Meilyr le había dicho a Lizzy que su matrimonio se efectuaría a mediados del último diciembre, pero los ataques que habían estado sufriendo las comunidades élficas los habían obligado a posponer la boda una y otra vez. Finalmente, en primavera habían recibido la invitación formal. Aquello devastó a Lizzy que estando tan sensible como estaba, le restó mucha de la alegría por su propia boda, y, por otra parte, provocó la tristeza y la ira a partes iguales de todos los chicos. Como ya no eran niños, sus padres no podían obligarlos a ir, pero Elijah era otro asunto y no iba a permitir que bajo ningún concepto mortificaran a su madre negándose a asistir, independientemente de si él mismo quería ir o no.
Otro que estaba de un humor asesino era Alaric, y como él no era Elijah, envió a sus padres a paseo y se peleó con un sorprendido Ysandar a quien amenazó con no perdonarle nunca lo que le estaba haciendo a su hermana. Hywell, el padre de las criaturas, estaba mucho peor, y le advirtió tanto a su mujer como a su suegro que, si se empeñaban en obligar a su hija a un matrimonio que no quería, él no volvería a poner un pie en Garselid nunca más en su vida.
Meilyr por su parte, no podía estar más triste, pero parecía haber heredado de su madre el concepto de obediencia a la autoridad del consejo, así que un día antes de la boda, se reunió con su familia.
Tanto Alaric como Hywell abandonaron Baradwyss en estado de furia incontrolable, pero mientras Alaric contaba con Garlan, y en realidad con casi todos sus amigos para evitar desastres, Hywell no, algo que tendrían oportunidad de lamentar, pues después de beber en forma asesina, se metió en un horroroso lío del que saldría muy mal parado.
Ysandar había estado tan inmerso en los problemas por los que atravesaba la comunidad élfica, que casi se había olvidado de la dichosa boda y en realidad lo había fastidiado mucho la insistencia de los Linwer, pero finalmente le había ordenado a Gwireg que se ocupase de aquello, pues ciertamente ni él ni Ysberyr, y en realidad ni siquiera la misma Meilyr, podían ocuparse de nada que no fuese estar atentos a los diversos y continuos ataques de los Svartálfar, de modo que tanto la furiosa diatriba de Alaric como la amenaza de Hywell, ambas cosas lo habían tomado por sorpresa.
Como el conflicto a nivel general seguía su curso, el día de la boda y cuando estaban a punto de partir, ni Giulian ni Dan se habían presentado debido a un ataque que había tenido lugar la madrugada anterior y para el que habían sido requeridos los escuadrones de asalto. Los miembros de la última generación sí se habían presentado en pleno, incluido un reticente Dreo, pero cuando Samantha vio a Alexander se le encogió el corazón, sin embargo, cuando intentó acercarse a él, Elijah se lo impidió.
Como en el caso de Elijah y sin importar si estaba feliz, triste o furioso, lo que parecía no variar era su apetito, después de un apresurado almuerzo y cuando se disponían a partir, llegaron Giulian y Dan. Si bien a estos dos individuos tampoco les gustaba la situación de Alexander, lo que los tenía más furiosos era la de Sasha, porque ella había pasado de la ira a las lágrimas al percibir el enorme dolor de su hermano, y siendo que aquella chica estaba en el mismo estatus que sus propias hijas, sobrinas o nietas casi desde que la habían conocido, estaban furiosos y la última cosa que habrían podido querer era asistir a la maldita boda, pero sus mujeres no les iban a permitir zafarse del compromiso, aunque casi lo logran.
Amy y Samantha querían apalear a Dan, pero si bien Samantha recordó que aquel era su padre, como no era el caso de Amy, el infeliz terminó estampado contra la pared y posiblemente le habría ido peor de no ser por los gemelos Douglas y por Jud, ya que los primeros se encargaron de su furiosa abuela mientras que Jud sacaba a Dan de escena.
Editado: 05.11.2024