Danny y Diandra estaban a punto de entrar al Dver cuando Samantha casi cayó en brazos de su gemelo.
Pero las palabras murieron en sus labios. Su hermana lloraba en sus brazos como una niña asustada. Se alarmó y miró a Di buscando ayuda, pero la chica estaba igual de asombrada y a punto de largarse a llorar también al ver a su cuñada así. Danny trató de pensar con serenidad e intentó mirar en los pensamientos de su hermana, pero allí reinaba el caos, de modo que tan suavemente como pudo la llevó hasta un sillón, pero la chica se resistía a soltarlo.
Danny y Diandra se alarmaron, porque para que Sam estuviera en ese estado debía haberle ocurrido algo realmente grave a Giulian. Danny pensó en enviar un mensaje a sus padres para pedir información, pero Sam lo detuvo antes de que pudiese hacerlo.
Sam cayó en la cuenta de que su hermano no sabía nada. Cuando se metió al Dver no tenía un rumbo fijo, solo quería desaparecer de allí y lo único que le vino a la mente fue su hermano. Ahora se enfrentaba al hecho de tener que dar explicaciones y la súbita necesidad de enfrentar a Danny la hizo calmar su llanto. Pensó en la mejor manera de decírselo, pero no había ninguna, de modo que solo lo dijo.
Pocas veces en su vida Danny se había sentido tan perdido como en aquel momento. Su cabeza experimentó el mismo caos que vio en la de su hermana. Sam por su parte pensó que Danny se desmayaría igual que Giulian, pero simplemente estaba como petrificado, ni siquiera parpadeaba.
Pero él seguía intentando poner orden en su cerebro. Sam estaba embarazada, eso lo entendió, pero algo no le cuadraba. Revisó a toda velocidad lo que sabía de la relación de su hermana y Giulian. Sam lo amaba y Giulian la amaba, ergo, quería casarse con ella. Llevaba tiempo escuchando la historia. ¿Por qué maldita razón Sam se negaba a casarse? Y ahora esto. Cuando decidió hablar, se sorprendió de la serenidad de su propia voz.
Danny tuvo un desagradable presentimiento y esperaba estar equivocado.
Danny no sabía qué hacer. De lo último que había dicho su hermana podía deducir que sus padres ya estaban al tanto de la situación. Miró a Diandra y ella entendió el mensaje. Se disponía a salir del salón, pero Sam la detuvo.
Sam guardo silencio, lo miró por varios minutos sin decir nada, y aunque Danny intentaba con todas sus fuerzas ver qué estaba pensando, ella había levantado un sólido muro que se lo impedía.
Se levantó para dirigirse al Dver y Danny la siguió.