Arzhvael (libro 12. Amor en tiempos de guerra)

Cap. 21 Nacimientos

 

A pesar de que Gamariel era la más parecida a Giulian en actitud general, era Galadriel la que se había decantado por el espionaje como su progenitor, de manera que entre sus intereses estaba el estudio del mundo firbolg, y en la actualidad tenía tantos conocimientos que casi parecía que viviese en él. Sin embargo, siendo que Galadriel al igual que su hermana, no formaban parte de la Orden y estaban de cacería junto con Dreo, como Jonathan no tenía juicio en opinión de todo aquel que lo conocía, le había pedido ayuda a la trilliza y ambos se habían infiltrado en una universidad que esperaban fuese atacada en breve, pero cuando la trilliza percibió el dolor de sus hermanos, sujetó el brazo de Jonathan.

  • Tenemos que marcharnos. Ahora – le dijo
  • Uyyyy – dijeron los chicos del grupo con el que estaban – Yo me apresuraría a obedecer, compañero
  • Seguro, porque si yo tuviese una chica como la tuya, ni siquiera lo pensaría independientemente del motivo por el que quisiera llevarme a otra parte – dijo otro

Jonathan les dijo alguna de sus payasadas mientras se ponía de pie y sujetaba a Gali alejándose. Los chicos siguieron diciendo cualquier cantidad de inconveniencias, pues estaban en la creencia de que aquellos dos eran pareja, pero en cuanto desaparecieron de la vista, Jonathan se detuvo y estaba por preguntar qué sucedía cuando se sintió arrastrado en la desmaterialización y aparecieron en Garselid en medio del caos.

 

A pesar de la ahora constante presencia de Jud en Garselid, Jairel igual salía poco del área que habitaba, sin embargo, ese día su hijo fue por ella arrastrándola de la forma más inconsulta hacia donde estaban los heridos.

  • Lai, son amigos. Ayúdalos – le dijo

De manera que, por lo anterior, y una vez que los alquimistas habían atendido a Erik, Derian y Sasha, los habían colocado en un mismo espacio y Jairel estaba con ellos, aunque también estaban allí Eurielle, Megan, una llorosa Evrei, Urs, y aunque procurando no ser visto, Iker. Sin emabrgo, cuando sintieron la alteración de la energía, Iker fue el primero en desaparecer de allí para materializarse donde tenían lugar los hechos.

 

Los grupos de Armel, Samantha, Waleska, Daira y Amy, habían estado ocupados haciendo frente a otro ataque que redujo casi a cenizas una población y trasladando a las víctimas a Arx, pero cuando Armel se marchó, Samantha y Daira se quedaron atendiendo a los heridos que eran muchos. Sin embargo, cuando Sam recibió el desesperado llamado de su hermano, partió a toda prisa y sentiría que se le rompía el corazón al encontrarse con aquella situación.

 

Danny había sido el primero en notar la aparición de su hemana seguido de Giulian y Darien, pero el primero, y aunque caminó hacia ella, no tuvo necesidad de pedirle nada, porque ella comenzó a avanzar hacia la estancia donde tenían a Armelí. Sin embargo, Iker se interpuso sujetándola.

  • No puedes pasar por ahí, tía – dijo refiriéndose al desastre que tenían armado Ethan y Dreo
  • No te…

Samantha no tuvo ocasión para decirle que no necesitaba hacerlo, porque un segundo después, estaban al lado de la cama donde tenían a Armelí.

  • ¡Fuera de aquí! – exclamó uno de los alquimistas
  • No soy bueno para obedecer y menos a quien no tiene derecho a darme órdenes – dijo Iker en tono helado

Samantha por su parte, no había perdido el tiempo y había comenzado a emitir su energía para ayudar a Armelí, mientras que Iker había detenido el ataque del que estaba siendo objeto y una sonrisa maligna se dibujó en sus labios.

  • ¿De veras quieren seguir con esto? – les preguntó a los presentes mientras se acercaba a uno sujetándolo por el cuello – No tengo ningún interés en matarte, pero no me importaría hacerlo

Mientras decía y hacía esto, fue consciente del individuo que se le acercaba por la espalda con una estaca de espino, así que se giró un poco y lo detuvo, pero sus ojos enrojecieron y por ese mismo camino comenzó a emitir un resplandor que paralizó a los demás.

  • Déjenlo – escucharon y más que por obediencia, por instinto de conservación, los elfos se alejaron

Iker lanzó al que tenía sujeto y se volvió para ver a Ysandar y a Ysberyr.

  • Te pido disculpas – dijo Ysandar, pero él solo lo miró sin expresión alguna – Ya me escucharon, Lafiel – insistió Ysandar, pues el individuo aquel seguía teniendo una estaca en la mano – Él no pretende hacerle daño a nadie

Iker fue prefectamente consciente del desacuerdo de los alquimistas y los miró con desprecio.

  • ¿Y son ustedes los que se dicen una raza superior? – puntualizó con el mencionado desprecio – Si ni siquiera son capaces de aceptar la ayuda de alguien que no solo quiere, sino que está en capacidad de brindarla, solo porque saben que es más poderosa que todos ustedes juntos, solo demuestra que no son superiores en ningún sentido y sí muy estúpidos y arrogantes.




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