Arzhvael (libro 4. Nueva Vida)

Cap. 38 El rescate

 

Cuando cayeron las protecciones y los arzhaelíes emprendieron la carrera, Danny les gritó:

  • ¡Gail, tú ven conmigo! ¡Papá, Giulian ustedes sigan al cachorro!

Pero una cosa era decirlo y otra poder hacerlo, porque la velocidad de Mael difícilmente podrían alcanzarla ellos. Sin embargo, al llegar a pocos pasos de la construcción Mael tuvo que reducir la velocidad, porque fue recibido por una serie de rayos que, aunque solo unos pocos lograron impactarle, se vio en la necesidad de protegerse para poder continuar.

Los arzhaelíes que venían detrás, atacaron con toda la violencia que fueron capaces de emplear. Amy, Daira y Jonathan habían intentado desviar el violento ataque del que estaba siendo objeto Mael, e Iván que fue el primero en llegar hasta el chico, se agachó a su lado.

  • ¡Mael!
  • Estoy bien – dijo él intentando ponerse de pie
  • No, no lo estás – insistió Iván viendo que Mael sangraba por una enorme cantidad de lugares
  • ¡Suéltame!

Ya los demás habían llegado y estaban entrando, y es fácil suponer que los sujetos que estaban en la primera línea de defensa quedaron reducidos a masas informes. Danny, Gail, Aderyn y Amy, seguidos de varios de sus compañeros, continuaronron hacia el sótano. Encontraron varias puertas, pero Danny y Gail fueron derechos a la correcta.

  • ¡DYMCHWEL! –  apuntó Danny

La puerta voló hecha pedazos, pero Danny casi sufre un paro cardíaco cuando vio a Diandra intentando proteger de la lluvia de escombros a… ¿su hijo?

  • ¡Di! –  gritó el chico y se abalanzó hacia ellos

Se agachó junto a Diandra, la abrazó y luego miró al bebé. Gail estaba tan paralizado como había estado Danny al entrar y no acertó a moverse.

  • Danny… Lery tiene a Sam… la obligó – decía ella desesperada –  dijo que… nos mataría a mí y al bebe… si no iba con él
  • Tranquila amor, papá, el cachorro y Giulian están subiendo ahora mismo – después se volvió a los demás –  Hay que sacarlos de aquí con la mayor celeridad y seguridad posibles. Mamá, encárguense tú y Aderyn, yo voy a romperle el alma a Lery. ¡Vamos Gail!

Una vez que habían logrado entrar, Dan, Giulian, Kenny, Mael e Iván, prácticamente habían arrollado a todos los que se le pusieron al frente, pero eso les estaba tomando más tiempo del que estaban dispuestos a perder y justo en ese momento Mael sintió que su corazón se hacía pedazos al escuchar un desesperado llamado de Sam, de modo que, prescindiendo de toda sutileza, se transformó causando mucho daño a su paso. Iván al verlo, hizo uso de sus poderes mentales con indiscriminación, deshaciéndose de manera muy violenta de sus oponentes. Subieron las escaleras y pusieron atención para saber a dónde dirigirse, pero Mael cuyo instinto estaba a años luz del de los demás, fue directo hacia una puerta del lado izquierdo. Esta estaba firmemente cerrada, pero mientras los arzhaelíes apuntaban sus Gwialen…

  • ¡Apártense! – les ordenó Mael y se dispuso a aplicar toda su fuerza

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Cuando Lery había sacado a Sam de la celda, la condujo escaleras arriba y entraron a una habitación con una decoración recargada y del mal gusto. Lery aseguró la puerta y se volvió hacia ella.

  • Así no escucharemos nada y no nos escucharan, y por supuesto nadie nos molestará. Esto es algo que me voy a tomar mi tiempo para disfrutar. Llegó la hora de tomar lo que he estado deseando desde hace años y que siempre debió ser mío.

Sin embargo, Sam no le estaba prestando atención, porque estaba muy ocupada enviándole su ubicación a Danny. Estaba francamente desesperada, era la primera vez en su vida que se sentía tan sola, no sabía si sus mensajes estaban siendo recibidos por sus hermanos, y aunque fácilmente habría podido deshacerse de Lery, no se atrevía a hacer nada por temor a lo que pudiesen hacerle a Di y al niño.  Lery la apuntó y unas cuerdas se enroscaron en sus muñecas.

  • Teniendo en cuenta mis anteriores experiencias contigo, comprenderás que esta es una precaución necesaria – dijo en tono burlón
  • Mael, Danny, Gail… ¿dónde están? –  pensó ella en ese momento con desesperación

Cuando Frieg se acercó más ella y para complicar las cosas, apareció Blaidd. Lery se quedó petrificado al verlo, porque Blaidd de por sí era imponente y en ese momento y en posición de decidido ataque, no era como para ser ignorado. El lobo avanzó con decisión mostrando los dientes.

  • ¡Blaidd, detente! – ordenó Sam

Blaidd quedó como congelado, pero sin dejar de mirar con odio a Lery. Sam sabía que una orden suya sería suficiente para que él destrozara a Lery, pero sin saber si los demás habían logrado llegar a Diandra y a su sobrino, eso sería en extremo peligroso, y producto de la tensión nerviosa, no se detuvo a pensar que, si Blaidd había podido aparecer, era sin duda porque las protecciones habían sido abatidas.

  • Una decisión muy inteligente, pero ahora ordénale que se vaya.
  • Vete Blaidd – dijo ella con el mayor pesar




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