Con las cosas tan mal no solo a nivel interno, sino con los Svartálfar, Ioan finalmente autorizó la liberación de Ruslam con la condición de que él no lo viese. Aquello le supuso la ira de Nathaniel a quien Izek advirtió antes de que fuese a encontrarse a Rulam por los pasillos, de modo que Nat se fue derecho a reclamárselo a Ioan.
Como Levka y Nevek no necesitaban que aquella frase fuese acompañada de un nombre, supusieron que las cosas podían complicársele a Ioan con aquel chico, pero como también pensaron que era mala idea estar presentes y escuchar que alguien se dirigía en aquel tono a Ioan, tomaron la sana decisión de marcharse arrastrando a Gavrel con ellos.
Nat lo miró con incredulidad, porque no era que hubiese creído en realidad que Ioan fuese a tomar una decisión tan drástica como la de matar a Ruslam sabiendo como sabía, que aquel era su hermano, pero a su juicio, ocho meses de encierro no se correspondían de ninguna manera con la magnitud de su crimen y estaba furioso.
Nat se giró y lo miró en forma peligrosa mientras volvía sobre sus pasos para enfrentarlo.
Izek tuvo un momento de verdadero pánico y se movió con rapidez, porque, aunque Nathaniel lo había notado e intentó detener el ataque estirando los brazos, Ioan lo había sujetado por el cuello y había llevado la mano que Izek intentó sujetar, al pecho de Nat, pero un segundo después Ioan lo había soltado y no por voluntad propia, sino porque un peligroso rayo había impactado en él arrojándolo a varios metros mientras Izek sujetaba a Nat apartándolo de Ioan que era su principal objetivo, pues había percibido con claridad las intenciones de Ioan.
Dicho esto le dio la espalda y caminó hacia la salida donde estaban Nevek y Levka en estupefacto silencio y preguntándose quién era realmente aquel sujeto, porque dada la naturaleza de ambos, podían entender que manejase ciertos niveles de energía, pero en principio, tendría que haberle tomado un poco más de tiempo poder compaginar la esencia negativa que ahora residía en su sangre con su naturaleza arzhvael, y con tanto resentimiento como sabían albergaba, esto habría demorado más el asunto suponiendo que no lo hiciese absolutamente imposible. Sin embargo, no solo parecía conservar intactos sus poderes arzhvael, sino que tenía uno completamente incompatible con su nueva naturaleza, pero si bien habían estado siendo testigos de todo lo anterior, en aquel momento estaban percibiendo con claridad su ira, y, sin embargo, se había controlado como para no matar a Ioan y era lo que los tenía estupefactos, pues era evidente que podría haberlo hecho.
Con las cosas así, comenzaron a temer por el futuro de su raza, porque si de algo estaban seguros, era que Ioan no iba a quedarse tranquilo e intentaría perseguirlo caminando directamente hacia su propia destrucción y la de todos ellos. Aun así, Nevek hizo un último intento desesperado.
Editado: 16.11.2024