Arzhvael (libro 11. La ira de los Dioses)

Cap. 62 ¿Tregua?

 

Una vez que se había pactado el acuerdo por el cual se efectuaría el intercambio, y que Ioan le había gritado a Vladimir que no quería volver a verlo, todavía el muchachito insistió en fastidiar.

  • Te sugiero advertir a los tuyos que dejen de fastidiarnos, porque, así como Iker dijo que nunca atacará a los arzhvaels, yo te aseguro que sí atacaré a cualquier vampiro sea de los tuyos o de la perra de Sindre
  • ¡Largo! – volvió a gritarle Ioan
  • En verdad eres muy poco paciente y un pésimo negociador, así que…
  • ¡Nathaniel!

Nat sujetó a Vladi y comenzó a tirar de él, pero con su nueva condición, si Iker no hubiese prestado su colaboración, habría sido más bien poco probable que lograse sacarlo de allí, y mientras lo hacían, Nat iba pensando que, a pesar de haberse pasado la mitad de su vida lidiando con el endemoniado carácter de Iker, sospechaba que perdería la paciencia con Vladi, porque a diferencia del primero, Vladi era payaso y con su transformación, aquella característica no solo se acentuaría, sino que lo haría hacia el lado equivocado, porque podía volver sus burlas muy crueles.

Levka fue con Velkan por los prisioneros y los encontraron en estado de preocupación, pues, aunque ellos estaban en otra sección del área de las celdas, el escándalo por el desastre causado por Vladi se había escuchado hasta donde estaban e incluso sintieron el estremecimiento de la tierra, lo que los había hecho pensar que aquel lugar estaba siendo atacado, pues estaban en perfecta capacidad de identificar la energía arzhvael que había sido utilizada. Sin embargo, si habían albergado alguna esperanza de salir de allí debido a lo anterior, la misma se esfumó al ver a Levka, especialmente porque no le vieron señales de lucha. No representó un gran reto para Levka ver aquello, pero decidió guardar silencio con relación al motivo que lo había llevado allí como Nathaniel se lo había pedido.

  • Señor McKenzie, señor Dalgleish, por favor acompáñenme

Peter y Kelan se miraron, pero siendo que nada podían hacer, lo siguieron en silencio. Los vampiros que guardaban las celdas los miraron con hostilidad, pero notaron que parecían respetar o temer a Levka, porque se contentaron con solo mirar sin los odiosos comentarios que habían escuchado en el tiempo que llevaban allí. Kelan era mucho más hablador que Peter, pero si tuvo la intención de preguntar algo, la misma se le pasaría al terminar de subir las escaleras y ver los sombríos pasillos a través de los cuales estaban siendo conducidos, y sintieron un estremecimiento. Levka les había proporcionado ropa y abrigo, pero sabían que el frío que estaban sintiendo no obedecía al clima, sino a la corriente de energía negativa que parecía emanar de aquel lugar. Kelan pensó que tal vez en otras condiciones hasta podría haberse visto como una joya arquitectónica, pero siendo tan sombría, aquello resultaba difícil. Se detuvieron ante una puerta y la figura que estaba al lado de la misma se les antojó tan poco amistosa como todos los demás, pero Kelan, cuya percepción era un poco más desarrollada que la de Peter debido al entrenamiento que había recibido para convertirse en kriger, le indicó que aquel sujeto estaba en la misma posición de Levka, es decir, era un vampiro muy antiguo, pero que su sangre no era exclusivamente vampírica, y aun notó algo más, pues su mirada era casi inexpresiva y no hostil como las de los demás, mientras que Peter evitó por completo mirarlo.

  • Pasen por favor – les dijo Levka mientras Izek, que era el que estaba allí, sostenía la puerta

Si bien ninguno de los dos sabía qué esperar, al ver a Nathaniel, ambos creyeron estar viendo a Iván.

  • ¡Iván! – exclamaron ambos
  • Pero… ¿Qué estás haciendo?
  • Peter – lo detuvo Kelan – ese no es Iván

Como ya se dijo, Kelan tenía una extraordinaria percepción y fue la que le permitió determinar aquello con más rapidez, pero siendo que él no había conocido a Nat, fue Peter quien al acercarse un poco más, determinaría aquello.

  • ¿Nat?
  • Abuelo – dijo el chico

Peter terminó de recorrer la distancia que los separaba y lo envolvió en un abrazo.

  • ¡Por todos los Dioses! ¡Eres igual a Iván!
  • Señor Dalgleish, supongo – dijo Nat mirando a Kelan y éste extendió su mano

No obstante, mientras Peter estaba concentrado en Nat, Kelan había estado mirando a las dos figuras que se mantenían alejadas.

  • Nat, Jonathan nos dijo que habían salido de aquí, así que…
  • Siéntate abuelo, por favor – le dijo – Hay algunas cosas que debes saber

Nathaniel inició su relato con mucho pesar, pues casi nada de lo que tenía que informarle era probable que Peter lo encontrase bueno. Lo primero que le dijo fue lo que sin duda le producía no solo mucho dolor, sino que el peso de la culpa era algo que no iba a abandonarlo nunca, ya que se trataba de la transformación de Iker.

  • Pero… ¿Iker está bien?

La pregunta obedecía a que en principio había asumido que Ioan lo había matado.

  • Tan bien como puedo estar siendo lo que ahora soy, abuelo – dijo Iker acercándose




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.