Arzhvael (libro 3. El Destino)

Cap. 9 Poderes

 

Se aparecieron a las puertas de Arx, Giulian traía firmemente asida a Andrea, en tanto que Mael y Danny venían agarrando a Sam, pero apenas pusieron los pies en tierra la chica perdió el equilibrio y ambos la sujetaron para que no cayese.

  • ¡Jonathan!  --  gritó Giulian sin percatarse del estado de Sam  --  ¡Sella el perímetro!

Y aunque ya Jonathan lo estaba haciendo, al voltear a mirar a Giulian sus ojos tropezaron con los chicos.

  • ¡Giulian!  --  exclamó  --  ¡Sam está herida!

Afortunadamente, Jonathan acababa de sellar el perímetro, porque Giulian soltó a Andrea y corrió hacia los chicos, prácticamente le arrebató a Sam de los brazos y corrió hacia las puertas.

Los guardias de la puerta la franquearon de inmediato al ver de quien se trataba, pero en cuanto vieron a los chicos y sin poder evitarlo les impidieron el paso, el error de los pobres krigers estuvo en no ver a quien venía detrás de ellos.

  • ¿Qué demonios les sucede?  --  preguntó Jonathan furioso  --  ¡Apártense de mi camino o terminaran en un lugar que no les gustaría conocer!

Los krigers abrieron paso en forma precipitada y Jonathan que no se había detenido mientras los gritaba, continuó avanzando llevando consigo y sin ninguna ceremonia a Andrea. Danny se detuvo ante los azorados krigers y los miró sintiéndose culpable.

  • De veras lo lamentamos  --  les dijo  --  pero no teníamos tiempo para explicaciones, mi hermana estaba en dificultades y…
  • Y aún lo está  --  lo apremió Mael que al igual que Jonathan no se había detenido y seguía caminando
  • Lo siento  --  volvió a decir Danny, pero en ese momento se tambaleó
  • ¡Maldición!  --  exclamó Mael volviendo sobre sus pasos  --  Intenta no desmayarte ¿quieres?  --  dijo sujetando a Danny por un brazo

Sin embargo, el hecho de que Danny estuviese debilitándose era un claro indicativo de que la situación de Sam también desmejoraba.

Giulian había entrado a toda carrera en el edificio donde se había instalado el Hospital, con Sam en brazos y pidiendo ver a Alan. Otro läkare que se encontraba cerca quiso ayudarlo mientras una chica corría perdiéndose por un pasillo. Ver llegar a un arzhaelí pidiendo ayuda ya era algo de máxima prioridad para el personal, pero si ese arzhaelí era un Cornwall, a nadie se le ocurriría discutir. Por esta razón la practicante que acompañaba al läkare, había salido en tan precipitada carrera.

Colocaron a Sam sobre una camilla y el joven le pidió a Giulian hacerse a un lado para examinar la herida de la chica, de modo que Giulian se situó al otro lado de la camilla sin dejar de sujetarle la mano a Sam.

  • Vas a estar bien, princesa  --  dijo más para convencerse a sí mismo que para convencerla a ella
  • Lo sé  --  contestó Sam con serenidad  --  ¿Dónde está Danny?

A Giulian le extrañó la pregunta, porque los tres habían regresado juntos, pero luego entendió el porqué de la pregunta.

  • No te angusties, debe estar por llegar junto con los demás.
  • Ha perdido mucha sangre  --  dijo el läkare en un tono que a Giulian no le gustó nada

Esa circunstancia era evidente para él, sus propias ropas atestiguaban el hecho, de modo que recalcar una obviedad sin duda obedecía a algo más grave, y prefería no pensar en ello. No obstante, sus temores crecieron al sentir que la mano de Sam aflojaba la suya, la chica estaba perdiendo el sentido.

  • Princesa  --  la llamó  --  princesa, quédate conmigo  --  pidió angustiado, pero ella parecía incapaz de mantener los ojos abiertos  --  ¡Sam!

En ese momento entró Alan y no fue necesario hacer preguntas, aparte de que la practicante le había informado que uno de los Cornwall había llegado con alguien herido, un vistazo rápido a las ropas manchadas de sangre de Giulian y a quien estaba en la camilla, le bastaron para darse la mayor de las prisas. Fue inútil pedirle a Giulian que abandonase la sala, de manera que Alan se dedicó a atender a Sam, pero al mover su brazo se hizo visible otra herida en el costado que explicaba la enorme cantidad de sangre perdida.

  • Ya examiné la del brazo, señor  --  dijo el Läkare que había estado atendiendo a Sam  --  está envenenada
  • ¡Pues date prisa!  --  exclamó Alan  --  ¿Qué demonios haces aquí?

El chico salió corriendo en busca del antídoto, mientras Giulian se había quedado paralizado y con los ojos a punto de salir de sus órbitas. Haciendo a un lado el hecho de que ella estuviese en semejante peligro, le parecía inconcebible que hubiesen intentando matarla sabiendo como sabían que Bastian los quería vivos, la única conclusión posible era que lo hubiesen hecho antes de identificarla.

  • ¿Cuánto tiempo hace del ataque?  --  preguntó Alan
  • Aproximadamente veinte minutos  --  le contestó luego de pensarlo un momento  --  Alan…
  • Aún estamos a tiempo  --  contestó el hombre a la muda pregunta de Giulian

Mientras Alan se afanaba con la otra herida tratando de determinar si en esa no había veneno, sintieron una conmoción en la puerta y unos segundos después entró Jonathan.

  • ¿Cómo está?  --  pero no hubo necesidad de respuesta, le bastó con ver los ojos de Giulian
  • ¿Danny?  --  preguntó Giulian
  • Casi sin sentido, pero bien.




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