Arzhvael (libro 12. Amor en tiempos de guerra)

Cap. 40 Izek

Cuando Iker despertó y antes de abandonar Lorzii, había expresado su peocupación por Lesra, ya que hasta donde sabían, los Svartálfar no podían permanecer tanto tiempo en la superficie. Nat y Megan habían sentido la misma preocupación, y sería a ellos dos, a quienes una no muy contenta Lesra les había dado las explicaciones del caso, enterándose así, no solo del detalle que ignoraban con relación a la diferencia entre los Björn y los Redwan, sino incluso de que existiese aquella división entre la comunidad Svartálfar.

En cuanto Vladi había escuchado aquello, tuvo el mismo pensamiento con relación a los Svartálfar que tenía con respecto a los vampiros, y como no era que él fuese el más inclinado a guardar silencio, lo expresó sin tener en cuenta con quien hablaba.

  • Pero siendo así, el jefe, o como quiera que se llame entre los Svartálfar – especificó – puede conversar con los miembros del consejo élfico y hacer que las cosas…

Vladi se detuvo y no por la forma que lo estaba mirando Lesra, sino porque le fastidió la violenta intromisión de Nat en su mente, quien hacía lo posible para que dejase de hablar y no enfurecer más a Lesra, ya que Vladi no había estado prestando atención a aquello en particular.

  • Deja de hacer eso, Nathaniel, porque la próxima vez que lo intentes, voy a…
  • ¡Vladi! – exclamó Megan acercándose con rapidez y sujetando uno de sus brazos

Si bien ahora Vladi estaba en la misma situación que Iker, no sucedía con él lo que había sucedido con el segundo, pues a Iker habían dejado de verlo por muchos años, y sumado al hecho de que nunca había sido muy comunicativo, quien regresó les resultó un completo extraño, lo que hizo que al menos en principio, se sintieran un tanto cohibidos en el trato hacia él, mientras que a Vladi no solo no habían dejado de verlo, sino que habían crecido a su lado y ninguno de los chicos experimentó nada diferente. De modo que, por lo anterior, fue que Megan ni lo pensó para ir a sacudir al chico, algo que ni de chiste habría hecho con Iker. No obstante, no podría pasar de ahí, porque Lesra comenzaría un rosario de palabras que no alcanzaron a entender, pero no tenían ninguna duda de que eran como mínimo insultos, y como Vladi, aunque se quejara mucho de la locura de Eve y Dreo, no era muy diferente, se hartó.

  • Si vas a insultarme, al menos hazlo de manera que yo entienda – la interrumpió y Nat cerró los ojos con resignación, pero tampoco podría decir nada
  • Aparte de ser un desgraciado natchzhrer, eres además estúpido – escupió la mujer

Nathaniel y Megan experimentaron el mismo malestar, aunque por razones diferentes, porque Megan a diferencia a Nat y desde que tenían un contacto más directo con elfos y berserkers, se había acostumbrado a que en ambos casos se refiriesen a los vampiros por el sustativo genérico de natchzrer, mientras que Nat no y se sintió irritado pensando que era un insulto a su apellido y no a su raza, en tanto que a Megan la molestó porque ahora ella también era una Natchzhrer y no tuvo en cuenta lo que sabía.

  • ¡Óyeme! – exclamó desplazando su mirada hacia la Svartálfar
  • Meg – la detuvo Vladi y luego miró a Lesra – Entiendo si mi raza no te resulta simpática debido a linda costumbre que tienen, en su mayoría, de ir por ahí fastidiando, aunque no debería, porque la tuya no es mucho mejor. Pero, en cualquier caso, no voy a discutir eso, sino lo otro, es decir, acepto que no te sea simpático, pero deninguna manera que me consideres estúpido, porque en principio, no tienes elementos de juicio para sustentar esa idea, y segundo…
  • Vladi, basta – lo detuvo Nat

Sin embargo, Nat recordó con cierto retraso, que aquel individuo era de la clase a la que le encantaba discutir y, de hecho, era el úico que lo hacía con el otro sujeto más hablador del planeta, es decir, con Elijah, así que tendrían que aguantarse lo mismo tano si les gustaba como si no, y eso incluía a Lesra, pero como Vladi era Vladi, no cejó hasta que finalmente Lesra le diese una explicación que no le habría interesado dar.

  • Mi señor Ahearn fue hecho preso por Cinaed, así que no importa lo que él piense o quiera, porque ningún Ljósalfar va a escucharlo
  • Eso no lo sabes, y si tú nos guías, podríamos rescatarlo y…

Nathaniel pensó que lo de su primo ya rayaba en la obsesión, y de acuerdo a lo que recordaba haberle escuchado a su padre con respecto al desaparecido Vlad, sin duda Vladi lo estaba superando.

  • No digas estupideces – estaba diciendo Lesra
  • Estupidez sería no intentarlo, y si te niegas…
  • ¡No me estoy negando! – le gritó – Pero no sé dónde está mi señor en este momento
  • ¿Cómo? – preguntaron los tres confundidos, porque ella había dicho que estaba preso
  • Mi señor escapó, así que no, no tengo idea de dónde pueda estar

Aquella convresación había finalizado con la ya habitual sensación de saber más bien poco acerca de las otras razas, en los casos de Megan y Nat; con una Lesra muy enfadada, y con un Vladimir muy frustrado, pero al menos Megan estaba bastante segura que no sería lo último que escucharían al respecto, porque como se dijo, ella había crecido al lado de los chicos y sabía de primera mano que Vladi no iba a quedarse de brazos cruzados, y quien cruzó los dedos fue ella pidiendo a los dioses que el loco aquel no fuese a meterse en un lío demasiado grande en el que con toda seguridad, todos se verían implicados.




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