Cap. 10 Cotidianidad
Mael era sumamente feliz con su nueva vida de casado, tenía una linda esposa a la que amaba como solo un berserker puede hacerlo, y dos preciosos niños que eran su locura; lo único que empañaba su dicha era que, debido al conflicto, debía pasar mucho tiempo fuera.
Antes de la boda, y aunque estaba muy ocupado, había hecho todo lo necesario para acondicionar Varulv y que estuviese en condiciones de recibir a sus nuevos habitantes. Aunque individuos como Danny y Gail, pensaban que a él no le gustaba aquel lugar, no era así y lo que sucedía era que había mucha tristeza en el mismo, porque si bien tenía algunos recuerdos lejanos de su madre y eran felices, eso no duró mucho tiempo y los mencionados recuerdos fueron opacados por la enorme tristeza que se instaló en su hogar después de la muerte de Milenka, y relativamente poco después, fue allí también donde vio cómo asesinaban a Elouen sin que él pudiese hacer nada y no porque no lo hubiese intentado, sino que él estaba muy pequeño todavía y de hecho casi resulta muerto.
Cuando Mael creció, y habiendo comprobado lo peligroso que podía ser aun siendo muy joven, comenzó a preguntarse cómo era que habían podido matar a su padre, porque si bien le parecía que habían sido muchos, una de las cosas que había comprobado era que el número era casi irrelevante para ellos, de modo que llegó a pensar, o al menos en un momento determinado, que Elouen simplemente se había dejado matar, porque en cualquier caso siempre le pareció que quería morir, y siendo que él había pasado por una situación similar y sabía de cierto cómo era el dolor que estaba sintiendo su padre, estuvo convencido de aquello por bastante tiempo, y aunque lo entendía, esto no dejó de generar cierto resentimiento, porque él también había querido morir cuando supo que había perdido definitivamente a Samantha, pero fue precisamente por su hijo, que intentó de la forma más desesperada sacársela del corazón, y a pesar de que le había dicho a Eowaz que si no lo conseguía lo matase, fue porque ya sabía lo que podía suceder y si no era capaz de vivir con aquello, él mismo iba a matar a Elijah y seguidamente se suicidaría, porque estaba seguro que ningún entrenamiento suprimiría los instintos de su raza. Aquella idea de que su padre se había dejado matar, subsistió hasta que se puso en contacto con sus parientes y Thorheld le explicó lo que había hecho Elouen tanto para protegerlo como para poder continuar con su vida, pero abrió de nuevo la vieja herida y un odio concentrado hacia quienes habían asesinado a su padre. Como Thorheld era un entrometido de la peor especie, no tuvo dificultad para enterarse de eso, y aunque no dijo nada en un inicio, cuando Mael le pidió a Dan que le consiguiera el informe de la muerte de su padre, Thorheld supo que Mael se disponía a perseguir a quienes lo habían hecho y decidió que había llegado el momento de hablar con él.
- Lo que pretendes es una pérdida de tiempo, held
- ¿Se puede saber de qué hablas?
- Eso de perseguir a quienes mataron a Elouen - le dijo y Mael lo miró en forma peligrosa, aunque perdía el tiempo - Todos están muertos
- ¿Disculpa?
- ¿Recuerdas a Bora?
Mael abrió mucho los ojos, porque ciertamente en ese momento lo recordó, pero era un recuerdo que parecía haber desaparecido de su memoria justo hasta ese instante. Bora había sido el Diolfr de Elouen y lo último que Mael viese antes de caer en la inconsciencia, de modo que no entendía por qué se había olvidado de él y recién ahora se preguntaba qué había sucedido con Bora.
- Cuando un Valecnic muere, el Diolfr regresa a casa en forma inmediata - le dijo Thorheld - pero Bora se quedó contigo hasta que te rescataron y me informó de lo sucedido.
Aunque Mael sabía que la naturaleza de los Diolfr era muy poderosa y que podían hacer muchas cosas, lo que nunca se había preguntado era si podían morir o qué sucedía con ellos cuando aquel a quien le eran leales lo hacía.
- No held, un Diolfr es una criatura sobrenatural y no, no mueren y solo regresan a casa cuando lo hace el Valecnic.
- Bien, pero eso no explica lo que dijiste con relación a…
- Sí, sí lo explica, porque no supondrás que con esa información yo no iba a hacer nada ¿no?
- ¿Los mataste? - preguntó
- A todos y cada uno de ellos - dijo en un tono poco usual en él - Varheld, Njall y Svan se encargaron de rastrearlos y…
- ¿Cómo sucedió eso exactamente?
- Ya sabes, fuimos al lugar en cuanto Bora me dio aviso, y los que no murieron en el acto, luego seguimos el rastro, pero los chicos se encargaron de ubicar a los que estaban más lejos
- Thorheld, ya sé que no somos inmortales, pero matarnos no es sencillo y menos si contamos con un Diolfr. Entonces… ¿cómo es posible…?
- Fue una trampa, held
- Una trampa - repitió en tono de duda
- Elouen era un berserker, pero también era un arzhvael al que por algún motivo que desconozco, le gustaba la política, algo que no puedo entender sabiendo como sabemos que todos esos fulanos son unos mentirosos
- No todos - dijo Mael pensando en Peter y en Kelan
- Bien, pero el asunto es, que como un berserker no puede serlo de ninguna manera por mucho que lo intente…
- Yo sé de uno que no solo lo intenta y…
- Y no lo consigue, porque si hablas de Elijah, sí, es verdad, ha dicho algunas mentiras sobre todo en la escuela y para encubrir a sus hermanos, primos o amigos, pero ¿crees realmente que alguna vez le creyeron?
- Pues así debió ser, porque…
- No held, todo lo que consiguió fue que lo castigaran a él. Si tienes tiempo y paciencia, puedes ver todos los registros de los que yo estoy al tanto porque Jorvik y Jarle me mantenían informado, pero el asunto es que, si los revisas, verás que Elijah nunca intentó negar una fechoría, solo se hacía responsable de las mismas, y no era que le creyesen, sino que no podían probar que no había sido como él decía. En fecha un poco más reciente, intentó mentirle de forma descarada a Jonathan, pero él no le creyó ni una palabra. Convéncete, held, nada de lo que nos fue otorgado por los Dioses, es susceptible a ser modificado - como Mael se limitó a juntar las cejas, Thorheld continuó - Como te decía, Elouen no podía mentir, de modo que siempre expresó sus ideas de forma honesta, y aunque en muchas ocasiones eso produjo fricciones, no fue hasta que O’Neill intentó coaccionar al consejo que las cosas se pusieron mal, pues Elouen lo enfrentó de forma abierta. Sabemos que los hombres de O’Neill intentaron sorprenderlo con las consecuencias previsibles, de manera que como no estaba teniendo éxito, utilizó el método alternativo - y como Mael lo miró esperando, agregó - Una mujer
- ¿Qué?
- Vamos Mael, tu padre era un hombre, y si algo tenemos todos, es un serio problema para mantenernos alejados de las chicas
- Los tendrán ustedes… - comenzó Mael, pero se detuvo al verlo reír y no porque eso no fuese lo habitual, sino porque recordó algunas cosas
- Amamos a solo una, claro que no es tu caso, pero es así para los demás, sin embargo, nos enamoramos muchas veces y ciertamente necesitamos a las chicas y lo sabes bien. Te concedo que lo que no necesitamos es ir tras ellas, porque…
- Ya entendí - lo interrumpió
- Bien, el asunto es que aquella en particular tenía como empresa drogar a Elouen, una muy mala decisión, porque si bien lo consiguió en parte, y nuestro instinto puede fallar en ocasiones, en especial con las chicas, sabes que tenemos los sentidos muy desarrollados, así que en cuanto Elouen percibió que algo no estaba bien en el sabor y el olor de lo que estaba tomando, perdió el interés y la razón, porque le arrancó la cabeza a aquella desdichada, algo afortunado para ella, porque si hubiese caído en mis manos, te aseguro que lo habría lamentado mucho