La orden que había dado Ysandar, una vez que se había recueprado del golpe de energía ocasionado por Iker, era la de trasladar a todos los heridos a Garselid, y los miembros de la orden se sumaron a ella, porque Garselid estaba mucho más cerca que Arx. De manera que, cuando toda la devastación ocasionada tanto por Elijah como por Iker cesó, se apresuraron a hacer una rápida evaluación de daños, y aquellos que podían moverse, iniciaron el traslado de los que no.
Jairel había sido una de las afectadas por la onda de energía, y no porque la misma fuese dañina para ella, sino por el impacto de la misma que los había alcanzado a ella y a los uzkys a quienes los Natchzherer habían intentado poner a salvo del agua de la tormenta, los hizo caer, y en el caso de Jairel, golpearse en forma violenta contra una piedra. Erk, aunque tenía varias heridas de flecha, la miró y cuando estaba levantándola, escuchó a Erik.
Todos los chicos eran hábiles y poderosos, herencia directa de sus progenitores, aunque sus poderes no se correspondiesen exactamente con aquellos de los que sus padres eran portadores, pero cada uno de los que habían ingresado a la Orden, tenía habilidades militares específicas, y una de las de Erik, era la de la rápida visualización de una situación y la capacidad para una veloz organización, algo que con quien compartía era con Armel. De modo que, era por ello que era quien estaba ocupándose de dar las órdenes para los traslados.
Si bien era cierto que Erk no habría podido ni acercarse a ninguna comunidad élfica, no lo era con relación a Garselid, no solo porque ya había estado allí, sino porque Ysandar había dado órdenes específicas para que a ninguno de los parientes de Jud se les negase nunca la entrada.
Erk miró con ira a Erik y sintió el mismo deseo de golpearlo que le provocaba Aria, pero como ciertamente no era estúpido, entendió que el niño aquel no iba a escucharlo, y como tenía urgencia de que Jairel fuese atendida, pues no sabía exactamente qué le había ocurrido, les echó un breve vistazo a sus otros hijos viendo que Eri se ocupaba de Vir y de Bri que estaban sin sentido.
Eri sabía que lo que preocupaba a su padre era el daño por el agua, pero si bien tanto Vir como Bri se habían mojado un poco, la velocidad de Brendan y Svan había evitado mayores daños, y el caso que preocupaba a Eri, aunque no se lo dijo a Erk, era el de Bri, ya que el chico en su afán por proteger a Samantha, había recibido tres flechazos en la espalda, y si estaba preocupado, era porque a pesar de que a los uzkys parecía hacerles muy poco daño el veneno de las flechas élficas, fuesen Ljósalfar o Svartárlfar, a Bri siempre lo habían afectado más, y lo que no sabía, era que por las venas de su hijo también corría sangre élfica, porque de haber sabido que la madre del chico era a su vez hija de una elfa, habrían actuado con él como lo habían hecho siempre con Jud que sí sabían quién era la madre, y había sido la razón por la que a Jud siempre habían intentado mantenerlo alejado de las comunidades élficas.
Como ellos estaban más cerca de Garselid que los demás, pues era hacia donde los chicos los habían movido, llegarían primero.
En el caso de los que estaban en el lugar de la devastación, algunos estaban conscientes, pero otros muchos no, así que Daira, Iván y Samantha, hacían una rápida revisión cuando escucharon la voz de Meylir.
No solo ella, sino los demás, se giraron intentando ubicarla, especialmente Alexander que apenas estaba recuperando el sentido y sintió pánico al percibir el de su mujer, así que apartó con escasa delicadeza a Gamariel que era quien lo había estado revisando y corrió.
Cuando llegaron a donde estaba inclinada Meylir, vieron a Alaric evidentemente sin sentido, con varias flechas en brazos y espalda, y en una posición algo extraña, pero cuando Iván lo giró, vieron que debajo estaba Del, lo que aclaró con rapidez que había estado protegiendo al niño.
Alaric había visto cuando Elijah colocaba al niño en la rama del árbol, así que cuando escuchó el primer trueno, se desmaterializó hacia donde estaba Del, pero al materializarse de nuevo y mientras lo bajaba, recibió el ataque de los Svartálfar, y era por ello que todas las flechas que Meylir había estado quitándole, estaban en la espalda y la parte posterior de sus brazos.
El grito de Evrei que, entre otras cosas, no tendría que haber estado allí, los sacó de la momentánea paralización, así que mientras la chica se agachaba e intentaba mover al pequeño Del, Iván intentaba que Meylir se apartase.
Editado: 16.11.2024