El mundo sigue sumido en la espiral de violencia generada por la coalición de fuerzas negativas empeñadas en hacerse con el poder supremo, por una parte, la de los vampiros, y por la otra, los Svartálfar quienes siguen en su empeño por conseguir el draupnir con fines aún más nefastos.
En Vanaheim, hogar de los Vanir, se efectuó una reunión poco usual, pues Loki seguía en su empeño por fastidiar a las criaturas de Midgar, pero como salió furioso por no conseguir una alianza que no habría sido posible de ninguna manera, y siendo que este individuo no se caracterizaba por su cordura, esto iba a redundar en directo perjuicio para las criaturas que tanto los Æsir como los Vanir intentan proteger.
Si bien los arzhvaels han tenido un brevísimo período si no de descanso, porque no han dejado de presentarse conflictos, sí un pequeño respiro, y al menos han podido efectuarse las bodas pendientes. Sin embargo, siguen muy angustiados por la ausencia de Vladimir y la muy precaria estabilidad emocional de Dreo.
Por otra parte, las alianzas pautadas con los Ljosalfar y los Berserkers, ha contribuido a ampliar los conocimientos acerca de estas razas a los arzhvaels, y la inesperada entrada de Jud en su entorno, al menos en el de los arzhaelíes, los ha hecho modificar de forma drástica los conceptos e ideas que tenían con relación a esta casi olvidada raza, pero aún están muy lejos de poder siquiera plantearlo en las instancias adecuadas para ello.
A pesar de todo lo anterior, siguen en su lucha por preservar su mundo y a sus habitantes, pero sin olvidarse de vivir sus vidas de la mejor manera posible.
Editado: 16.11.2024