Arzhvael (libro 12. Amor en tiempos de guerra)

Cap. 19 Oportunidad

 

Iván había vuelto al lado de su hijo una vez que le había hecho el juramento a Izek, pero se había asegurado de transmitir a Iker que no lo dejase volver a Rejett, y no porque ahora quisiese tenerlo cerca más de lo que lo quería antes, sino porque sabía que con seguridad Ioan iba a matarlo.

Aunque Nat estaba relativamente bien y habrían podido permitirle recuperar la consciencia, Iván había decidido hacerlo dormir más de lo necesario para que su energía tuviese más tiempo de estabilizarse. Como les había explicado a Elar y a Megan lo sucedido en Rejett, y los motivos por los que Nat estaba sintiéndose miserable, cuando cerca de medianoche sintió que estaba despertando, les pidió que lo dejasen hablar un momento a solas con él. Ellas abandonaron la habitación y Nat aun demoró unos minutos en recuperar la consciencia.

  • Papá
  • Bienvenido – le dijo él con serenidad mientras efectuaba un chequeo básico

A Nathaniel le tomó muy poco tiempo recuperar los recuerdos recientes e Iván vio emerger la tristeza, la culpa y por último la desesperación, y aunque no entendió de inmediato lo último, pronto lo haría.

  • ¡Izek! – exclamó incorporándose – ¡Ioan va a matarlo!
  • Tranquilízate hijo
  • Pero es que…
  • Izek está a salvo

Nat se tranquilizó, pero daría inicio a un relato que no contribuiría en nada a disminuir la ira y el odio de Iván por aquel le había dado la vida, pero lo escuchó con tanta calma como pudo reunir, aunque su corazón estaba haciéndose pedazos, pues no le estaba hablando de lo recientemente ocurrido, aunque terminaría con eso, sino que estaba haciéndole un doloroso y detallado recuento de los ocho años precedentes, algo que no había hecho antes.

  • Perdóname papá – dijo el chico casi al final, aunque Iván no veía una razón para aquella petición – no soy el hijo que esperabas y estoy mucho más lejos de ser uno del que puedas sentirte orgulloso
  • ¡Nat! – exclamó auténticamente horrorizado, pero él pareció ni siquiera escucharlo
  • No solo fui lo bastante idiota como para dudar de tu amor, sino que intenté convencerte de que todo lo que te había hecho Ioan lo había hecho por amor
  • Nat escúchame…
  • Y ni siquiera ahora, que acaba de intentar matarme, puedo odiarlo, y todo lo que siento es un terrible dolor aquí – concluyó llevándose la mano al pecho

Iván dejó de intentar hacerse escuchar y rodeó a Nathaniel con sus brazos donde el chico lloró como un niño pequeño. Iván sabía que su hijo lloraba no solo por el terrible descubrimiento que acababa de hacer y que él sabía lo mucho que dolía, porque él había pasado por lo mismo al descubrir que el padre al que había amado no merecía ese amor, sino que lloraba por los ocho años de angustia, miedo, dolor y soledad a los que había sido condenado y por la mitad de la vida que le había robado; pero adicional a lo anterior, Iván sabía que lo que estaba atormentando a Nathaniel era que como había dicho, aun sabiendo lo que ahora sabía, no podía odiar a aquel cretino desgraciado, porque el vínculo que se había establecido entre ellos, para un vampiro que viviese de acuerdo a sus costumbres solo implicaría una adhesión y lealtad superior a la de otros, pero para Nat que no lo era, lo que involucraba era unos sentimientos que al sentirse traicionado, solo iban a hacerle mucho daño.

 

Como Nat estaba físicamente estable, pudo abandonar el hospital al día siguiente, pero como seguía preocupado por Izek, apenas llegaron a casa, le pidió a su padre reunirse en el estudio tanto con el objeto de su preocupación inmediata, como con Iker quien no lo preocupaba menos. Por un horroroso momento, Iván pensó que su hijo iba a insistir en que debía volver a Rejett, y si era así, en esta ocasión y si era necesario, aunque se le rompiese el corazón, tendría que encerrarlo, porque estaba positivamente seguro que Ioan iba a matarlo.

  • Bien, te escucho – dijo cuando estuvieron todos
  • ¿Se me permite hablar? – preguntó Izek para extrañeza de todos, pero como Iván dio su autorización, él se dirigió a Nat – Entiendo el valor de una promesa y lo importante que es para ti la palabra que empeñas, pero no debes volver a Rejett, fenség

Padre e hijo elevaron las cejas de forma idéntica, porque si de alguien no habrían esperado aquello, era de Izek. Sin embargo, escucharon reír a Iker y lo miraron a él.

  • No es mi persona favorita, pero solo demuestra que no es estúpido, porque sabe que, si vuelves, él tendrá que hacerlo contigo al igual que yo, y sabe igualmente que Ioan intentará matarlos a ambos, lo que me obligará a mí a matarlo a él – expuso con su brusquedad habitual

Aunque Iván seguía sorprendido y no por lo que había dicho Iker, pues eso era algo de lo que él estaba tan seguro como el chico, sino por lo que había dicho Izek, antes de poder decir nada, Nathaniel lo haría.

  • Es cierto que me enseñaron que la palabra empeñada tenía tanto valor como un documento firmado, pero me estaría traicionando a mí mismo si decidiese volver, porque estoy seguro que como dijo Iker, Ioan va a matarme – y en este punto Iván pudo respirar tranquilo, pero prestó atención, porque Nat ahora le hablaba a él – Papá, sé que no tengo derecho a pedirte nada y menos si esto involucra a algo o a alguien relacionado con Ioan, pero lo que te pido lo hago en virtud de la justicia, porque así como yo no puedo volver, Izek tampoco, pero como también sé que no puedo imponerle su presencia a los demás, solicito tu autorización para trasladarnos a Lorzii
  • Esto no es necesario, fenség – intervino Izek – tengo a donde ir
  • Seguro – dijo Iker, aunque no era con él – pero es tan estúpido como volver a Rejett, porque el cretino que tienes por hermano sabe donde está tu casa, y supongo que no estarás pensando en refugiarte con esa encantadora criatura con la que creciste




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