, usted sabe quién soy, pero yo tendré que disculparme por mi lamentable y evidente desconocimiento…
  • Vas por mal camino, abuelo – lo interrumpió ahora Aria – Estos sujetos son sencillos y directos, de manera que tanta palabrería solo los confunde
  • Una forma más bien delicada de decir que tienen poco cerebro – dijo Darien en voz baja y Brendan le golpeó la cabeza
  • ¿Qué sucede contigo, Darien? – le preguntó
  • No tiene que sucederle nada, solo le gusta molestar y es irritante por vocación – dijo Lyseryd
  • Pero hoy en verdad lo estás mucho más – agregó Atenea
  • Y tú cada vez pareces quererme menos

Usualmente nadie prestaba atención a aquella clase de comentarios, pues era Darien en un día normal, pero algo en el tono del gemelo, hizo que Elijah girase la cabeza con violencia y un segundo después estaba frente a su hermano, pero con la misma velocidad lo apartó del grupo.

  • ¿Y bien? – le preguntó
  • ¿Y bien, qué?
  • Darien Mael, no pongas a prueba mi paciencia. Te sucede algo y quiero saberlo ahora.
  • No eres mi padre, Elijah

Aquello alarmó a Elijah de forma grosera y no por el contenido de la frase, pues sin duda Darien había dicho auténticos disparates a lo largo de toda su vida, sino porque el instinto de Elijah estaba gritando fuerte y claro que a su hermano le sucedía algo, aunque no podría averiguarlo de forma inmediata.

Entre tanto, Aria se había hecho cargo de una presentación más acorde con la naturaleza de los uzkys.

  • A ver abuelo, este sujeto es Erk, es el jefe de los uzkys y el padre Jud, a quien estoy segura que recuerdas. Estos de acá…
  • Espera, espera – la detuvo Iván – permíteme saludar con propiedad al señor… – dijo dejando la frase en suspenso esperando un apellido y Aria rio
  • Solo Erk – le dijo – Los uzkys no tienen apellido

Erik que se había acercado al igual que los demás, pensó que esperar algo tan civilizado como un nombre convenientemente acompañado con un apropiado apellido, habría sido iluso tratándose de aquellos salvajes; mientras que Iván solo se limitó a elevar ligeramente las cejas.

  • Además, no son especialmente formales – continuó Aria – Este es Vir y este es Eri, con mucho el más comunicativo, aunque es posible que con el tiempo lamentes eso por su extraordinario parecido con algunos individuos de nuestra familia
  • Es un placer conocerlo, señor Natchzhrer – dijo Eri en forma mucho más correcta y extendiendo su mano
  • Si te estás preguntando lo que imagino, lo que sucede es que Eri ha vivido mucho tiempo entre las otras razas




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