Arzhvael (libro 12. Amor en tiempos de guerra)

Cap. 52 Los amantes de Verona

Eved lo primero que había hecho una vez solo, era buscar papel y pluma y le escribió la carta de despedida a su padre; luego buscó donde estaba el neges para enviarla, pero como evidentemente en aquella habitación no había uno, cuando Willow apareció para llevarle algo de comer, le pidió que por favor enviase aquella misiva.

Después de eso, había ocupado su tiempo pensando qué hacer una vez que lograran salir de aquel atolladero. Su preocupación principal, y estando seguro como estaba, que ni los padres de Denielig ni el suyo, iban a aceptar nunca su relación, sabía que su única oportunidad era irse muy lejos, el problema que se le presentaba con aquel plan, era que él se había preparado para trabajar en delegación de justicia, pero estaba bastante seguro de ambas familias harían hasta lo imposible para que en ninguna parte del mundo donde hubiese presencia arzhvael, aceptasen contratarlo, y así las cosas, lo que había estado preguntándose era cómo iban a mantenerse.

Eved no se preocupaba tanto por sí mismo, sino por Denielig, porque si bien ambos estaban acostumbrados a que nada les faltase, él podría soportarlo, pero no estaba seguro que Denielig pudiese someterse a una precariedad a la que no estaba acostumbrada.

Otra cosa que lo había estado atormentando, y por la que se oponía a hablar con la familia, era porque Denielig era mucho más drástica, y le había dicho que, si se negaban a aceptar las cosas, encontraría el modo de quitarse la vida. Aunque él no se veía capaz de vivir sin ella, aquello le parecía excesivo y se había esforzado en convencerla de que hallarían el modo, y a pesar de que aquella conversación la habían tenido hacía un tiempo ya y cuando ella aun no había alcanzado su mayoría de edad y no podía tomar sus propias decisiones, Eved no estaba muy seguro de que la idea la hubiese abandonado del todo, y si no lo estaba, era porque Denielig se había hecho con extracto de veneno de midgard y lo llevaba siempre con ella.

Lo que Eved no sabía, y posiblemente de haberlo sabido no lo harbía creído, era que los Douglas descendientes de Amy y Daniel, habían heredado la inmunidad a aquel veneno, pero como Denielig sí lo había recordado poco después de aquella conversación, lo que también llevaba siempre era una daga, pues pensaba que su organismo no podría atacar el veneno si también estaba desangrándose.

Denielig por su parte, y aunque era más bien tranquila y dulce si la comparaban con sus caóticos hermanos, también era hija de la pareja, así que si la molestaban exhibía el carácter vivo de su madre, lo que ya eran pésimas noticias para el agresor, porque también había heredado, no solo la escasa paciencia de su progenitor, sino la velocidad de éste y el poder de su familia.

En las actuales circunstancias, era más bien malo el asunto de la paciencia, porque no solo tenía que esperar por algo que no quería esperar, sino que Elijah conociéndola, había actuado del mismo modo que Iker haciéndole imposible abandonar aquella habitación.

Una vez que los chicos habían llegado al ala oeste, y como en aquella ocasión habían dejado a la parejita separada, irían primero por Eved y luego por Denielig, pero si bien Eved no hizo preuntas cuando Brendan le dijo que los siguiera, apenas abrieron la puerta de la habitación donde estaba Denielig, ésta comenzó a gritar, aunque hizo súbito silencio cuando vio a Eved y corrió a sus brazos. Dreo hizo un gesto de fastidio y giró la mirada cuando Eved rozó los labios de Denielig, pues aun no le acomodaba para nada aquella situación. Brendan se aclaró la garganta con más aspereza de la necesaria, pero antes de que pudiese decir nada, Elijah se giró con violencia y casi derriba a Aria y a Lizzy.

  • ¿Eli? —preguntó la primera, pero él levantó una mano, y después de unos pocos segundos contestó
  • Algo sucede, una especie de…conmoción con tus padres —dijo mirando a Dreo
  • Ustedes quédense aquí que yo voy a averiguar —dijo Darien desapareciendo a toda velocidad

Mientras Darien no estaba, Brendan y Elijah intentaban convencer a Eved para llevarlo a Clever House mientras ellos acompañaban a Denielig a hablar con sus padres.

  • No. No voy a dejarla enfrentarse sola a esto
  • Y no estará sola, porque a menos que seas sordo, Elijah dijo con claridad que nosotros estaríamos con ella —le dijo Alexander
  • Escuché, pero esto es asunto de los dos —puntualizó
  • Eved…—comenzó Galadriel, pero en ese momento se materializó Darien interrumpiéndola
  • Tu padre —dijo mirando a Eurielle —acaba de llegar
  • ¿Qué? —preguntaron varias voces con extrañeza

Lógicamente ya ellos estaban mayores y sabían bien por qué era tan extraña una visita de Kenny a aquella casa, mientras que Eved no y no entendía por qué el asombro.

  • La cuestión es que no vino solo —agregó Darien y miró a Eved —El tuyo vino con él
  • ¡Por los tesoros del gran druida! —exclamó Lyseryd —Tenemos que hacer algo, porque nuestros padres van a masacrarlo
  • Eso es lo de menos —siguió Darien —nada personal, Lery, pero tenemos un problema más serio, tía Di dijo que en cuanto viese a Denielig se la llevaría y la encerraría
  • No creo que tío Danny…—estaba diciendo Gema
  • Parece que no conocieras a mi madre, Gema —dijo Dreo y se giró hacia su hermana —Olvídate de hablar con nadie, tenemos que sacarte de aquí
  • Y tenemos que darnos prisa, porque antes de venir, lo último que escuché era que tía Di no tenía interés en saber por qué Kenny estaba aquí, y lo que sí quería era localizar a Denielig
  • Se acabó la discusión —intervino Elijah después de cruzar una mirada con Brendan que caminó hacia Eved —vamos a sacarlos de aquí a los dos tanto si quieren como si no hasta que resolvamos esto




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