Arzhvael (libro 3. El Destino)

Cap. 19 Preguntas

 

Alaric caminó de prisa hacia la oficina que servía de despacho a Eowaz, y los dos krigers que se encontraban en la puerta se cuadraron al ver acercarse al arzhaelí.

  • ¿Está solo?  --  preguntó él
  • Sí señor

Llamó a la puerta y recibió el permiso para pasar. Eowaz levantó la vista de los papeles que revisaba.

  • ¿Algún problema?
  • No señor, pero quería informarle que cometí un error y lo lamento  --  se disculpó el arzhaelí
  • Veamos Alaric  --  dijo el hombre con su proverbial paciencia  --  Siéntate y explícame de qué se trata.
  • Señor, con la presencia de los Douglas, Natchzhrer y las McKenzie, simplemente asumí que, conociendo bien las historias de todos, no era necesario revisar sus expedientes. Pero hoy fui víctima de mi error, porque muy tarde me di cuenta que debí revisar el de Berserker.
  • Comprendo. Lamentablemente con una frecuencia tal vez excesiva, somos víctimas de nuestra arrogancia al creernos en posesión de toda la información necesaria. Sin embargo, y aun cuando no hubieses leído el expediente de Berserker, ciertamente la suya es una historia que todos conocen.
  • Por lo que soy doblemente culpable, porque después de ver su actuación con el arco, insistí mucho y muy estúpidamente en preguntarle si Elouen había tenido ocasión de entrenarlo. De manera que como dijiste, todos conocemos su historia, pero si hubiese leído el expediente como correspondía, habría recordado que Mael estaba muy pequeño cuando Elouen fue asesinado y no era probable que él hubiese tenido oportunidad de entrenarlo
  • De acuerdo Alaric, pero tampoco es una cuestión tan grave, no tienes por qué ser tan duro contigo mismo  ¿O es que acaso esto generó algún problema?
  • Problema como tal, no señor. Pero sus amigos parecían no estar en conocimiento de su historia, y temo haberle proporcionado un mal momento.

Eowaz guardó silencio durante unos momentos y repasó los hechos mentalmente. Finalmente pareció llegar a una conclusión satisfactoria.

  • Alaric, en ocasiones nuestras historias personales nos producen tanto dolor que preferimos guardarlas en lo más profundo de nuestro ser, y ni siquiera nos animamos a compartirlas con aquellos a los que amamos. No obstante, creo que no debemos preocuparnos, entre ellos se ha desarrollado un vínculo tan fuerte, que estoy seguro serán capaces de afrontar esto sin mayores inconvenientes, y sin duda serán un apoyo para él.
  • Bien señor.
  • Pero de lo que me acabas de decir, deduzco que el chico posee la habilidad que cabría esperar ¿no?
  • Sí señor, eso es indiscutible, y según lo que dijo, nunca recibió entrenamiento. Acertó al primer tiro dando en todo el centro de la diana, así como todos los sucesivos, y no me cabe la menor duda de que cuando comencemos con las prácticas de velocidad, no solo superará a su grupo, sino a los más experimentados arqueros de la Orden.
  • ¿Incluyéndote?
  • Sí señor, incluyéndome  --  reconoció él con humildad
  • Bien, esas son buenas noticias  --  le dijo Eowaz sonriendo  --  Sé que no es hora de rendir tu informe, pero ¿cómo les fue a los otros?
  • Pues, dentro de los parámetros  --  y luego especifico un poco más  --  Aderyn McKenzie deberá practicar mucho. Natchzhrer es rápido y tiene una excelente vista, pero debe controlar su fuerza, y no creo que eso represente un problema. Daniel Douglas tiene una puntería excepcional, pero un mal genio que le va a la par, y si me perdona, veo bastante difícil que controle eso, lo que podría ocasionarle serios problemas a la hora de un enfrentamiento. Samantha por su parte…  --  hizo una pausa y Eowaz elevó una ceja  --  no es un juicio definitivo, pero creo que posee la misma habilidad de Dan, sin embargo, creo que debemos esperar para estar seguros de eso. Y Diandra McKenzie sí fue una sorpresa, es rápida, centrada y posee buena puntería, ya veremos cómo le va en las prácticas de velocidad.

Eowaz sonrió y le agradeció la información. Pero a diferencia de Alaric, él estaba seguro que todos superarían con éxito aquella parte del entrenamiento, y lograrían controlar sus fallos. Después de esto, Alaric se despidió y abandonó el despacho. El arzhaelí se dirigía hacia las escaleras y casi chocó con Sam.

  • Douglas  --  dijo deteniéndose bruscamente
  • Señor    --  contestó ella adoptando posición de firme
  • ¿Qué hace aquí?  --  le preguntó  --  ¿No debería estar preparándose para ir al comedor?
  • Sí señor, pero quería hablar con Eowaz, si es posible

Él la miró durante unos segundos pensando varias cosas, entre ellas, que el parecido de aquellos chicos con Dan era extraordinario, pero a pesar de que el color de los ojos era el del desaparecido arzhaelí, la expresión de los mismos, al menos en aquel momento, era de la de Amy. Según podía recordar, Amy O’Neill había sido una contradicción. Era dulce como la miel, pero al mismo tiempo tenía un carácter tan endemoniado, que fácilmente competía con el de Giulian Cornwall. Y por un momento se preguntó si su hija sería el mismo caso. La penetrante mirada de ella lo sacó de sus pensamientos, y haciéndole un gesto de asentimiento, se apartó del camino dejándola pasar. Pero mientras la veía caminar hacia el despacho de Eowaz, la idea siguió flotando en su cerebro, y finalmente una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios al pensar que si la chica resultaba ser como la madre, Giulian Cornwall lo pasaría mal, porque las batallas entre él y Amy eran legendarias, y lo que le había causado esa risa maligna, era pensar que finalmente Amy le había ganado la última batalla al hacerlo padrino y por tanto responsable, de una criatura que podía hacerle la vida miserable.




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