Arzhvael (libro 11. La ira de los Dioses)

Cap. 49 Persecución

 

Cuando llegaron a Arx y mientras Iván iba a informarse del lugar y naturaleza del ataque, los demás habían ido a organizar a sus escuadrones; Sam estaba en ello cuando vio a aparecer a Mael, pero no tuvieron ocasión ni de saludarse, pues ya Iván estaba de regreso con Armel y procedieron a informar del lugar del ataque y todos partieron con rapidez.

Como habían estado concentrados en lo que hacían, no fueron conscientes de la presencia de quienes no debían estar allí salvo por los gemelos Douglas que siempre llevaban a sus chicas pegadas a ellos. Cuando llegaron al lugar del conflicto, Izek había sujetado a Nathaniel.

  • Fenség, ni tú ni la hersiri deben estar aquí
  • No seas necio, Izek
  • Vadik tiene razón, Nathaniel

Nat no podía estar más sorprendido al escuchar a Iker, pues aparte de que no era lo usual que su primo estuviese de acuerdo con nada que dijese Izek, ambos tenían una expresión muy similar y los ojos de ambos eran dos encendidos rubíes, así que esto último más que el repentino acuerdo de Iker, fue lo que despertó una señal de alarma en el cerebro de Nat, pero por ese mismo camino la razón para aquel comportamiento de su primo se hizo patente.

  • Siguen aquí – y era más una afirmación que una pregunta, aunque Iker asintió

Iván solo había informado que en aquel lugar habían sufrido un ataque vampírico, pero siendo temprano aún, habían asumido que habían atacado y se habían marchado como solía suceder si era de día, sin embargo, apenas Nat estaba siendo consciente del asunto cuando escucharon la voz de advertencia de Alaric. Aunque los arzhaelíes eran un grupo perfectamente entrenado, la mayoría estaba dedicándose a atender a los heridos, no obstante, el grupo de vigilancia integrado por los grupos de Mael y Alaric comenzaron a atacar.

Izek al igual que Iker tuvieron poca dificultad para identificar a por lo menos unos cuantos de los presentes en el caso de Iker, mientras que Izek los conocía a todos, de modo que le pasó un urgente mensaje a Iker.

  • Todos aquellos que se apelliden Natchzherer deben salir de aquí, ya – le dijo con apremio

La cuestión era que de ninguna manera ellos dos podrían sacarlos a todos sin dejar a los demás sin su valiosa colaboración en un ataque de aquella naturaleza, de modo que haciendo a un lado la antipatía natural hacia los berserkers, se acercó a Mael.

  • Berserker, tú y yo no somos ni seremos amigos nunca, pero sé que te interesas por Iván, así que diles a los tuyos que protejan a todos sus descendientes, porque vienen por cualquiera de ellos. Yo intentaré sacarlos – y dicho esto se alejó

Izek no era estúpido y había escogido al único berserker que no se pondría a discutir, pues efectivamente Iván era para Mael un padre, así que aparte de girar la orden a los suyos, se fue derecho hacia donde estaba Iván. Iker a quien había acudido era a Elijah, pero a él le resultaría más bien problemático transmitirle algo, pues las cosas en aquel lugar se habían puesto muy difíciles.

Como cabría haber esperado, entre quienes no debían estar allí, se encontraban los miembros más jóvenes de la última generación Aria incluida, y no había podido encontrarse con alguien peor.

  • Estoy segura que toda esta sangre debe ser muy dulce – escuchó Arianell

Ella había estado ocupada junto con Sasha y Megan, tratando de recoger los cuerpos de unos niños para trasladarlos a Arx, pero mientras Megan casi se desmaya, Aria y Sasha se miraron y levantándose muy despacio aferraron sus canalizadores, pero la risa fría de Sindre se coló en sus venas como trozos de hielo cuando se volvieron. Sin embargo, aquellas dos señoritas no eran de la clase asustadiza y atacaron lo mismo, aunque no causaron mayores daños en Sindre y ésta comenzó a avanzar, pero las chicas se sintieron repentinamente apartadas.

  • No las toques – escucharon que decía un furioso Jud

Aria ya le había escuchado aquel tono en un par de ocasiones, pero Sasha y Megan no, así que no solo se sorprendieron, sino que recordaron que aquel era un uzky y hasta hacía solo unos días, ellas no estaban muy seguras de que fuesen capaces de hablar, pero sí mucho de su peligrosidad. Sin embargo, tuvieron que colocar aquello en pausa, pues Sindre había vuelto a reír.

  • Definitivamente el mundo ya no es lo que solía ser – dijo mirando a Jud – ¿Qué hace un pequeño uzky en semejante compañía? ¿Acaso ahora eres su mascota? – preguntó mientras a una velocidad endemoniada lo sujetaba por el cuello
  • Corre… Nell – le dijo él

Suponer que Aria iba a prestarle atención y a dejarlo en una situación como aquella, habría sido estúpido, y lo que sí hizo fue apuntar a quienes estaban con Sindre y al menos dos fueron despojados de sus cabezas en forma rápida y violenta, pero ella no era tan veloz como aquellas criaturas, así que estaba por llamar a Elijah cuando éste ya estaba corriendo hacia allá, pues Jorvik había visto lo sucedido y lo había alertado. Elijah se lanzó sobre el que tenía sujeta a Aria y lo destrozó en un par de segundos para luego seguir con los otros. Iker se había ido derecho hacia Sindre.

  • Suéltalo – le ordenó, y aunque casi parecía una amable invitación, sus ojos decían otra cosa
  • ¿Es broma? – preguntó la vampiresa
  • Soy la persona menos graciosa del mundo y créeme, no te agradará comprobarlo – le dijo y Sindre rio
  • ¿Y qué obtengo yo a cambio? ¿A ti, por ejemplo?
  • Respondiendo a lo primero, nada, y definitivamente no a lo segundo, pero puedo ser amable y decirte lo que obtendrás si no me obedeces
  • ¿Me estás amenazando? – preguntó en tono burlón – Eres un niño recién transformado y yo…
  • Ahórrame el desagradable trámite de seguir escuchándote o voy a ponerme a vomitar




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