Arzhvael (libro 12. Amor en tiempos de guerra)

Cap. 59 ¿Un buen plan?

Cuando concluyeron con lo pendiente en la reunión del concejo Arzhaelí, Iván había planteado lo del reingreso de los chicos. En cualquier otra circunstancia, posiblemente el asunto solo habría requerido de una breve exposición, en caso de que la petición se hubiese hecho en privado por el interesado, pero como no había sido así, apenas Iván lo mencionó, Delos no tuvo ocasión para silenciar a Dorila, pues incluso antes de que Iván comenzase a pedir opiniones, ella ya se había lanzado a darlas.

  • Dorila, te he conocido casi toda la vida y sé que no eres una mala persona, pero, aunque no lo supiera, no puedes serlo y a la vez ser una Arzhaelí —intervino Daira —Sin embargo, no entiendo por qué te empeñas en hacer blanco de tu ira a los niños
  • Quien no te entiende soy yo, porque hasta hace más bien poco, tú habrías estado de acuerdo con que esos no son más que una desgracia; aunque claro, había olvidado que tus hijos forman parte de ellos

Delos se llevó una mano a la frente, pero se puso en estado de alerta también, al ver que los gemelos Douglas se ponían de pie, aunque quien hablaría sería Samantha.

  • Iván, si no tienes inconveniente, y siendo que este concejo conoce mi opinión, pido tu autorización para retirarme
  • Y es mejor que se la des no solo a ella, sino a mí también, porque si vuelvo a escuchar una sola estupidez más de parte de esa mujer, terminaré en el calabozo y no tengo tiempo para eso siendo que mi hija y mi mujer estan en el hospital

En esta ocasión, Delos fue más rápido, así que Iván dio su autorización para que Samantha y Danny se retiraran, sin embargo, junto con ellos salieron Gail, Mael y Aderyn. El resto de los miembros del concejo manifestó su conformidad con el reingreso, de manera que, Dorila se quedaría sola en su cruzada siendo aplastada por la mayoría y abandonando la sala de reuniones en estado de furia.

Daira tampoco estaba especialmente contenta, pero había logrado controlarse lo suficiente como para no atacar a Dorila. Cuando ella e Iván salieron del edificio, vieron el alboroto que había y el segundo la miró.

  • No es que esté de acuerdo con ella, pero no me negarás que en ciertos aspectos tiene razón —le dijo a Daira

Aquello obedecía a que desde que los chicos se habían marchado, y aunque iban con frecuencia, no se habían vuelto a registrar desordenes como el que estaba teniendo lugar en aquel momento. Iván le hizo señas a Brendan que era quien había volteado en aquella dirección, y éste, para lograr que todos le prestasen atención, emitió un agudo silbido.

  • Brendan Cornwall —se quejó Elijah, pero él se limito a señalar hacia las escaleras

El grupo se encaminó hacia el lugar, y los únicos que faltaban eran los gemelos Douglas y Dreo, pues ellos, y después de la petición formal, se habían ido al hospital.

  • Ya discutimos su reingreso —les dijo —Y están oficialmente de vuelta
  • ¡Vaya! Eso fue rápido —dijo Erik
  • ¿No fue justamente rapidez lo que pidieron? —preguntó él mirando hacia los gemelos Cornwall e identificó con rapidez la sonrisa maligna de Darien —Vayan por sus uniformes y preséntense con sus comandantes
  • ¡Sí señor! —dijeron todos a coro y marcharon muy contentos

Iván y Daira marcharon al hospital mientras que los chicos, y una vez que estuvieron correctamente uniformados, se fueron a buscar a sus respectivos jefes.

Alaric que había regresado hacía más bien poco, ya se había unido a Garlan y estaban haciéndole la vida miserable a Armel. Aunque Armel en verdad tenía una paciencia infinita, había días en los que aquel par de infelices parecían empeñados en agotarla.

  • McEwan, si no dejas de hablar, me aseguraré que tu cosita
  • ¡Ey! A mi mujer déjala en paz —Alaric ahogó la risa y Armel los miró mal a ambos
  • Vayan a ocuparse de sus escuadrones —les ordenó

No obstante, aun tendría que soportarlos un rato más y hasta que los chicos estuvieron de vuelta.

Cada arzhaelí jefe de división, tenía a su cargo cinco escuadrones, y cada escuadrón tenía un líder, de modo que los jefes de división tenían bajo su mando a uno, o a varios de los dolores de cabeza de la orden. Sin embargo, justo es decir que Giulian, Garlan y Dan, tenían a los más problemáticos entre los suyos.

Siendo que en aquel momento faltaban seis jefes de división, Armel los dividió y se los asignó malignamente a Garlan, Giulian y Dan.

  • Gailard, hoy les toca a los tuyos, la vigilancia de las ciudadelas élficas
  • ¿Es broma? Los arqueros…
  • Estoy seguro que sabes, que los ataques por parte de los svártalfar se han incrementado, de manera que, no me importa lo que opines, limítate a obedecer —lo interrumpió

A Alaric no le gustaba en lo más mínimo obedecer, al menos en aquella ocasión, porque sabía que, si a él no le gustaba, a los señores de las ciudadelas élficas les gustaría menos aún, ya que una cosa era dar aviso cuando eran superados en número, y otra que los arzahelíes pensasen que no tenían la capacidad bélica para defenderse.

  • Delos, a ti te toca la parte sur del hemisferio oeste, y a ti Leaves, te toca reforzar la vigilancia en el oeste del hemisferio norte —agregó mirando a Dorila con escasa simpatía




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