Si algo podían determinar con precisión todos los vampiros, por muy estúpidos que fuesen, era la ira de su monarca, especialmente encontrándose en un espacio reducido, de manera que algunos, y sabiendo con quiénes estaba Ioan, se acercaron, porque si él decidía deshacerse de Iker, a varios de ellos les habría encantado verlo; y en los casos de Ruslam, Levka y Gavrel, no les interesaba lo anterior, sino saber si las condiciones en las que había llegado Izek y las razones, que al menos Levka sospechaba y Ruslam sabía de cierto, pues el mismo Loki se lo había dicho, era lo que había desatado la ira de Ioan. Sin embargo, cuando llegaron quedaron paralizados, y en los casos de Levka y Gavrel tuvieron la impresión de estar en presencia de Evarig, mientras que Ruslam, que sí sabía quién era aquella chica, intentó acercarse cuando ella iba hacia la puerta, pero para su desgracia, tanto Dreo como Vladi lo atacaron con extrema violencia.
Aunque los vampiros la mayor parte del tiempo, y con excepción de Levka, prescindían de algo tan molesto como los sentimientos, a juzgar por sus expresiones, esto no era del todo efectivo, pues estaban sin duda sorprendidos, y en algunos casos, como el de los menos ilustrados, estaban seguros que la hersivï había vuelto del Niflheim pareciéndose más a lo que se suponía debía ser, pero que nunca había sido, y eso sin duda los atemorizaba.
Los que estaban en el salón, y aunque registraron la irrupción, lo que no podrían sería accionar en ningún sentido.
Incluso Dreo y Vladi intentaron detenerla, porque una cosa era que estuviesen allí y que Eve descabezase a cuanto vampiro se le pusiese por delante, y otra muy distinta que lo intentase con quien no tendría ninguna oportunidad. No obstante, si nunca había sido sencillo detenerla, ahora era simplemente imposible, al menos para ellos dos, así que miraron a Iker y a Nat, pero ellos a quien miraban era a Ioan que, si bien tenía pésimo aspecto, no era el asociado a la intención de atacar a alguien. Eve se fue derecha hacia donde estaba Ioan aun sujetando los cabellos de Velkan y se plantó frente a él. Eve era alta para los estándares femeninos de la raza arzhvael debido a su herencia de sangre, pero en ningún caso igualaba a Ioan, de modo que levantó la cabeza clavando su enrojecida mirada en la de él.
Sin embargo, lo que tuviese pensado agregar quedó en suspenso, pues Ioan se desplomó, y de no haber sido por Velkan, y aunque eso no le habría causado mayores daños, habría caído de lleno al piso.
Aunque no había tenido casi tiempo, Levka era un sujeto inteligente, de modo que llegó a lógica conclusión de que aquella chica solo podía ser la hija de Iván; lo que aún tendría que esperar para saber, era cómo había terminado siendo algo que se suponía no debía ser.
Ruslam también había entrado, pero Eve clavó su mirada en él haciendo que se detuviera.
Velkan que entre otras cosas era muy entrometido al igual que su hermano, algo que había sido aprovechado diligentemente por Ioan y Ruslam que los habían convertido en sus mejores espías después de Izek, no se perdió de lo que Izek le había dicho a Ruslam y no porque hubiesen invadido la mente del primero, algo que era simplemente imposible para casi cualquiera, sino porque había sido un mensaje destinado a una mente que sí podían invadir; el asunto era que aquello les había aclarado el panorama, pero también fue un hecho para ellos que Ruslam ya estaba muerto.
Welan a diferencia de su hermano que solía ser muy reactivo, era más cerebral y eso lo hacía diez veces más peligroso, pues su cerebro funcionaba de forma muy parecida al de Ruslam, de modo que sabiendo como sabía, que los hijos de Iván no habían nacido vampiros, por lo que acaba de escuchar, Ruslam era el responsable de aquella transformación y solo restaba enterarse de sus planes.
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Editado: 01.03.2024