Arzhvael (libro 12. Amor en tiempos de guerra)

Cap. 63 Después del ataque

Si bien un grupo de krigers se había ocupado de proteger a los asistentes a la cena de despedida, entre éstos se hallaban no solo los miembros de la OMCA, sino las parejas o hijos de éstos, y aunque todos eran arzhvaels, no todos tenían la habilidad necesaria en defensa y ataque, y menos para uno como aquel. De manera que, había muchos heridos, así Amy, Elar, Daira, y algunos otros estaban prestando su ayuda en la revisión y clasificación de los heridos. Sin embargo, cuando Giulian escuchó el grito de Samantha, se giró intentando ubicarla, y en cuanto lo hizo, corrió hacia allá, la cuestión fue que su ánimo que ya venía descompuesto por la situación, se tornó aun peor al verla abrazando a Zidan.

  • Nena cálmate, es un berserker —le estaba diciendo Mael

Thorheld que estaba a punto de ordenar el traslado de Zidana a su campamento, se giró y aferro el brazo de Giulian.

  • Es una muy mala idea, barn[1]

Aunque Giulian hubiese querido soltarse o acomodarle un puñetazo, y quería ambas cosas, le quedaba difícil tratándose de quien se trataba.

  • Vamos madre —dijo Darien sujetando a Samantha —Suéltalo, hay que llevarlo al hospital —pero al sujetarla, sintió una tan intensa corriente de energía, que casi lo hace retroceder, pero alcanzó a ver el brillo titilante del medallón que llevaba Zidan

No obstante, Thorlak se dejó delicadezas y cargó con ambos desapareciendo a toda velocidad. Si el padre de Zidan había actuado de aquella manera, no era porque pensara que su hijo necesitaba alguna clase de atención, sino por evitar una absurda discusión que retrasaría el traslado, y de lo que sí estaba seguro, era de que Zidan necesitaba tranquilidad para concentrarse en hacer algo por él mismo.

En otro lugar del destrozado salón, Jonathan sujetaba a su hijo, pues vio que sangraba por varios lugares.

  • ¡Erik! —exclamó —Vamos, tienes que…
  • ¡No! —gritó Erik apartando a Jonathan

Éste se sorprendió, pero al ver hacia donde corría Erik, entendió, pero en lugar de limitarse a correr, él elevó su Athame lanzando un rayo protector sobre Bri. Lo anterior obedecía a que, el uzky tenía en brazos a una joven que parecía desmayada, pero el presidente del concejo arzhavael sueco lo estaba apuntando con su Gwialen. Bri cayó y Jonathan pensó que no había alcanzado a actuar a tiempo y antes de que lo alcanzase el ataque del sueco.

  • ¡Ylvie! —escucharon que gritaba Gustav Karlsson

La chica que al parecer no estaba desmayada como había creído Jonathan, intentó incorporarse al tiempo que protegía a Bri.

  • ¡Él me protegió, padre! —exclamó
  • ¿Estás bien? —le estaba preguntando Erik en ese mismo momento y casi retrocedió cuando ella le gritó a su padre, así que se olvidó de ella y miró a Bri —¿Estás herido?

Jonathan ya había llegado hasta ellos, pero a quien miraba era a Gustav que tenía expresión de horror, aunque no estaba muy seguro si por lo que había dicho su hija, o por el uzky que en aquel momento lucía las características nocturnas de su raza. Sin embargo, dejó de prestarles atención a todos al notar, con la vista periférica, que Eri se acercaba, pero había caido de rodillas repentinamente, así que corrió hacia él.

  • ¡Eri! ¿Estás…?
  • Ca…lor —alcanzó a decir antes de perder el sentido

La mente rápida de Jonathan ató los puntos. En esta ocasión, la reunión anual de la OMCA se había efectuado en Agbar, la única ciudad arzhaelí en la península arábiga y muy cercana al desierto de Rub al-Jali. Y lo que Jonathan acababa de entender, o al menos eso creía, era que las altas temperaturas de aquel lugar estaban afectando a los uzkys, ya que ellos eran originarios de zonas tremendamente frías en dónde la stemperaturas podían ser de hasta -70°, y aunque no lo tenía muy claro, por lo dicho por Eri antes de perder el sentido, tenía que tratarse de aquello. De manera que, sin perder más tiempo, ordenó a dos krigers sacarlos de allí y devolverlos a su hábitat natural.

Aunque Jonathan había tenido la intención de aclarale las cosas a Karlsson, vio que Kelan se estaba ocupando de ello, así que se giró para terminar la inspección cuando fue detenido por Ylvie.

  • Señor… —escuchó, pero lo que lo detuvo fue la presión en su brazo y giró la cabeza
  • McKenzie —dijo él con más extrañeza que curiosidad
  • Señor Mckenzie, él… es decir, ellos van a estar bien ¿no? —preguntó y Jonathan elevó una ceja
  • Estoy seguro de eso, señorita —contestó y miró la mano que aun retenía su brazo, pero ella pareció no notarlo
  • ¿Podría decirle…?
  • ¿Sí?
  • Bueno, que le agradezco lo que hizo —pero como Jonathan seguía mirándola, agregó —Él evitó que me lastimaran
  • De acuerdo —le dijo y volvió a mirar su brazo —¿Me devuelve mi brazo? —preguntó con una sonrisa traviesa que hizo enrojecer a la chica

Ella se disculpó, lo soltó y corrió de vuelta hacia donde su padre aun hablaba con Kelan. Jonathan la miró alejarse y luego se giró con una sonrisa que se congeló en sus labios al encontrarse con las miradas de Daira y de Lizzy.

  • Wow, wow —dijo elevando las manos —No me miren así, porque no estaba haciendo nada




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