Arzhvael (libro 12. Amor en tiempos de guerra)

Cap. 39 Viejos enemigos

Eved Lery no había llegado a la escuela tan bien preparado como los chicos de la familia, porque si bien Frieg se había ocupado de enseñarle algunas cosas, sobre todo recordando lo mal que él lo había pasado con los Douglas, no parecía haberse esforzado lo suficiente con su retoño. Sin embargo, en los últimos años, Zoran y Denielig habían cubierto las deficiencias, y en realidad, habían hecho trabajar muy duro a Eved.

Por lo anterior, y aunque los krigers se habían preocupado por el número de atacantes y lo reducido del suyo, lo que parecieron olvidar, fue que tres de los jóvenes a los que, por cierto, conocían bien, eran no solo hábiles, sino muy peligrosos, y aunque Zoran parecía petrificado, Eved había ocupado su lugar.

Sin embargo, quienes los atacaban no eran menos peligrosos, con el agravante de que eran, además, unos asesinos, y lo único que les dio una brevísima ventaja, fue el no esperar aquella resistencia.

Jovanôvic había perdido su Athame con el ataque de Denielig, pero extrajo su Gwialen y le devolvió el favor, solo que aquella chica era muy veloz y se había defendido desviando la maldición. Eved estaba enfrentando a dos de los individuos, mientras que era difícil determinar con quie se peleaba Sasha, porque si bien no era tan veloz como su hermano en la utilización de ambos canalizadores, en general nadie esperaba ser atacado de aquella manera.

Uno de los krigers había notado que Zoran había caído sobre una mesa y resbalaba hacia el piso, pero si intentaba alcanzarlo, él mismo resultaría herido y nada podría hacer, así que comenzó a moverse con cautela hacia el chico, pero sin dejar de atacar.

Las alarmas recibidas en Arx y que eran inmediatamente transmitidas a los kriger y arzahelíes, eran atendidas con protintud, de modo que el rápido aviso que había dado el jefe del escuadrón que custodiaba a los chicos, sumada a la sorpresa de los atacantes ante la resistencia, les dio algo de ventaja, aunque no mucha.

Cuando los arzhaelíes comenzaron a materializarse, lo primero que escucharon fue el grito enfurecido de Eved, aunque no sabían que se trataba de él, y el mismo obedecía a que un rayo había alcanzado en un brazo a Denielig, aunque eso no la detuvo.

Jovanôvic se había hecho acompañar de un número importante de secuaces, pero siendo que no era estúpido, al ver la llegada de los arzhaelíes, algo con lo que no había contado, o al menos no de forma tan inmediata, debió cambiar sus planes.

Ninguno de los arzhaelíes sabía que los chicos estaban allí, porque la alarma había sido dada como un ataque en Kelten, pero sin especificar, y como era algo que ya había sucedido en muchos y muy diversos lugares, en cuanto hicieron acto de presencia, se dedicaron a despachar a quienes atacaban y no llevaban el uniforme de la orden.

A los mayores, especialmente, al hacer un rápido cálculo con relación al número de atacantes, y que no había ni vampiros ni Svartálfar, les extrañó que fuese emitida una alarma de aquella naturaleza, pero acostumbrados como estaban, a pensar con rapidez, enseguida concluyeron que posiblemente, los krigers que custodiaban los lugares públicos habían sido testigos del ataque sorpresa y habían solicitado los refuerzos, más que nada, para proteger a los visitantes que estaban de compras. Sin embargo. Giulian quien siempre, y desde su regreso, se había vuelto muy aprensivo con relación a los gemelos a quienes consideraba su responsabilidad, algo que no mejoró cuando fue padre, después de concluir lo anterior, pensó en la posibilidad de que alguno de los chicos, que no había ido con ellos a Garselid, estuviese allí, lo que también justificaría la alarma, pues después del secuestro de Iker y Nat, todos sabían el peligro que corrían los miembros de la familia. Aquella conclusión lo desesperó, olvidándose de que no había vampiros entre los agresores.

Ethan, Iker y Samnatha, fueron los primeros en notar la presencia de las niñas, y al menos los varones, supieron sin lugar a ninguna duda, que Eved también tenía que estar allí, solo que no lo veían. Iker estaba ocupándose de proteger a Samantha, porque captó entre los atacantes, que la habían reconocido, pero, al mismo tiempo, les pasó un mensaje a las chicas para que se marchasen. No obstante, notó que era algo que no iban a hacer, así que lo intentó de otro modo.

  • McEwan, a unos cien metros a tu derecha está Denielig, sácala de aquí

Aunque la voz de Iker no era de las preferidas de Garlan, fue obedecida con prontitud, pero Garlan no tendría más suerte que Iker, y más allá de eso, casi fue atacado por la pequeña Douglas quien sabía que, si lo dejaba acercarse, la arrastraría en la desmaterialiación. Con las cosas así, Iker recurrió a Elijah para que se ocupase de su madre mientras que él se iba derecho hacia donde estaba Sasha con la intención de sujetarla y luego hacerlo con Denielig, porque a él no lo percibiría. Sin embargo, cuando llegó hasta Sasha, escuchó que la chica gritaba el nombre de Zoran.

Iker se quedó momentáneamente paralizado, recibiendo un rayo en el brazo, lo que fueron pésimas noticias para el desdichado que lo atacó, pensando, además, que debía ser sumamente inepto, porque él estaba de espaldas, así que había tenido un blanco perfecto, y adicional a lo anterior, por no haber percibido lo que él era. Con relación a lo último, Iker estaba siendo injusto, pues con sus dorados cabellos parecía un arzhvael ordinario, y aunque en realidad, Iker no era ordinario ni como arzhvael ni como vampiro, eso estaba más lejos de saberlo el individuo.




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