Eowaz sostenía una discusión con los Arzhaelíes y no le veía posibilidades de llegar a un acuerdo.
Eowaz se había quedado en silencio y pensativo mientras ellos discutían, pero pensaba que Eve tenía razón. Aquella misión de la forma que se había planeado originalmente, no tenía muchas posibilidades de llegar a buen término sin su participación. En principio se había planeado que una de las krigers junto con Giulian, se harían pasar por una pareja a la espera de un bebé, y de ese modo se infiltrarían en los centros médicos de los firbolgs, pero Laria que era la que había sido escogida para aquella tarea, carecía por completo del conocimiento para desenvolverse en el mundo firbolg, y en el transcurso de la dos semanas que llevaban en ello, había cometido tantos errores que se habían visto obligados a cambiar de ubicación y finalmente a solicitar una reunión urgente. Eowaz sabía que la otra opción plausible habría sido Daira Clemmens, pero también sabía que no había manera de que Giulian se aviniese a trabajar con ella, pues aunque eran compañeros de la Orden, existía entre ellos una animadversión de vieja data, y aunque él no había llegado a determinar si de lo que se trataba en realidad era de atracción, pues Giulian había desaparecido y ahora se habían visto poco, encontró que poner a aquellos dos juntos traería más problemas que soluciones y no estaban como para perder el tiempo. Por todo lo anterior era que se había solicitado aquella reunión urgente.
Todos miraron a Iván sorprendidos; primero porque Eowaz no se había pronunciado en ningún sentido, y segundo porque tal y como había dicho Iván, él era el que menos solía discutir y menos aún dirigirse en ese tono claramente desafiante a Eowaz.
Pero si pensaban que el asunto de Eve los había alterado, ninguno de los presentes estaba preparado para la explosión que se produjo a continuación.
Todos los arzhaelíes miraban con expectación a Jonathan, pero antes de hablar, el chico tuvo la precaución de protegerse.
Tal y como había supuesto, no había terminado de extinguirse el eco de su voz cuando dos rayos rebotaron en el escudo que había convocado, aunque en realidad esperaba uno solo. Sin embargo, y esto lo sabía también, Giulian ni siquiera se tomó la molestia de sacar su Athame, sino que avanzó hacia Jonathan y sin mediar palabra lo cogió por la chaqueta y lo estampó contra la pared.
Pero aquello era más fácil decirlo que hacerlo, porque, en primer lugar, Jonathan ya se esperaba aquella reacción y estaba preparado, y segundo, porque era perfectamente capaz de defenderse. Sin embargo, y no queriendo hacerle un daño innecesario al arzhaelí, se limitó a evitar ser lastimado.
A los demás los había tomado por sorpresa todo el asunto y se habían quedado momentáneamente paralizados, pero enseguida comenzaron a reaccionar.
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Editado: 25.09.2022