Arzhvael (libro 3. El Destino)

Cap. 25 Normalidad

 

En el patio de una antigua construcción que databa del siglo X, varios hombres y mujeres veían con horror el tétrico espectáculo. Había cuerpos mutilados, quemados y a medio morir en su gran mayoría. Se escuchaban quejidos de dolor y de terror por todas partes, pero nadie se atrevía a moverse.

Bastian caminó hacia un joven extremadamente apuesto, pero cuyas facciones estaban alteradas por una mezcla de horror y asco. Bastian colocó una mano sobre su hombro y lo guio hacia donde estaban los cuerpos.

  • Mira bien Mikael, esto es lo que sucede cuando los hombres que están a tu servicio, son incapaces de cumplir tus órdenes.
  • ¿No podrías matarlos y ya?
  • Eso sería muy misericordioso, y quien te desobedece, no merece tu compasión 

Habían llegado hasta un cuerpo cuyo aspecto era repulsivo. Era difícil determinar si era hombre o mujer, su rostro era un amasijo sanguinolento de donde pendía un ojo precariamente sujeto aún a la cuenca del mismo por un fino hilo rojo. La mitad de las vísceras estaban fuera del cuerpo y aún aquella miserable criatura vivía. Mikael no soportó la visión, y volviéndose comenzó a vomitar.

Después que el chico parecía haber devuelto todo el contenido de su estómago, se limpió la boca y miró a Bastian.

  • ¿Puedo irme?

Pero la ira de Bastian era aún mayor, lo empujó hacia el grupo que observaba la escena y le hizo señas a uno de los individuos.

  • ¡Enciérralo en un calabozo!
  • ¡Padre!  --  exclamó el chico horrorizado
  • Ningún hijo mío puede exhibir semejante debilidad y quedar sin castigo. ¡Llévenselo!  --  y luego se volvió hacia Menshikof  --  Te ordené velar por sus cuidado y educación  --  le dijo con ira  --  ¿Y esto es lo que me devuelves?
  • Mi señor…  --  pero no alcanzó a terminar
  • ¡VNEZAPNAYA SMERT!  --  lanzó Bastian y el hombre cayó sin vida

Todos los presentes estaban más allá de las palabras, en caso de que les hubiese sido permitido decir algo. Bastian se volvió y apuntó hacia el mar de cuerpos.

  • ¡BRANSKADA!

Una pira humana se encendió de inmediato, y los gritos, de los que aún podían hacerlo, invadieron el aire.

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Eowaz había decidido suspender momentáneamente la operación de búsqueda del Laboratorio de Bastian. Teniendo en cuenta los sucesos recientes, no quería arriesgar a sus hombres a una nueva y muy probable emboscada. Bastian había encontrado el punto débil de los Douglas, y era su amor y la fuerte conexión que existía con los Natchzhrer y los Cornwall, de modo que era peligroso y debía buscar una alternativa.

Otro asunto que lo preocupaba mucho, era el informe recibido acerca del último ejercicio de los aspirantes. En él se detallaba la conducta agresiva de John Kirkpatrick y de Andrew Shepard, y aquello era algo intolerable. De modo que le había dado orden a Garlan que en cuanto regresasen de las vacaciones de verano, los llevase a su presencia.

Entre tanto, las vacaciones de verano les habían resultado sumamente cortas a los chicos. La mayor parte del tiempo Sam y Mael la habían pasado con Brendan, mientras que las otras dos parejas desaparecían misteriosamente durante horas.

El tiempo que Sam no pasaba con Brendan, lo pasaba con Iván, quien al igual que Eve, había demorado en recuperar la salud después de lo sucedido, pero que finalmente parecía estar bien.

Giulian por su parte, y para extrañeza de todos, había reducido notablemente sus salidas y andaba cabizbajo y taciturno la mayor parte del tiempo.

Como se acercaba el cumpleaños de los Cornwall, Eve y Anne habían decidido organizarles una cena para festejarlo, y las chicas se habían unido con entusiasmo a la preparación. El día en cuestión Sam despertó muy temprano. Se bañó, se vistió y bajó corriendo, pero no había nadie abajo, llamó a Crappy, la Nisser que había tomado la decisión de servirla en forma personal, y le preguntó con cautela si Giulian había dormido en casa.  La Nisser le contestó que sí, pero que no había bajado aún. Sam sonrió y subió a toda velocidad entrando en la habitación de Giulian sin llamar como era su costumbre, pero se quedó paralizada en la puerta. Giulian aparentemente acababa de bañarse, porque tenía una toalla atada a la cintura y se secaba el cabello con otra. Se volvió sobresaltado al escuchar la puerta y vio a su ahijada parada mirándolo con ojos como platos.

  • Buenos días, princesa  --  saludó en tono alegre

Sam murmuró una ininteligible disculpa y salió corriendo escaleras abajo. Ni siquiera escuchó cuando Giulian la llamó. Corrió y salió al jardín, las mejillas le ardían y se moría de la vergüenza. Cómo podía ser tan idiota. No tenía ningún derecho a entrar a la habitación de nadie sin llamar. Estuvo caminando un buen rato por el jardín hasta que de una nube de humo se apareció Willow.

  • Buenos días, señorita  --  dijo el Nisser
  • Hola Willow
  • El amo Giulian pregunta por la señorita, y el amo Vladimir dice que la esperan para desayunar
  • Gracias Willow, diles que ya voy.
  • Si ama  --  luego de esto se disolvió en su nube de humo




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