Alrededor de un mes después del funeral, Iván recibiría una misiva muy alarmante.
Иван:
Es posible que nunca hayas entendido mis motivos y ya no importa. Te quería de vuelta con los que siempre serán tu raza, y te serían mucho más leales que esos a los que estúpidamente llamas amigos, porque te guste o no, eres mi hijo y un príncipe por derecho de sangre.
Te di todas las oportunidades para regresar, y aun estoy dispuesto a darte una más. Renuncia ahora a esa necedad de llamar tuya a una raza débil y traidora que nunca será la tuya, y regresa a donde pertences. No voy a pedirte que dejes a la mujer que te ha dado descendencia, pues tiene derechos al ser madre de príncipes, pero entrégale tu hija en matrimonio a Ruslam, y Varynka será entregada a su vez en matrimonio a Nathaniel.
Esta es mi última oferta, Иван, si decides no aceptar, acabaré con todos incluyéndote.
Иоан Начжерер
Como el sobre había sido entregado mientras estaban reunidos en la sala del consejo, todos vieron los cambios que se operaban en el aspecto de Iván, pero, además, Samantha siendo tan sensible a las emociones, se alteró mucho, y aunque esto fue notado por algunos, la exclamación de ira de Iván los paralizó. Casi nadie en su sano juicio se habría acercado a Iván en aquel momento, pero Dan y Giulian carecían del adecuado instinto de conservación y lo hicieron.
En este punto las cosas se complicaron un poco, porque detenerlo, y aunque en general no sabían a quién se refería, les quedaba más difícil, así que Gail y Mael tuvieron que emplear toda su fuerza para lograrlo, mientras que Samantha, Armel y Waleska se aplicaban con sus centros nerviosos.
Entre tanto, Garlan se había inclinado para recoger el trozo de papel que Iván había lanzado y leyó en voz alta, lo que le hizo más difícil el trabajo a Mael, porque Gail parecía estar más que de acuerdo con su progenitor, pues, aunque Garlan no había entendido lo que decía al pie y que parecía una firma escrita con sangre, el contenido de la carta de no dejaba lugar para la duda.
Sin embargo, y aunque lograron tranquilizar lo suficiente a los Natchzherer, pensaron con desaliento que el futuro inmediato se había ensombrecido aun más de lo que ya estaba, y que tendrían que prepararse no solo para los brutales ataques que con seguridad seguirían asolando a su mundo, sino para proteger adecuadamente a cualquiera que llevase sangre Natchzherer o estuviera muy cerca de éstos, pues no estaban dispuestos a pasar por lo mismo que vivieron con Iker y Nat, aunque para impedirlo, tuviesen que dar hasta su último aliento.