Iván había vuelto al lado de su hijo una vez que le había hecho el juramento a Izek, pero se había asegurado de transmitir a Iker que no lo dejase volver a Rejett, y no porque ahora quisiese tenerlo cerca más de lo que lo quería antes, sino porque sabía que con seguridad Ioan iba a matarlo.
Aunque Nat estaba relativamente bien y habrían podido permitirle recuperar la consciencia, Iván había decidido hacerlo dormir más de lo necesario para que su energía tuviese más tiempo de estabilizarse. Como les había explicado a Elar y a Megan lo sucedido en Rejett, y los motivos por los que Nat estaba sintiéndose miserable, cuando cerca de medianoche sintió que estaba despertando, les pidió que lo dejasen hablar un momento a solas con él. Ellas abandonaron la habitación y Nat aun demoró unos minutos en recuperar la consciencia.
A Nathaniel le tomó muy poco tiempo recuperar los recuerdos recientes e Iván vio emerger la tristeza, la culpa y por último la desesperación, y aunque no entendió de inmediato lo último, pronto lo haría.
Nat se tranquilizó, pero daría inicio a un relato que no contribuiría en nada a disminuir la ira y el odio de Iván por aquel le había dado la vida, pero lo escuchó con tanta calma como pudo reunir, aunque su corazón estaba haciéndose pedazos, pues no le estaba hablando de lo recientemente ocurrido, aunque terminaría con eso, sino que estaba haciéndole un doloroso y detallado recuento de los ocho años precedentes, algo que no había hecho antes.
Iván dejó de intentar hacerse escuchar y rodeó a Nathaniel con sus brazos donde el chico lloró como un niño pequeño. Iván sabía que su hijo lloraba no solo por el terrible descubrimiento que acababa de hacer y que él sabía lo mucho que dolía, porque él había pasado por lo mismo al descubrir que el padre al que había amado no merecía ese amor, sino que lloraba por los ocho años de angustia, miedo, dolor y soledad a los que había sido condenado y por la mitad de la vida que le había robado; pero adicional a lo anterior, Iván sabía que lo que estaba atormentando a Nathaniel era que como había dicho, aun sabiendo lo que ahora sabía, no podía odiar a aquel cretino desgraciado, porque el vínculo que se había establecido entre ellos, para un vampiro que viviese de acuerdo a sus costumbres solo implicaría una adhesión y lealtad superior a la de otros, pero para Nat que no lo era, lo que involucraba era unos sentimientos que al sentirse traicionado, solo iban a hacerle mucho daño.
Como Nat estaba físicamente estable, pudo abandonar el hospital al día siguiente, pero como seguía preocupado por Izek, apenas llegaron a casa, le pidió a su padre reunirse en el estudio tanto con el objeto de su preocupación inmediata, como con Iker quien no lo preocupaba menos. Por un horroroso momento, Iván pensó que su hijo iba a insistir en que debía volver a Rejett, y si era así, en esta ocasión y si era necesario, aunque se le rompiese el corazón, tendría que encerrarlo, porque estaba positivamente seguro que Ioan iba a matarlo.
Padre e hijo elevaron las cejas de forma idéntica, porque si de alguien no habrían esperado aquello, era de Izek. Sin embargo, escucharon reír a Iker y lo miraron a él.
Aunque Iván seguía sorprendido y no por lo que había dicho Iker, pues eso era algo de lo que él estaba tan seguro como el chico, sino por lo que había dicho Izek, antes de poder decir nada, Nathaniel lo haría.
Editado: 16.11.2024