Arzhvael (libro 3. El Destino)

Cap. 42 Encuentro final

 

Mientras Giulian había estado abriéndose paso desde el sótano hacia las escaleras, había sentido el repentino golpe en el pecho, y aunque en un primer momento pensó que lo habían herido, al comprobar que no había sido así, inmediatamente pensó en su hermano. Sin embargo, la única manera de llegar hasta él era acabando con aquellos sujetos, de modo que continuó en la lucha hasta llegaron al piso superior. Una vez allí había intentado localizarlo, pero no lo veía en medio del caos reinante y supuso que estaría en otra área. Se concentró en repeler y atacar a los vänator que ponían gran empeño en despacharlo al notar contra quien se enfrentaban, y como Sam peleaba muy cerca de él, el asunto se tornaba más difícil para los sujetos que no sabían a quién tenían más urgencia en despachar. No obstante, notó que Iván desaparecía por una puerta, y en un momento de relativa calma, ya que no lo tacaban directamente, se volvió hacia Will.

  • ¡McKenzie, hazte cargo!  --  dijo señalando a Sam

No le gustaba dejarla en manos de él, pero tenía urgencia por encontrar a Vlad, y no sabía por qué la repentina desaparición de Iván la asociaba con él, de manera que como pudo se abrió camino hacia el lugar por el que lo había visto desaparecer, y cuando finalmente llegó, se encontró con un pasillo desierto, pero igual caminó por él hasta que había llegado a las puertas abiertas de otra estancia y los había visto. Al igual que Iván, su mundo se había tambaleado cuando vio los cuerpos tendidos en el piso, pero a diferencia de su amigo, él se precipitó hacia ellos, pero su mente se negaba a creer lo que sus ojos estaban viendo.

  • ¿Qué hacen?  --  gritó   --  ¡Hay que sacarlos de aquí!
  • Giulian… 
  • Tranquilo Ídem, vamos a sacarte de aquí
  • Giulian… escúchame… escúchenme los dos… Brendan… sé que… serás un gran padre… para él  --  dijo mirando a Giulian  --  pero… te va a… necesitar, Iván
  • No digas tonterías Ídem, ya…
  • Giulian… no hay tiempo  --  lo interrumpió Vlad, e Iván sabía que era así porque había visto lo que Giulian se negaba a ver, la mancha oscura sobre el pecho de Vlad  --  Iván… no permitas… que esto continúe  -- pidió con dificultad e Iván miró en sus pensamientos y habría preferido no hacerlo
  • Te juro que no lo haré  -- prometió
  • Giulian…  --  pero hablar ya era un enorme esfuerzo, de modo que miró a su hermano a los ojos  --  Encuéntrala y júrame que vas a detenerla  --  y le transmitió la imagen de su hermana
  • Ambos lo haremos en cuanto…
  • Solo… júramelo  --  insistió
  • Te lo juro, Ídem  --  Vlad aferró los brazos de ambos
  • Has sido… un gran… hermano mayor… cuida de él  --  le pidió a Iván, y éste sabía que se refería a Giulian  --  díganle a mi… hijo… que  --  su aliento comenzaba a faltar  --  su madre y yo… lo seguiremos… amando… desde donde… estemos  --  miró a Giulian   --  hermano… abre los ojos y… tu corazón  --  y aquellas fueron sus últimas palabras

Pero el corazón de Giulian parecía haberse detenido justo con el último aliento de Vlad, y se había quedado clavado al piso con los ojos prendidos a los de su hermano de donde acababan de escapar la luz y la vida. Iván cerró los de Vlad y luego los suyos de dónde no habían dejado de manar las lágrimas.

Sin embargo, con más entereza y valor del que Delos y Daira habrían creído posible en esas terribles circunstancias, se puso de pie, miró a Peter que yacía más allá y se disponía a caminar hacia él, pero Daira lo detuvo.

  • Está muerto  --  le dijo, ella había intentado hacer algo por él cuando Iván estaba con Eve, pero no había nada qué hacer
  • ¿Puedo pedirte algo?  --  le preguntó a la Arzhaelí y ella asintió  --  Encárgate de sacarlos de aquí. Yo tengo algo qué hacer  --  y sin más explicaciones aferró a Giulian por los hombros y lo levantó, ya que él seguía anclado en el mismo lugar y posición  --  ¡Giulian escúchame!  --  le gritó sacudiéndolo, pero como no reaccionaba se decantó por otro método y transmitió las imágenes que Vlad le había traspasado a él

Los otros dos arzhaelíes vieron cómo la expresión del rostro de Giulian cambiaba en forma drástica, transformándose en una máscara del más intenso odio, y ambos salieron con paso decidido y un objetivo común.

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Jonathan, Kenny y Jason habían seguido a Mael por varios pasillos hasta detenerse ante una puerta evidentemente sellada, apuntaron hacia ella, pero la misma no cedió, y aquello era en verdad extraño teniendo en cuenta que habían suprimido las barreras del lugar y que con las otras celdas o laboratorios donde tenían prisioneros, no habían tenido problemas. De manera que lo intentaron de nuevo, pero seguían firmemente selladas. Después del tercer intento, Mael recuperó su forma humana.

  • ¡Apártense!  --  les dijo  --  Si hay alguien del otro lado  --  gritó  --  péguese a la pared al lado de la puerta  --   y a continuación cargó con toda su velocidad y fuerza sobre ella que salió despedida hecha pedazos
  • ¡Demonios!  --  exclamó Jason  --  Espero no disgustar nunca a este sujeto  --  agregó mientras Kenny reía

Sin embargo, Jonathan había entrado apresuradamente tras Mael y había proferido una exclamación.

  • ¡Por los Tesoros del Gran Druida!




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