Alexander despertó y cuando abrió los ojos los cerró casi enseguida pensando que aquel era otro día sin…
Una enorme sonrisa se dibujó en sus labios y se dejó caer de nuevo cerrando los ojos otra vez y deslizándose por los recuerdos recientes.
Cuando despertó después de haber sido herido en la boda de Meilyr, lo primero que vio fueron los preocupados ojos de Samantha.
No obstante, se tomó un segundo para reajustar su expresión antes de abrir de nuevo los ojos.
Sin embargo, para aumentar su desesperación, Meilyr solo se le lanzó encima llorando y de forma automática el la rodeó con sus brazos y comenzó a tranquilizarla mientras mentalmente le hacía un centenar de preguntas a Samantaha y ella le recomendaba tranquilizarse asegurándole que todos estaban bien.
Las cosas se le complicaron mucho al pobre chico, porque Meilyr elevó el rostro y Alex sintió que su pulso se aceleraba, el corazón golpeaba su pecho en forma dolorosa y como si el mjölnir estuviese martilleando sus sienes; aun así, intentó alejarla.
Pero cuando Meilyr acaricio su rostro, todo el conjunto de alteraciones que había estado sufriendo y conteniendo en virtud del enorme amor que sentía por ella, lo hicieron colapsar y sin poder evitarlo se apoderó de los labios de la chica. A pesar de que Alexander llevaba casi toda una vida amándola, y más de ocho años torturándose con algo que nunca sucedería, ahora que había sucedido, no actuó con la voracidad o la violencia de individuos como los Cornwall o Elijah, sino que fue un contacto suave y casi ligero que lo transportó al Valhalla haciéndolo pensar que ahora podría morir en paz. A pesar de que nunca en su vida se había sentido mejor o más feliz, hizo un esfuerzo titánico para separarse y una sonrisa triste se dibujó en sus labios antes de hablar.
Como era muy improbable que lo que estaba escuchando encontrase una imagen acorde en su mente, Meilyr se decidió por una demostración práctica y mucho menos delicada, con lo que la buena voluntad, la decisión, los pensamientos en relación a no buscarle problemas o cualquier otro, se fueron a paseo y la estrechó con fuerza.
Mientras ellos estaban perdidos en aquel carrousel de dicha, un par de lágrimas se deslizaron por las mejillas de Samantha y dio gracias a los dioses, porque finalmente su niño dulce, podría alcanzar la felicidad. Los chicos que habían ido a ver si ya Alex podía ser trasladado, algunos emitieron el habitual silbido mientras que especialmente las chicas, tenían un escándalo soberbio, de modo que la parejita aterrizó, aunque no parecía que Alexander fuese a prestarle atención sino a una sola persona.
Como cabría suponer y si bien Meilyr como de costumbre, obedeció a Elijah, apenas dijo que su compromiso con Valandil se había suspendido, Alexander no escuchó nada más y ella podría haberse ahorrado unos detalles que tendría que repetir más adelante, porque Alex estaba demasiado feliz y no se enteraría de nada más en forma inmediata.
Editado: 03.12.2024