Arzhvael (libro 11. La ira de los Dioses)

Cap. 48 Seguimos en guerra

 

El regreso de los chicos alegró a todos menos a Iván, porque él sabía de la forma más absoluta, que aquello no era un regreso exactamente, o al menos no lo era con relación a Nat, sin embargo, nada dijo y solo observaba la situación general. Mientras comían, su atención se desvió un momento de su hijo para centrarse en Jud. Si bien el uzky los acompañaba, lo que no parecía era especialmente interesado en la comida, aunque no se había negado a probar lo que Eurielle, Lyseryd y Denielig se empeñaban en darle.

  • ¿Te gusta? – le estaba preguntando Lyseryd
  • Sabe… raro – dijo Jud – es como… ¿seco? – intentó y la única que pareció entender fue Denielig que enseguida ordenó un trozo de carne menos cocida
  • Prueba ese – le dijo y él obedeció – ¿Mejor?
  • Aja – le contestó, y en verdad debió parecerle así, porque se lo comió

Lo que estaba resultando un reto era que aprendiese a utilizar los cubiertos, algo de lo que se estaba ocupando Eurielle mientras Derian tenía expresión de pocos amigos.

  • ¿Por qué no puedo hacerlo con las manos? – preguntó Jud con frustración mientras la chica se esforzaba en darle una explicación que no hiriese al uzky, pero Iker era otro asunto
  • Puede ser más fácil, pero poco civilizado – le transmitió – Recuerda que intentamos que los vean y los acepten como humanos y no como animales, y los primeros utilizamos los cubiertos para comer

Hasta la fecha, y si bien Jud tenía algunas de aquellas cosas en su colección de objetos y había visto a algunos firbolgs utilizarlos, nunca se había interesado por hacerlo él, pero al escuchar a Iker, y aunque seguía pareciéndole que era mucho más fácil utilizar las manos, pondría más empeño en aprender. A las chicas les fue mejor con el postre y fue evidente que al uzky parecía agradarle el dulce.

  • Eso es raro – dijo Jud
  • ¿Raro? – preguntó Lys
  • Las able de Lev no son así – dijo cogiendo una manzana acaramelada

Denielig entendió y dedicó un momento a explicarle que las manzanas eran iguales en todas partes, y que lo que sucedía era que aquella había sido preparada de aquel modo.

Mientras esto sucedía, Iván había pensado que quizá había llegado el momento de conversar con el hermano de Jud, pues hasta donde había podido ver, aquel otro uzky tenía un mejor manejo del idioma o una mayor capacidad de comprensión, y había muchas cosas que quería saber con respecto a aquella raza, y más que por simple curiosidad, con el fin de estar debidamente preparado para cuando fuese posible plantear lo que Arianell quería hacer. Sin embargo, eso fue desalojado de su cabeza cuando la imagen de Waleska se presentó ante él instándolos a todos, no solo a Iván, a presentarse en la sede y debido a una emergencia, con lo que todos recordaron que seguían en guerra.

La guerra que estaban librando tenía una particularidad, y era que la fuerza de las criaturas que enfrentaban procedía de la energía negativa, razón por la cual sus ataques se efectuaban mayormente en las noches, de manera que aquel llamado los sorprendía, aunque no por eso dejaron de acudir.

Lo primero que registraron al llegar a la sede, fue una presencia inusual y la expresión de disgusto de Phillip.

  • ¿Sanders? – dijo Iván mirando al arzhaelí con el que Armel y Waleska estaban hablando
  • Señor – dijo el hombre
  • Ay no – dijo Daira mientras Amy le sujetaba el brazo a Elar que se había empeñado en ir

Los miembros de la segunda generación miraban al tal Sanders con curiosidad, pues se les hacía familiar, y lo anterior incluía a Jonathan, Jason o Urs, que a pesar de estar en medio de la primera y la segunda generación, estaban en la misma posición con respecto a aquel sujeto, mientras que los de la última no lo conocían de nada y lo que sí percibieron con claridad fue que Phillip no estaba nada contento, mientras que Samantha por ejemplo, notó que aquel hombre estaba o había estado herido, pues había rastros de sangre en su uniforme.

  • Cristopher vino a informarnos de un ataque que sufrieron anoche en Denali – dijo Waleska

Danny y Gail se miraron como de costumbre preguntándose dónde demonios era Denali, pero ni bajo tortura iban a preguntárselo a nadie, pues sin duda Aderyn les habría quitado la cabeza después de gritarles que era algo que tenían que saber.

  • ¿Anoche? – preguntó Iván –  ¿Y por qué nos notificas hasta ahora? – agregó y era lo mismo que se estaban preguntando todos independientemente de donde estuviese aquel lugar
  • Fue un ataque no solo a Denali, sino a otros lugares de Alaska – aquello aclaró un poco el panorama a los chicos – así que primero nos ocupamos de ver qué podíamos hacer por aquellas personas

Mael, Aderyn y Samantha entendieron por qué aquel sujeto les resultaba familiar; la razón era que ya lo habían visto, aunque muy pocas veces y únicamente en grandes actos protocolares de la Orden como las juramentaciones de krigers, pero no le habían prestado mucha atención. Como se enterarían los menores un poco después, Cristopher Sanders era el comandante de los arzhaelíes que vivían en América del Norte, y Denali era una pequeña isla ubicada en el pacífico norte, donde se ubicaba la única población exclusivamente arzhvael de aquel lado del hemisferio.

  • ¿Quién los atacó? – preguntó Iván
  • Fueron los Svartálfar, señor




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