Iker y Garlan sabían que Gema estaba en Garselid, de manera que ambos se habían materializado directamente allí. Sin embargo, Alaric les había informado que Ysandar la había llevado a Ylwyn, pero había intentado decirlo con la mayor delicadeza y con escasez de detalles, agregando que debían estar por volver a pesar de que no tenía ni idea de si eso podía ser cierto. Aun así y como cabía esperar, a Garlan no le sentó nada bien y estaba exigiendo saber: “¿Qué demonios tenía que hacer allí su mujer”?
Antes de que Alaric pudiese ni siquiera pensar en algo concreto qué decir, Iker había sujetado a Garlan y lo estaba sacudiendo.
Iker había averiguado por sus propios medios el motivo de aquella visita, y de ahí su advertencia, pero como ya se ha dicho con anterioridad, Garlan era extraordinariamente parecido a Giulian con el agravante de su horroroso carácter, así que imaginó lo que quiso, y en cuanto Iker desapareció, la emprendió contra el desventurado Alaric. Lo anterir no le duró mucho y pasó a amenazarlo.
Gwireg era uno de los pocos elfos que estaba perfectamente al tanto de quién y cómo era Garlan, porque no solo lo conocía desde niño, sino que el mismo Alaric le había contado muchísimas cosas, y aunque en todos aquellos años y durante sus visitas a Garselid, Garlan había observado un comportamiento impecable, sabiendo lo que sabía de aquel sujeto, a Gwireg le extrañó poco aquella reacción, así que les hizo una seña a los seis arqueros que se habían apresurado a acercarse cuando sintieron la alteración, para que se detuvieran y no atacaran a Garlan, pero también en el sentido de seguirlos.
Aunque Alaric era un hombre hecho y derecho desde hacía muchísimo tiempo, Gwireg, que tenía muchísimos más años que él, seguía viéndolo como el niño que Ysandar le había encargado cuando fue llevado a Garselid para aprender los usos y costumbres de su raza, de manera que, por ello, era que Gwireg casi no se había seprado de Alaric desde el ataque, y fue por ello también, que él mismo fue a la cabeza de los arqueros a los que había ordenado seguirlos.
Iker, y aunque no era especialmente delicado la mayor parte del tiempo, no lo era solo por fastidiar, pero en realidad y a pesar de no ser consciente de ello, había heredado de sus ancestros, tanto de los McKenzie como de los Lèvedev, la vena dipolomática, pues en ambos casos y en especial el de los McKenzie, tenían una larguísima tradición de políticos, embajadores y dipomáticos destacados que solo se había roto en la última generación, es decir, con la de Peter, Jonathan y sus hermanos, pues nienguno había mostrado interés en la política, y Aderyn era la única que desempeñaba un cargo más bien nominal en aquella área al ser el enlace junto con Dan, entre el consejo arzahelí y el de estado.
El asunto fue que, aunque no dejó de utilizar sus habilidades, intentó hacerlo con mesura para no causar escándalo cuando llegó a Ylwyn, sino que convenció a los arqueros de guardia para que le permitiesen hablar con Alcarin y el primero sorprendido fue éste, porque no había forma de que un vampiro se acercase tanto a su bosque sin que se dispararan todas las alarmas, ya que a diferencia de como era anteriormente y a raíz de la cruenta guerra que estaba teniendo lugar, habían extendido el área de protección y el vedelym se disparaba mucho antes de aquellos seres se acercasen a la entrada de las ciudadelas. Y más difícil aún que no solo lo hubiese hecho, sino que algún elfo estuviese hablando tan pacífica y tarqnuilamente con él.
No obstante, recordó con rapidez que el guardia que había ido a darle aviso, le había dicho que el señor McKenzie solicitaba una audiencia urgente, de modo que él había pensado que se trataba de Peter McKenzie, pero ver a alguno de sus hijos tampoco le habría extrañado tanto, y lo que lo hizo fue el percibir, mucho antes de llegar, que quien se encontraba allí era un vampiro, y lo bueno fue que su mano se detuvo al recordar que había un McKenzie que lo era.
Por un momento, Alcarin sintió deseos de reír al escucharlo llamarla así y no señora McEwan o simplemente Gema, algo que no se le escapó a Iker, pero a él le importaba poco lo que alguien más pensase. Alcarin le hizo señas para que lo siguiese, pero apenas estaban caminando por uno de los pasillos cuando se presentó la conmoción de la abrupta llegada de Alaric y Garlan. Iker sintió el más sincero deseo de en verdad quitarle la cabeza al necio aquel, pero recordó lo que eso podía causarle a Gema y se contuvo, y lo que hizo fue desmaterializarse y aparecer justo al lado de la chica.
Editado: 16.11.2024