El día del cumpleaños de Giulian, Dan había propuesto celebrarlo fuera y no en el Castillo como lo hacían siempre. Había un nuevo Restaurant de un viejo compañero de colegio y él quería ir a conocerlo. De modo que todos quedaron en que se verían allí esa noche. Sam había despertado a Giulian temprano con un dulce beso.
El abrió los ojos, sonrió feliz y no pudo evitar pensar en la enorme diferencia que había entre este día y su último cumpleaños. Dan y Amy demostrando su poca misericordia con Giulian, casi derriban la puerta haciendo que el arzhaelí se enfureciera, pero finalmente no le quedó más remedio que rendirse al hecho de que no lo dejarían en paz, porque poco rato después entraban Iván y Elar seguidos de Danny, Diandra y Dreo. Giulian intentaba quitarse a Dreo de encima cuando entraron Elijah y Brendan, y para completar el cuadro llegó Gail con su habitual escándalo y lanzó a Vladimir a la cama también. Giulian sacó rápidas cuentas y pensó que para el próximo cumpleaños la cantidad de chicos en su cama sería de…
Y no estaba contando al de Iván, porque asumía que estaría pequeño y suponiendo que fuese más tranquilo que Dreo y Vladimir, porque aquellos demonios aun no caminaban, pero igual no había forma de controlarlos.
En la noche se dirigieron al Restaurant como habían acordado con los demás. El lugar era muy elegante y hermoso. Los condujeron a la mesa que habían reservado y Gail comenzó a hacerle bromas a Sam por su avanzado embarazo. Todo estaba marchando bien, pero como se ha dicho anteriormente, los Douglas no buscan los problemas, éstos los persiguen a ellos.
El aludido que se había puesto de pie al escuchar su nombre, ahora estaba siendo abrazado por una mujer con más efusividad de la que a Sam le pareció apropiada, y Amy tenía cara de querer asesinarlo. Alaric, Armel y Garlan, ya se estaban preparando para proteger a Dan de una furiosa Amy, mientras que Daira y Elar miraban a la mujer con franca antipatía.
La tal Althea comenzó a pasear la vista por la enorme mesa tropezando con los fríos ojos de Amy, seguidamente con otros cuatro ojos exactamente iguales a los de Dan y la cara del mismo repetida en un chico y una chica, de modo que sacó sus cuentas rápidamente. Una pena que no fuese igual de rápida para desaparecer de allí.
Giulian cerró los suyos con resignación, porque sabía lo que vendría a continuación. Se puso de pie y la mujer soltó un chillido estridente.
Éste no se molestó en devolverle el no deseado abrazo, sino que por el contrario intentaba soltarse del mismo, pero la mujer le plantó un beso en los labios. Se hizo un súbito y pesado silencio alrededor de la mesa y todos miraban a Sam que tenía la vista en la lejanía.
Danny perdió la paciencia que, además, nunca había tenido y estaba por ponerse de pie cuando escuchó:
El chico miró a su hermana, pero ella seguía con la vista perdida en algo que nadie podía ver. Pero si bien Sam había detenido a Danny, nadie detuvo a Garlan.
Y aunque Garlan estaba muy lejos de estar defendiendo a aquellos dos, y lo único que quería era evitarle un mal rato a la Niña, no pudo decir nada más, porque Giulian se le adelantó.
Amy, Elar y Daira sonrieron con satisfacción. Danny y Gail casi se ponen a aplaudir. Sam seguía con la vista en un punto más allá, y los demás que pudiesen haber considerado lo dicho por Giulian como una muestra de grosería, independientemente del comportamiento de la mujer, ciertamente estaban muy complacidos. Iván por su parte miraba a Sam con extrema preocupación, porque, aunque parecía muy serena, él la conocía mejor que nadie y sabía la tormenta que estaba formándose detrás de los ojos violeta. La sonrisa de Althea había vacilado en sus labios, pero se había rehecho de inmediato.