Arzhvael (libro 2. Perseguidos)

Cap. 24 Malos momentos

 

Poco tiempo después de la visita a Arx, los chicos recibieron la noticia de que dejarían Clever House. Aquello no les emocionó especialmente, ya se habían acostumbrado al lugar y luego de haberse visto obligados a dejar Allia y Develieng, otro cambio no los entusiasmaba mucho. Sin embargo, aunque no hubiesen sido advertidos, y aunque Eowaz no hubiese tomado esa decisión, se habrían visto obligados a hacerlo de cualquier modo.

A mediados de abril y en una noche especialmente tormentosa, Giulian e Iván se encontraban en el estudio jugando una tardía partida de ajedrez. Hacía mucho que todos se habían ido a dormir, pero ellos se habían quedado enfrascados en el tablero.

  • Vamos Giulian  --  se burló Iván  --  ya resulta aburrido ganarte, presta atención o…

Se interrumpió repentinamente y Giulian salió de sus pensamientos, fuesen estos los que fueren y ambos se pusieron de pie.

  • ¡Avisa a los demás!  --  dijo Giulian con urgencia

Pero esto no fue necesario, porque unos segundos después y mientras ambos corrían hacia las  puertas del estudio, se dispararon las alarmas. La protección había sido violentada y estaban siendo atacados. Olvidando cualquier cosa que tuviesen en mente, los Arzhaelíes cambiaron de dirección  y corrieron hacia las escaleras.

Aquella era una eventualidad que, aunque lejana, había sido contemplada, de modo que la orden era que en caso de ataque, de forma muy parecida a como habían efectuado el traslado a Arx, cada uno de los Arzhaelíes tendría a su cargo a uno de los niños y a los otros ocupantes de la casa para sacarlos de manera inmediata. Y tendrían tiempo suficiente para ello, ya que les tomaría bastante a sus atacantes atravesar las líneas de defensa de los Krigers. Solo que no contaron con algo.

Cuando llegaron al piso superior, ya todos se dirigían a buscar a quienes les tocaba trasladar. Giulian entró a la habitación de Sam y ella lo miraba con los ojos muy abiertos.

  • De prisa princesa, debemos salir  --  le dijo de forma urgente

Tomó la capa de la chica y se la echó por encima de los hombros, pero antes de que pudiesen hacer nada más, un grito heló la sangre de Giulian.

Eve, Delos y Jonathan ya estaban en el pasillo con los chicos cuando escucharon el grito también. E Iván se acercaba a la puerta con Danny cuando quedó paralizado.

Vlad, al igual que los demás, cuando escuchó las alarmas corrió a la habitación de Gail, pero apenas entró, sintió que el piso se hundía bajo sus pies. Un cúmulo de sentimientos lo golpearon con la fuerza de un huracán. Dolor, odio y el recuerdo lejano de lo que un día fue amor, pero por encima de todos ellos, se impuso el temor. Un temor frío y desesperado.

  • Buenas noches, Vladimir.
  • Suéltalo  --  logró articular
  • ¡Oh vamos, Vlad! Después de tanto tiempo y ni siquiera me saludas. Me rompes el corazón.
  • Lo dudo mucho, primero porque destrozar corazones es privilegio tuyo, y segundo porque es algo de lo que tú careces.

Gail intentó moverse, pero la filosa hoja de un Athame se hundió más en su garganta.

  • No te muevas, Gail  --  le ordenó Vlad
  • Eso es pequeño Gail, hazle caso a tu tío. Y ahora llamemos a tu padre para que se una a esta fiesta familiar… ¡Iván!

Aquel grito los había paralizado momentáneamente a todos, pero fue algo que solo duró unos segundos. Sin notarlo, Giulian corrió en dirección a aquel grito arrastrando a Sam con él, mientras que Iván se olvidó de Danny y salió a  todo correr en la misma dirección. Delos detuvo a Danny que corría tras Iván y le gritó a Giulian.

  • ¡Maldición Cornwall, suelta a Samantha!

Y por extraño que parezca, Giulian lo obedeció. Sin embargo, Sam quiso ir tras él.

  • ¡Detenla McKenzie!  --  le gritó Delos a Kenny que subía en ese momento

Jonathan se había hecho cargo de Mael, a quien Eve había soltado para correr tras su hermano.

Giulian entró a la habitación pero no detuvo sus pasos.

  • Mi querido Giulian, no des un paso más, entiendo que estés feliz de verme, pero si lo haces verás morir a tu sobrino.

Esto detuvo a Giulian ocasionando la risa de quien mantenía sujeto a Gail.

  • Ahora, muy despacio, salgan de esta habitación o ya saben…  --  dijo levantando un poco más la mano con la que sostenía el Athame

Ellos comenzaron a retroceder y casi son derribados por Iván, pero se mantuvieron firmes con lo que hicieron retroceder también a Iván.

  • Vaya, vaya que reunión más concurrida, te has vuelto muy sociable, mi querido Iván.
  • Suéltalo, te advertí que si te acercabas…
  • Querido, creo que no estás en posición de exigir nada, porque como verás, estoy en posición ganadora
  • Ha sido poco prudente de tu parte venir aquí esta noche, Morgana  --  dijo Eowaz
  • Ah, el venerable Eowaz  --  dijo ella en tono burlón  --  No creo que me interese tu opinión.




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