Arzhvael (libro 3. El Destino)

Cap. 35 Regreso

 

Angmar había decidido reportarse enferma para poder quedarse en casa, y había pasado los dos días anteriores con Giulian. Al día siguiente de haberse encontrado con él de forma tan poco delicada, y haber tenido la no muy brillante idea de llevarlo a su departamento, había luchado inútilmente tratando de que el muy necio se alimentase, pero todo lo que había conseguido era enfurecerlo. Giulian había pasado todo ese día bebiendo, y por más que ella intentó hacerlo hablar, se dio cuenta que perdía miserablemente su tiempo, porque aquel hombre era un arzhaelí, de modo que no diría nada que no quisiera decir. Era evidente para Angmar que algo muy serio estaba lacerando el corazón de Giulian, porque aquel modo de beber solo podía obedecer al deseo de olvidar algo, y en su experiencia con los hombres, eso solo sucedía cuando era una pena del corazón.

Sin embargo, la segunda noche Angmar se preguntó cuánto alcohol podía resistir su organismo, llevaba más de veinticuatro horas bebiendo casi ininterrumpidamente y sin ingerir ningún alimento. Cerca del amanecer comenzó a mostrar los primeros signos de ebriedad, pero eso no lo detuvo, y si ella pensó que eso lo haría más manejable, comprobó lo muy equivocada que estaba, porque simplemente se volvió más agresivo y menos tolerante. No obstante, ese día comió algo, no mucho, pero eso tranquilizó un poco a Angmar. Esa noche comenzó a mostrarse cariñoso, y aunque Angmar sabía que no era buena idea, seguía enamorada de él, sin embargo, nada sucedió, porque de forma inexplicable, especialmente teniendo en cuenta el grado de ebriedad en el que se encontraba, él salió de la cama en forma precipitada y decidió seguir su danza con la botella.

Pero finalmente al amanecer del tercer día, Giulian había sido vencido por tan inmisericorde ingesta de alcohol, y había caído desplomado en el sofá. Angmar lo trasladó a la cama y lo primero que hizo fue comprobar sus signos vitales, porque dadas las circunstancias, estaba segura que aquel sujeto estaba a un paso del coma etílico. Sin embargo, todo parecía normal y no había insuficiencia respiratoria, de modo que lo acomodó en la cama, le sacó las ropas y después de cubrirlo con las mantas, se sentó a considerar sus opciones. Sin duda despertaría en unas horas, pediría algo para el brutal dolor de cabeza, tal vez se daría un baño y luego volvería a lo mismo, porque a menos que hubiese encontrado la solución a lo que lo estaba matando, y ella lo dudaba mucho, no había razón para modificar su absurda y poco saludable conducta.

Ya Angmar estaba convencida que ella no podría hacer nada por ayudarlo, de modo que tenía que encontrar otro modo. Decidió darse un baño, comer algo y descansar un rato, y luego trataría de ponerse en contacto con el hermano de Giulian y transferir el problema, fuere el que fuese, a él.

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Garlan salió de la Sala del Consejo, y aunque pensaba que no necesitaba ayuda para encontrar a Giulian, no era lo bastante necio como para desestimar las palabras de Eowaz que seguramente obedecían a la seguridad de que encontrarían a Giulian en estado inmanejable. Y como era seguro que Eowaz estaba en posesión de información que él no, decidió que lo mejor sería procurarse la ayuda que le había recomendado y se fue derecho a buscar a Alaric. Lo encontró en el patio de entrenamiento, como de costumbre practicando con su arco.

  • Hermano, ya alcanzaste tu nivel de excelencia, y por mucho que practiques no creo que puedas superarlo  --  le dijo y Alaric rio
  • Siempre puedes superarte a ti mismo 
  • ¿Busacas superarte a ti mismo, o a Berserker?  --  le preguntó en forma maligna  --  Porque si es lo segundo…
  • No seas necio, Garlan. No intento superar a nadie, así que, si no tienes nada mejor qué hacer, ve a fastidiar a otro ¿quieres?
  • Tanto como querer, no quiero  --  le dijo mientras estiraba su Gwialen y disparaba una flecha --  pero ciertamente debo ir a fastidiar a alguien
  • De acuerdo, ya tienes mi atención  --  y viendo que la flecha de Garlan se había clavado a cierta distancia del centro de la diana, agregó  --  Tú si tienes que practicar  --  y sonrió  --  ¿Y bien?  Entendí que sí tenías algo qué hacer, y como dudo que vengas a pedirme permiso, solo puedo suponer que vienes a solicitar mi ayuda
  • Por alguna razón que desconozco, así que no preguntes, debo ir a cazar a Giulian Cornwall  --  y Alaric elevó las cejas
  • ¿Salió de Arx?
  • Presumiblemente no, pero nadie tiene idea de dónde está, y por algún motivo Eowaz lo necesita. Y ahora que recuerdo, debemos darnos prisa  --  dijo comenzando a caminar

Alaric devolvió su Gwialen a su estado natural y caminó a su lado preguntándose en qué nuevo lío estaría metido Giulian. Garlan comenzó por lo más elemental, revisó los roles de guardia y se fue a interrogar a los krigers que lo habían estado la noche en cuestión a las puertas tanto del Castillo, como de las de la Ciudadela. Los krigers del Castillo informaron que sí, que lo habían visto salir a eso de las nueve de la noche, pero no había regresado. De ahí fue a hablar con los que habían estado a las puertas de Arx, pero éstos le aseguraron que al menos por allí no había salido.

  • Estás consciente que pudo haber desaparecido desde cualquier lugar ¿no?  --  dijo Alaric
  • Sí, y aunque Eowaz lo tiene prohibido a menos que se trate de una emergencia real, al niño malcriado esa clase de cosas lo traen sin cuidado  --  y Alaric rio, porque sabía que aunque la mitad del tiempo Garlan quería asesinar a los gemelos, les tenía verdadero aprecio, pero eso lo hizo pensar en otra cosa
  • Un momento ¿Por qué estás haciendo esto tú? Vladimir podría hacerlo con más posibilidades de éxito, aun suponiendo que Giulian lo estuviese bloqueando
  • Ya te dije que no preguntes, porque no tengo idea de lo que sucede




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