Cap. 24 ¿Amigos?

Aunque los arzhaelíes habían estado muy ocupados, no habían desoído a Thorheld cuando en la primera reunión y posterior inspección de Arx, les advirtió que necesitarían otros lugares con similares caracterísísticas para albergar y proteger a los arzhvaels que fuesen desplazados por el conflicto; de modo que se habían dado mucha prisa primero en encontrar los mencionados lugares, porque la orden no poseía otras propiedades de iguales características, y luego en acondicionarlas. Lo primero fue posible gracias a Thorheld y a Kelan. Thorheld ofreció su casa, algo que provocó los acostumbrados comentarios de Danny, Gail y Diandra que pensaban que cualquier bosque era el lugar más inadecuado para brindar protección de cualquier especie. Sin embargo, cuando fueron a ver la casa, ni siquiera Danny pareció encontrar su lengua para quejarse por el tamaño, pues si habitualmente encontraba que la costumbre de sus congéneres de calificar de casa a sus propiedades era un eufemismo descomunal, lo que estaban viendo estaba a años luz incluso de Averdeen, porque no era solo un enorme castillo, sino que se trataba de una ciudadela parecida a la de Arx, solo que la misma estaba completamente vacía.

En el caso de Kelan les extrañó menos, pues al igual que los Cornwall que eran los dueños de Rieg, y los mismos Douglas que lo eran de Saverí y estas eran poblaciones completas, los Dlagleish lo eran de Tarel, un lugar que siendo por definición Nemhain, los chicos no conocían.

La cuestión fue que los trabajos inciaron de forma inmediata, y aunque estuvieron listos relativamente pronto, a inicios del conflicto la gente no se mostró especialmente propensa a abandonar sus hogares. Sin embargo, en el caso de Tarel, comenzó a ser ocupada mucho más rápido debido a que los Nemhain seguían sufriendo la sangrienta persecución de los vampiros, pero a la fecha, y después de varios años, el conflicto se había recrudecido y los arzhvaels estaban desesperados, de modo que Iván comisionó a Elar, Daira, Samantha y Waleska para que se hiciesen cargo de trasladar a aquellos que no podían hacerlo con seguridad e instalarlos, de manera que en la actualidad Snodfjell, la propiedad ofrecida por Thorheld, ya estaba en plena actividad.

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La madrugada del nacimiento de Ari, Nathaniel y Megan estaban muy preocupados, porque después que Izek había pedido autorización a Nat para marcharse, no lo habían vuelto a ver.

• Siempre que lo llamas, viene – dijo Megan – ¿Por qué no lo haces?
• Aunque no había querido hacerlo, porque Izek no es un sirviente, hace un momento lo intenté y… ¡Meg! – exclamó

Esto obedecía a que, si bien Megan no era como Aria que iba por ahí sufriendo ataques histéricos, o de ira, sí compartía con su prima la propensión a alterarse, solo que siempore que le sucedía, procuraba que nadie lo notara. Sin embargo, en esta ocasión y estando con Nat, no se apresuró a alejarse como era lo usual, así que él se alarmó.

• ¿Cielo, qué te sucede?
• Nat, Izek… podría estar en peligro

Como la preocupación de Nathaniel obedecía justamente a eso, pues sabía que sobre Izek pesaba la misma amenaza que sobre él, intentó tranquilizar a su esposa y, entendió además, la angustia de la chica, porque a pesar de que Izek no era la mata de la simpatía y, en realidad, era todo lo contrario, con Megan se había comportado de forma inmejorable, y sumado a lo anterior, como Nat le había referido con detalle toda su relación con Izek, la chica en verdad no estaba solo agradecida, sino que le había tomado verdadero afecto.

• Lo resolveré, Meg, no te…
• ¡No! – exclamó ella aferrándose a él – Tu abuelo los quiere muertos a los dos. Pídele ayuda a Iván, o a los…
• Meg, nadie de la orden va a ayudarme
• ¿Por qué? Entiendo que no eres miembro de la orden, pero casi todos…
• Meg – la interrumpió – Izek es un vampiro, y te aseguro que, aunque papá pueda entenderme, lo que no puede es ordenar a nadie iniciar esa búsqueda

Aunque ninguno de los dos tenía sueño, había sido un día largo y estresante, así que igual se fueron a la cama, pero con una angustiosa sensación de desastre.

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A diferencia de Mael, que antes de casarse con Lizzy, había iniciado las remodelaciones en Varulv, aunque pasaban más bien poco tiempo allí, Elijah ni siquiera se planteó escoger alguna de las muchas propiedades que tenían disponibles, y, de hecho, la parejita tuvo un furioso pleito tanto con los abuelos McKenzie, como con Daira, pues la pareja quería darles como regalo de bodas, una casa.

• Linda, entiendo que todas las propiedades de Mael están en Noruega, así como entiendo que no quieran irse tan lejos, pero nosotros tenemos otras mucho más cerca – le dijo Peter a su nieta
• No me fastidies, abuelo – dijo ella con el mencionado fastidio, y Jud que estaba presente y ahora tenía un abuelo, pareció pensar que aquel no era modo de dirigirse a uno
• Nell, es tu abuelo
• Eso lo sé yo mejor que tú, Jud
• Aria…
• ¡Dije que no!
• ¿Qué esta sucediendo aquí? – preguntó Elijah que venía entrando con Dan, Giulian y Samantha