Cap. 28 ¡Al fin!
Unos días después del nacimiento de Nathaniel, Sam dormía un sueño agitado, Giulian despertó al sentirla removerse entre sus brazos y se alarmó al escucharla sollozar.
- Princesa -- intentó con suavidad pero ella no despertaba y seguía igual -- ¡Princesa! -- llamó más alto
Aun tardó algunos segundos en despertar por completo y se sentó sobresaltada en la cama. Giulian la abrazó e intentó que se serenase, pero ella se había aferrado a su cuello y lloraba con desesperación.
- Tranquila mi amor, solo era un mal sueño -- le dijo él
Aunque ella finalmente se tranquilizó, no pudo volver a dormir. Las imágenes se repetían una y otra vez en su mente. Veía a Giulian ensangrentado, muriendo y ella no podía hacer nada. Escuchó la lenta respiración de él y elevó la cabeza. Intentó moverse con cuidado para no despertarlo de nuevo, y cuando consiguió una posición más cómoda, se quedó mirándolo hasta el amanecer. Cuando él abrió los ojos, se encontró con los ojos violeta que lo miraban.
- Buenos días, princesa
- Prométeme algo Giulian -- él la miró con extrañeza, pero sonrió antes de responder
- Lo que quieras, mi vida, y así el mundo entero esté incluido, igual lo tendrás.
- Es mucho menos que eso, pero mucho más importante para mí -- le dijo -- Prométeme que nunca vas a dejarme
Aquello sorprendió tanto a Giulian, que pensó que no había escuchado bien.
- ¿Dejarte? -- preguntó alarmado -- Princesa tú eres mi vida, la única forma en la que…
- Justamente eso es lo que tienes que prometerme que no sucederá -- insistió ella
El cerebro de Giulian registró con rapidez que aquello debía obedecer a la pesadilla que ella había tenido durante la madrugada, de modo que la atrajo hacia sí.
- Nunca mi amor, nunca voy a dejarte, te lo prometo
Samantha pasó ese día, nerviosa e intranquila, prestó poca atención a las clases y llegó a casa sumamente cansada. Pasó un momento por la habitación de los niños, les dio un apresurado beso y fue a recostarse un rato, pero cuando Giulian subió extrañado, porque ella estaba tardando en bajar a cenar, la encontró profundamente dormida y decidió dejarla descansar. Pero si hubiese sabido lo que en realidad estaba haciendo, con toda seguridad habría procurado despertarla.
- Mi señora debes acompañarme -- dijo Liminiades
- ¿A dónde? -- preguntó Sam, pero de pronto se vio en un prado, y aunque estaba segura que era de noche, éste se encontraba bañado por la luz del sol, y a su alrededor se encontraban los elementales
- Mi señora, hay algo importante que queremos informarte -- dijo Sealkie -- Hemos solicitado permiso para comenzar con tu entrenamiento, pero se nos ha indicado que debemos esperar
- Sin embargo, se nos ha autorizado para revelarte un asunto de suma importancia -- dijo Aine -- Hace muchos años, los señores de los elementos se vieron obligados a desterrar y encerrar en una prisión a uno de ellos por los grandes males que estaba causando tanto a tu mundo como al nuestro. Tu ancestro Myrddhin les prestó un gran servicio al ayudarlos en esa tarea, y es por ello que, en agradecimiento, se le otorgaron todos los poderes de los elementos a él y a su descendencia, pero él mismo decidió que no todos estaban preparados para hacer un uso adecuado de ellos, razón por la cual sus descendientes han heredado algunos de esos poderes en mayor o menor medida, pero nunca todos. A él le fue revelada una profecía, según la cual en un momento determinado, surgiría un arzhvael con la habilidad de liberar todo el mal que había sido encerrado, y ese momento coincidiría con el nacimiento de su heredera, y la única con derecho a recibir y manejar todos los poderes de los que él ha sido portador, y cuya misión sería detener esta catástrofe.
Samantha estaba intentando asimilar todo aquello, pero no se atrevía a pensar en lo que le había dicho su padre, y que adquiría otro significado ahora.
- El momento está cada vez más cerca, mi señora -- dijo Liminiades -- Según la instrucción que se nos ha dado, debes terminar tu educación y algunos otros asuntos que tienes pendientes, y entonces será el momento de iniciar el entrenamiento, tanto tú, como aquellos a los que consideres de tu entera confianza para compartir la pesada tarea que te aguarda
Aunque Samantha estaba realmente alarmada, porque pensaba que así fuese cierto que ella era la heredera de Myrddhin, no estaba ni remotamente preparada para hacer frente a una catástrofe de aquellas dimensiones.
- Lo estarás mi señora, debes confiar en ti y en los que comparten tu sangre -- dijo Sealkie
- Por lo pronto debes regresar, estaremos a tu disposición siempre que nos necesites, y llegado el momento de iniciar tu entrenamiento, vendremos por ti -- dijo Aine
- Aguarda -- dijo Sam -- ¿Cómo sabremos si esa cosa es liberada?
- Descuida, nosotros lo sabremos, porque habrá ciertas señales de ello