Arzhvael (libro 4. Nueva Vida)

Cap. 2 Revelaciones

 

Will se presentó en la habitación de Brendan y Sam se levantó del piso a toda prisa.

  • ¡Will! De veras lo siento, yo…
  • Descuida Samantha, entiendo perfectamente y estoy bien, así que no tienes nada de qué preocuparte – dijo él interrumpiéndola y luego agregó – Sin embargo, quería hablar contigo, porque supongo que esta es la mejor oportunidad para dejarte libre
  • Pero Will…
  • Yo asumiré la responsabilidad de la ruptura – dijo volviendo a interrumpirla – podemos decir que no acepto ni entiendo tu excesiva preocupación por Mael.
  • ¡Pero eso es absurdo! Si dijéramos eso quedarías muy mal y ciertamente nadie podría creer que sientes celos de mi hermano

Will la miró durante unos segundos y se preguntó, como tantas otras veces, cómo era posible que ella fuese la única que no se diera cuenta de los verdaderos sentimientos de Mael. Sin embrago, él era la personificación de la discreción, de modo que nada dijo al respecto.

  • Ya te dije que estoy dispuesto a hacerme responsable y en realidad no me importa mucho si me creen o no, porque no tengo por qué darle explicaciones a nadie de lo que hago.

Ahora fue Sam quien lo miró de forma extraña pensando que Will McKenzie era una clase muy especial de persona, y que en cierta forma lamentaba no haberse enamorado de él, porque sin importar lo que dijesen, ella sabía que, a pesar de su extraño carácter, Will era una maravillosa persona. Caminó hacia él y lo abrazó.

  • Gracias Will, nunca podré pagarte lo que has hecho por mí.

Él, como de costumbre, no dijo nada y abandonó la habitación dejándola con un inexplicable sentimiento de pesar. Después que Will se marchó, entró la nana y le dijo a Sam que era hora de dar de comer a Brendan y cambiarlo para dormir, de modo que ella le dio un beso y salió también.

Cuando Sam comenzó a bajar las escaleras, recordó que aún no había hablado con Mael y se devolvió tomando hacia la habitación del chico, pero cuando iba a mitad de camino Danny salía de la suya.

  • ¿Dónde estabas?
  • Con Brendan – dijo ella con tristeza

Danny se acercó a su hermana y la abrazó. Él también sentía que era una terrible injusticia, ya que ellos sabían lo que era crecer sin sus padres, de modo que aparte del enorme dolor que les producían las pérdidas de Eve y Vlad, el pesar que sentían por Brendan era aún mayor.

  • Al menos él nos tiene a todos nosotros, Sam. Y a diferencia nuestra, crecerá rodeado de personas que lo amamos y lo protegeremos siempre.

Le tomó la mano y se disponían a encaminarse hacia las escaleras cuando salieron Aderyn y Gail de la habitación de él, y después de saludarse, Sam recordó a dónde se dirigía cuando encontró a Danny.

  • Bajen ustedes, yo voy a hablar con el cachorro.
  • No está en su habitación, antes de ir a la tuya pasé por la de él – le dijo Danny

Sam comenzó a preocuparse y decidió intentar comunicarse con él de nuevo, pero justo en el momento que le llegaba la voz de Mael, también lo hacía la figura de Eowaz.

  • Estaba por avisarte que nos reuniéramos en el Salón, Nena
  • Por favor, baja al Salón

Los chicos no escucharon a Mael, porque él solo se había comunicado con Sam, pero sí vieron a Eowaz y se miraron extrañados.

  • ¿Con quién será eso? – preguntó Gail
  • Sin duda con todos – dijo Aderyn

De modo que siguieron hacia las escaleras cuando escucharon a Diandra y se volvieron. La chica corría por el pasillo hacia ellos.

  • ¿Saben qué sucede? Eowaz acaba de enviarme un mensaje – dijo en cuanto les dio alcance

Con eso quedó confirmado lo que había dicho Aderyn y se apresuraron en dirección al Salón. Cuando entraron encontraron a Eowaz en compañía de Iván, Giulian, Jonathan y Mael. Mientras que todos se preguntaban qué sucedía para que los arzhaelíes tuviesen aquella expresión de preocupación, Sam lo que se preguntaba era la razón por la que Giulian tenía el aspecto de querer asesinar a alguien.

  • Señor – dijeron los chicos al llegar hasta Eowaz
  • Les agradezco mucho que estén aquí, siéntense por favor.

Ellos obedecieron, pero Sam miró a Mael y por primera vez desde que podía recordar, él desvió la mirada. Aquello encendió una señal de alarma en el cerebro de la chica, fuere cual fuese la razón por la que habían sido llamados, estaba relacionada con Mael, y por algún motivo esto le producía… ¿qué? En todos los años que llevaban juntos, Mael había sido su apoyo en los momentos difíciles, el que siempre estaba en cualquier circunstancia, y el que inmediatamente se situaba a su lado a la hora de los problemas y aferraba su mano para transmitirle seguridad y protección si era necesario. De modo que aquella actitud más que sorprenderla, la asustaba mucho. Pero antes de que pudiese entablar una comunicación privada con él, Eowaz se dirigió a ellos.

  • Hay momentos en nuestras vidas en los que las circunstancias nos arrastran a situaciones con las que no habríamos ni siquiera soñado, momentos en los que nos vemos obligados a tomar decisiones que involucran a otros, y lo hacemos pensando que estamos haciendo lo mejor, lo que nos dicta nuestra consciencia y nuestros valores morales, aunque en ocasiones no necesariamente los demás apoyen nuestras decisiones. Pero en la generalidad de los casos lo hacemos por amor. Por amor al prójimo, por amor a nuestros amigos, o por amor a nuestra sangre.




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