Cap. 61 Retomando

Tanto Samantha como Iván se habían aplicado al máximo con Giulian, pero Dan se oponía a que lo despertasen, pues pensaba que, si él quería irse derecho a quitarle la cabeza a McEwan, Giulian lo querría el doble.

• No podemos tenerlo dormido indefinidamente, Dan – le dijo Iván
• Pues si me preguntas, es la forma más segura de tenerlo
• Papá
• Samantha, no estoy muy seguro que recuerdes y en realidad no tendrías por qué, ya que no estabas presente, pero yo le di la paliza de su vida a este cretino cuando me enteré que…
• Papá, te aseguro que lo recuerdo, aunque no haya estado
• Bien, entonces saca cuentas hija, si yo, que soy un tipo pacífico me comporté de esa forma, este salvaje va a matar a McEwan

Iván y Samantha no sabían si reír o acomodarle un porrazo al desvergonzado aquel, porque eso de que era un tipo pacífico no podía estar más alejado de la realidad.

• Deja de decir estupideces, Daniel
• ¿Estupideces?
• Tranquilízate papá – se interpuso Sam – Giulian no va a hacer nada
• Hija… – comenzó, pero se detuvo y la miró entrecerrando los ojos – ¿Acaso hiciste… algo, para que…?
• ¡Papá!
• Bien, si no es así, entonces…
• Fuera – le dijo Iván sujetándolo por un brazo
• No voy a dejar a mi hija sola con este…

Iván no le prestó atención y como Dan no tenía ninguna oportunidad en su contra, fue arrastrado fuera de la habitación.

• ¿Segura que no quieres apoyo? – le preguntó Iván a Sam antes de salir y ella sonrió
• Estaremos bien

Iván asintió y abandonó la habitación escuchando los improperios que le estaba endilgando Dan. No era que él no supiese lo mismo que todos con relación al carácter de Giulian, pero tanto él como el mismo Dan, sabían que primero se hacía cortar la cabeza antes de hacerle el más mínimo daño a Samantha, pero Daniel era dramático y exagerado y seguiría vociferando necedades por mucho rato.

Giulian despertó con la desorientación propia que sigue al largo período de inconsciencia, y lo primero que vio fueron los ojos violeta de su mujer a escasos centímetros de los suyos.

• Hola
• Princesa…
• ¿Aún me amas, Giulian?

El ligero desorden de pensamientos de Giulian se volvió caótico al escucharla, pero intentaba por todos los medios recordar qué había podido hacer para que ella dudase de él, cuando Sam volvió a hablar.

• Giulian…
• ¡Claro que te amo! – exclamó él – Y si hice alguna estupidez, te juro que…
• No – dijo ella colocando un dedo en sus labios – solo estaba pensando en lo mucho que sufrimos antes de poder…
• ¡Gema! – exclamó él incorporándose en la cama – Tengo que…
• Giulian escúchame
• El mal nacido de McEwan…
• ¡Giulian! – lo detuvo – No vas a hacerle nada a Garlan
• Ah sí, sí que voy a hacerle y…
• Hace un momento te recordé lo mucho que habíamos sufrido ambos antes de poder alcanzar la felicidad ¿Es eso lo que quieres para nuestra hija?
• ¡Por supuesto que no! – gritó
• Entonces dejarás a Garlan en paz
• ¿Has perdido el juicio? – le preguntó y ella se llevó una mano a la cabeza – Si lo dejo en paz, ese infeliz va a amargarle la vida a mi hija
• Creo que papá pensaba más o menos lo mismo y eso no te hizo desistir
• Y no quiero que ese desgraciado desista, lo que quiero es que se haga responsable por lo que dijo si es que es cierto, y si no lo es, entonces si voy a despedazarlo por…

Samantha estaba tan sorprendida que se perdió parte del escandaloso discurso de su marido, pero tuvo que espabilar al verlo vestido y camino a la puerta.

• Giulian…

Sin embargo, él no se detuvo y casi choca con sus hijos y con Dreo.

• ¡Wow! Señor Cornwall con calma y…
• A un lado – dijo empujando a Darien que era quien intentaba sujetarlo
• Tío, puedo ayudarte a despachar a McEwan, pero supongo que entenderás que seremos los primeros sospechosos ¿no?

Giulian tampoco les prestó atención a ellos y siguió corriendo escaleras abajo.

• ¡Giulian! – lo detuvieron Amy y Elar
• Se los dije – dijo Dan avanzando hacia él y diciendo algo similar a lo dicho por Dreo
• ¿Qué les pasa a todos ustedes?
• Tal vez que no se nos hace una idea atractiva terminar en Fangelsi – dijo Darien
• Giulian, yo te entiendo, pero no vas a terminar en la cárcel por culpa de ese cretino infeliz
• Ya me cansé de todos ustedes – dijo empujándolo
• ¡Iván! – dijeron Amy, Elar y Dan