Arzhvael (libro 3. El Destino)

Cap. 33 ¿Quién?

 

Will había acompañado a Sam hasta la puerta de su habitación, y una vez que ella entró se fue la suya. Tal y como esperaba, unos minutos después entraron sus padres y hermanos.

  • ¿Podríamos dejar esta conversación para después?  --  preguntó sin volverse 
  • No Will  --  dijo Anne  --  Nos debes muchas explicaciones
  • ¿De veras?  --  preguntó volviéndose
  • Will  --  intervino Peter como siempre más diplomático  --  sabemos que no tienes por qué dar explicaciones, pero al menos nos habría gustado saber acerca de esto, no solo porque sigues siendo nuestro hijo, sino porque también queremos a Sam como a una hija.
  • Lo cual me parece excelente, porque eso anula el hipotético problema de que no la aprobasen, suponiendo que eso representase un problema para mí a la hora de tomar una decisión. En cuanto a lo otro, iban a enterarse, asumo que escucharon a Samantha cuando dijo que yo iba a hablar con Iván antes de su cumpleaños, y anunciaríamos nuestra intención de comprometernos ese día. Ninguno de nosotros dos tiene la culpa de que Giulian Cornwall sea un imbécil, y que con sus absurdas acusaciones haya precipitado todo.

Peter y Jonathan miraban a su hermano con asombro, mientras que su padre lo hacía intentando decidir si su hijo estaba seguro de lo que decía, en tanto que Anne lo miraba con una expresión que era una mezcla de dolor y resentimiento, porque de todos sus hijos, el único que parecía no serlo era aquel, ya que nunca la tomaba en cuenta para nada. Y por otro lado, si bien habían tenido esperanzas de que Sam y Kenny llegasen a una relación formal, porque en verdad la querían mucho, ahora al menos ella, se cuestionaba la asertividad de Sam al escoger al único de sus hijos que tenía tantas posibilidades de hacerla infeliz por su frío carácter.

  • Bien, si no tienen nada más qué decir, les agradecería que me dejasen solo. Acabo de llegar de pasar una pésima noche tratando de que Samantha se tranquilizara y no he dormido nada, de modo que tengo necesidad de descanso.

En primer lugar, sí tenían mucho qué decir, solo que no sabían cómo hacerlo, y en segundo, ninguno de ellos a excepción de Jonathan, sabía que Will y Sam no habían regresado a casa la noche anterior, lo que causó una preocupación aun mayor y los hizo preguntarse dónde lo habían hecho. Y aunque pareció que Anne iba a protestar o a decir algo más, Peter la sujetó por el brazo para salir de la habitación. Peter conocía bien a su hijo, o al menos eso había creído, pero de lo que sí estaba seguro, era que no diría nada que no quisiera decir, y tenían pocas, por no decir nulas posibilidades de sacarle algo más.

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Sam se había sentado en su cama, no tenía sueño, pero tampoco se sentía con deseos de hablar con nadie. Sin embargo, pensó que Will tenía razón y no podría esconderse para siempre, de modo que se dio un baño, se vistió y bajó. A los que primero se encontró fue a los chicos que hablaban en el salón y tenían caras muy largas. Entró y luego de saludarlos y soportar estoicamente que la mirasen como si estuviese enferma, se sentó al lado de Danny.

  • Sé que están molestos, dolidos o sorprendidos, pero la verdad es que no veo razón para ello. Cuando ustedes declararon de forma tan sorpresiva sus sentimientos  --  dijo mirando a Danny y a Gail  --  nadie se molestó con ustedes, quizá nos sorprendió un poco la forma, pero nada más, y ciertamente todos estuvimos dispuestos a aceptarlo y a apoyarlos. No les pido que lo entiendan, ni siquiera que estén de acuerdo, solo espero que apoyen mis acciones y confíen en mí.

Gail la miraba tratando de entender todo aquello, porque desde el asunto del ataque a su padre y a raíz de la conversación que había escuchado entre sus tíos, poco a poco se había ido convenciendo de que realmente Sam sentía más de lo que decía por su padre, de modo que este repentino cambio lo tenía muy confundido.

Danny hacía esfuerzos sobrehumanos por ocultar, con muy escaso éxito, su enorme molestia, porque si bien era cierto que lo que había dicho Sam con relación a su sorpresiva declaración de sentimientos por Di, estaba seguro que eso no había sido un secreto, y menos para ella. Fuera de eso, la constante insistencia de Gail con relación al asunto de Iván, casi había llegado a convencerlo, y aunque tampoco aquello le gustaba, la nueva situación le gustaba menos aún, aunque no sabía por qué, de modo que seguía sintiéndose traicionado.

Diandra no podía estar más satisfecha, porque ella siempre había sostenido que Danny y Gail se equivocaban al creer que Sam estaba interesaba en Iván, en cambio le gustaba mucho que se hubiese fijado en Will, aunque Aderyn dijera lo que dijese. Mientras que Aderyn, pensaba que todo aquello era un enorme error, pero si Sam había tomado esa decisión, sin importar a qué obedeciese, ella la apoyaría de manera incondicional.

Y él único que no se había detenido a pensar ni a analizar absolutamente nada, había sido Mael, y en cuanto ella había terminado de hablar, se había ido derecho hacia ella arrodillándose a su lado y tomando sus manos.

  • Nena, una vez te dije que haría cualquier cosa si con ello contribuía de alguna forma a tu felicidad y sigo pensando del mismo modo, así que, si esa es tu decisión, no pienso cuestionar si es buena o mala, y por el contrario haré lo que sea necesario para proteger tu derecho a tomar tus propias decisiones. Lo que sí te advierto, es que mientras sea lo que deseas y te haga feliz, yo también lo seré, pero en el momento que ese sujeto o cualquier otro, te haga derramar una sola lágrima, deseará no haber nacido.
  • Gracias cachorro  --  dijo ella abrazándolo  --  sabía perfectamente que si por alguien no debía preocuparme, era por ti  --  esto último solo fue escuchado por él




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