Arzhvael (libro 5. La Heredera)

Cap. 30 Padre e hijo

 

Después del paseo y de llevar a los niños a comer, Mael pensó qué hacer a continuación. Evidentemente Jonathan debía estar muy ocupado aun, porque no se había molestado en enviarle ni un miserable mensaje para saber si Daira no lo había matado. Por supuesto Mael dudaba que fuese así, pero, aunque Daira era sumamente pacífica, él sabía que Jonathan tenía la muy dudosa habilidad de sacar de quicio al ser más paciente de la tierra. Durante el tiempo que había durado su voluntario exilio, Mael había descubierto a Jonathan en más de una ocasión pensando en la arzhaelí, y a pesar de que le costaba mucho creer que en realidad su amigo estuviese tan interesado en una sola mujer, se había hecho evidente que así era. Lo que preocupaba a Mael era el posible interés de Daira, y habiendo sido testigo del enorme esfuerzo que había hecho Jonathan desde siempre por hacerle la vida miserable a la pobre, no estaba muy seguro de si tendría alguna oportunidad.

  • Papi  --  escuchó la voz de su hijo
  • Dime  --  dijo girando la cabeza
  • Lizzy  --  dijo el chico señalando a la niña que Mael tenía en brazos
  • ¿Qué sucede con Lizzy?
  • Se durmió

Mael miró a la niña y notó que era cierto, Lizzy había recostado la cabeza en su hombro y se había quedado dormida. Mael pensó en dirigirse a la casa de los McKenzie y entregarle la niña a Anne, pero eso le supondría una serie de preguntas acerca de dónde estaba Jonathan y una indecente cantidad quejas por parte de Anne con relación a la responsabilidad de su hijo.

  • Puede venir a casa con nosotros  --  dijo Elijah

Ya Mael no se sorprendía de la capacidad que tenía su hijo para siempre parecer saber lo que pensaban o sentían los demás.

  • Muchas veces G la ha llevado a casa  --  insistió el niño
  • De acuerdo, iremos a casa entonces  --  dijo él tomando la mano de Elijah

Se encaminaron al Dver, pero iba pensando en la conversación que había tenido con Elijah el día de su regreso. Cuando habían llegado, lo primero que hicieron fue presentarse ante Eowaz, quien se había mostrado sumamente complacido de verlos.

  • Me alegra mucho tenerlos de vuelta  --  había dicho el arzhaelí
  • Gracias señor  --  contestaron ambos
  • Pero si me lo permite  --  dijo Jonathan  --  Quisiera ir a ver a mi familia y luego vendré a ponerme al corriente de cualquier cosa que deba saber
  • Por supuesto, ve  --  le había dicho Eowaz y el chico no perdió el tiempo marchándose enseguida,  después Eowaz miró a Mael  --  Tú también puedes ir a ver a tu hijo y luego conversamos  --  sin embargo, Mael había negado
  • Primero me gustaría saber qué ha sucedido con todos en mi ausencia
  • De acuerdo, Samantha…
  • De ella lo sé todo, señor, me refería a los demás  --  lo interrumpió él

Eowaz lo miró y después de un momento se sintió tranquilo recordando las palabras de Freyja, Mael siempre amaría a Samantha, pero de una forma distinta y eso le permitiría vivir en paz y sin dolor. Le había hecho un recuento de los últimos acontecimientos relacionados con su familia, con la Orden y con algunos amigos.

  • ¿Zimmerman?  --  había preguntado Mael al final
  • Todo marcha muy bien con él, no es especialmente sociable, pero tenemos varios así  --  dijo Eowaz con una sonrisa  --  y está haciendo un muy buen trabajo con el grupo de Giulian. Tienes buen instinto Mael, y no te equivocaste con él
  • Me alegro por él  --  había dicho el chico, se despidió de Eowaz, pero antes de llegar a la puerta…
  • Mael  --  lo llamó el Arzhaelí y él se giró  --  Bienvenido
  • Gracias señor, por todo

En cuanto dejó el despacho de Eowaz, se dirigió a Averdeen. Escuchó que todos estaban en el salón, pero él subió directo a la habitación de su hijo.

  • ¡Papi!  --  había exclamado Elijah
  • ¡Padrino!  --  había gritado Brendan

Y ambos habían corrido hacia él que los recibió en sus brazos.

  • A ver  --  dijo separándose un poco para mirarlos  --  ¿Cómo está el par de terremotos?
  • ¡Bien!  --  dijeron ambos, después de eso Elijah había mirado a Brendan y éste caminó hacia la puerta
  • ¡Ey!  --  lo detuvo Mael  --  ¿Dónde crees que vas?
  • Déjalo papi, Bren tiene algo que hacer  --  Mael lo miró con expresión de sorpresa, porque dudaba mucho que un niño de tres años, tuviese algo qué hacer y solo  --  ¿No me crees?  --  preguntó Elijah
  • Por supuesto que te creo, pero…
  • Va a estar bien, pero si quieres envía a Blaidd con él  --  y era justamente lo que estaba pensando hacer Mael

Una vez que estuvieron solos, Elijah tomó el rostro de su padre entre sus manitos y lo miró a los ojos. Como de costumbre a Mael le pareció estar mirando sus ojos en un espejo.

  • Ya no estás triste  --  dijo el niño
  • No hijo, no lo estoy  -- contestó él, aunque Elijah no había hecho una pregunta, sino una afirmación categórica
  • ¿Volverás a marcharte?
  • Solo cuando deba hacerlo
  • Bueno, porque mami lloró mucho  --  aquello le sentó como una patada en pleno estómago a Mael  --  G le dijo que no lo hiciera, porque tú volverías y…
  • Un momento  --  lo detuvo él  --  ¿G?
  • Giulian  --  aclaró Elijah
  • ¿Giulian?  --  preguntó con cierto asombro  --  ¿Ya no lo llamas, papá?
  • eres mi papá
  • Lo sé, pero…  --  se detuvo en cuanto Elijah elevó una ceja en forma idéntica a su madre, lo que significaba que había dado por concluido el tema




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