Arzhvael (libro 11. La ira de los Dioses)

Cap. 57 Malos encuentros

 

Los arzhvaels a diferencia del humano común, tenían una salud mucho menos frágil, porque los primeros llevaban una vida más sana en cuanto a alimentación y no tenían adicciones como el cigarrillo o las drogas, y lo único que compartían en aquella materia era el consumo de alcohol, aunque en general eran mucho más moderados, de manera que, lo anterior no deterioraba su salud. Por supuesto y siendo seres vivos, estaban expuestos a enfermedades y a que su organismo sufriera reacciones adversas, pero éstas no les causaban la muerte, aunque sí podía acarrearles cortas o largas estadías en el hospital.

Cuando Giulian se desplomó, Iván corrió hacia él y determinó con rapidez que debía ser llevado al hospital, de modo que apenas les informó a los demás y cargó con él hacia allá. Mael se ocupó de Garlan, aunque en su caso y si bien necesitaba atención por su garganta, la pérdida de conocimiento obedecía a que Gema había perdido el sentido.

Una vez que habían llegado y que Giulian estaba en la sala de atención, Samantha se materializó al lado de Iván.

  • No te preocupes, linda, él va a estar bien – le dijo secando sus lágrimas

Sam intentó estabilizar sus emociones y procedió a atender a Giulian, mientras que Iván salía a informar a los demás.

  • ¿Abuelo? – dijeron los chicos Cornwall
  • Sufrió un infarto, pero en breve estará bien
  • ¿Bien? – preguntó Erik
  • Esto no es muy común, pero te aseguro que…
  • Sé que no eres sordo y tú estabas ahí, así que escuchaste lo que dijo Garlan – insistió el chico – y dudo mucho que cuando despierte esté mucho más contento
  • Y sin duda complacerá a Garlan  - dijo Michel

Pero mientras los chicos hablaban, Lizzy se acercó a Elijah y por su expresión, él supo que tendría problemas.

  • Elijah Daniel…
  • Lizzy…
  • ¡No abras la boca, porque…!
  • Oye, oye – la detuvo su hermana – si quieres gritar a alguien, el tuyo está por allá
  • No te metas, Arianell – le dijo y sujetando a Elijah lo arrastró con ella
  • ¡Elizabeth McKenzie!
  • ¿Nell?
  • Ahora no, Jud – le dijo empujándolo, pero el tiempo que perdió en ello, lo aprovechó Lizzy que se desmaterializó con Elijah
  • ¿Lizzy, acaso quieres que papá me apalee?
  • No seas necio, Elijah. Y ahora dime ¿tú sabías esto?
  • Pues…
  • ¡Lo sabías!
  • No me grites, Lizzy, sabes que…
  • ¿Por qué no me lo dijiste? – preguntó bajando el tono y Elijah estuvo seguro que iba a echarse a llorar
  • Escucha, es algo de lo que apenas me enteré poco antes de que Garlan… bueno, de que hiciese su dramática aparición
  • ¿Te parece gracioso? – le preguntó al verlo esbozar una sonrisa
  • Bueno, gracioso, gracioso no, pero… oye, no es para tanto Lizzy – dijo sujetándola por los hombros al ver que comenzaba a llorar – Concuerdo en que Garlan sería una pésima elección para cualquier chica, pero…
  • No estoy pensando en eso, sino en mi padrino
  • Veamos, sabemos que G es…
  • ¿Se puede saber qué sucede contigo, muchachito?

La colérica voz de Mael interrumpió a Elijah, pero él solo compuso expresión de fastidio.

  • Padre, por si no lo notaste… – comenzó, aunque no pudo pasar de ahí, porque Mael lo apartó con escasísima delicadeza y sujetó a Lizzy
  • ¿Qué sucede, Elizabeth? ¿Elijah te…?
  • No – lo detuvo ella – Eli no me ha hecho nada

Sin embargo, como ella seguía llorando, Mael ladeó la cabeza y clavó los ojos en su hijo que se sorprendió al ver el aro dorado en ellos, pero se dio la mayor de las prisas en transmitir cómo habían estado las cosas, porque a pesar de que Mael jamás lo había maltratado y para ser honestos él le había dado muchos motivos, en ese momento estaba segurísimo de que iba a golpearlo.

  • Elizabeth, escuchaste a papá ¿no es así? – le preguntó un poco más calmado – Giulian va a estar bien
  • Esto ha sido mucho para él; primero lo de Darien y ahora esto – sollozó ella

Aunque Mael sabía que todos los chicos, y especialmente las chicas, adoraban a Giulian, nunca, a pesar de su extraordinaria percepción, había notado que Lizzy en verdad lo veía como a otro padre, de modo que puso el mayor empeño en tranquilizarla y finalmente pudieron volver.

Amy y Elar intentaban tranquilizar a Dan, pues si bien él no estaba tan preocupado como Lizzy por la salud de Giulian, lo que si estaba era furioso con Garlan y solo quería ir a romperle el alma. Iván por su parte, con quien conversaba era con Sam y sus hijos.

  • Creo que lo mejor es mantenerlo dormido durante unas 48 horas
  • ¿Dos días? – vociferó Derian – Pero dijiste que…
  • Esto no tiene por qué afectarlo demasiado ni dejar ninguna secuela, pero sus centros nerviosos estaban muy alterados
  • Madre…
  • Sam hizo todo lo que pudo y lo hizo bien, pero sabemos cómo es su padre, y para que esto no se repita, es mejor que esté completamente estable antes de despertarlo




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