El día del cumpleaños de Brendan, fue uno de los más alocados que Giulian recordaba haber vivido. La primera noticia de la mañana fue para variar que ni Brendan ni Elijah estaban en su habitación. En cuanto verificaron que ninguno de los dos estaba dentro del Castillo, tuvieron pocas dudas de dónde se encontraba Elijah y menos aún de dónde podía estar Brendan. De modo que Sam se encaminó hacia el Lago mientras que Giulian lo hacía hacia el bosque.
Tal y como había imaginado, Brendan se encontraba con Gwyn, pero no solo con ella, sino que para sorpresa de Giulian, había una impresionante reunión de Dríades alrededor de su hijo.
Y cuando Giulian se acercó, vio que efectivamente había un gran festín de frutas variadas sobre una piedra plana que hacía las veces de mesa natural. Evidentemente las Dríades habían obsequiado a Brendan con una gran cantidad de frutas, muchas de las cuales él no había visto nunca antes.
Sam por su parte, se había acercado a la orilla del Lago, había llamado a Sealkie, y unos segundos después el elemental apareció ante ella.
El elemental se unió a las aguas y unos minutos después salían de éstas Elijah y la que suponía sería Naiad, según lo que le había dicho Mael.
A Sam ya no lo sorprendía mucho aquella actitud, ya que había escuchado el mismo asunto por parte de los demás elementales, y por alguna razón Elijah se sintió contento de que su madre no tuviese la misma expresión de sorpresa de su padre cuando había conocido a Naiad.
Sam y Giulian llegaron casi al mismo tiempo al interior del Castillo, y después que Elijah se cambió de ropa, pudieron ir a desayunar. El resto de la mañana fue relativamente tranquila y salvo por los ocasionales gritos de los gemelos que parecían no poder expresarse con voces más bajas, nada extraordinario sucedió, de modo que Giulian había comenzado a albergar esperanzas de que fuese un día sin incidentes, pero no podía estar más equivocado.
Brendan y Elijah normalmente se las arreglaban bastante bien para poner de cabeza a los habitantes de Averdeen, pero con el añadido de Vladimir y Dreo aquello se volvía catastrófico. En los últimos tiempos los dos primeros habían desarrollado una actitud más pausada, pero no menos desestabilizadora, y Sam había concluido que aquellos dos pequeños cerebros eran sumamente peligrosos. Mientras que Vladimir y Dreo aparte de que parecían funcionar como uno solo, eran positivamente perjudiciales para cualquiera que sufriese del corazón, ya que se las ingeniaban para que el vital músculo de todos se detuviese con excesiva frecuencia.
Pero si aquellos cuatro individuos constituían un peligro, la pequeña Lizzy McKenzie no era mucho mejor, aquella dulce criatura de rizos dorados y rostro angelical, estaba logrando que Anne perdiese el juicio a pasos acelerados. De modo que cuando Sam la vio en compañía de Dreo y Vladimir conversando bajo un árbol y apartados de los demás, decidió acercarse antes de que ocurriese una catástrofe, solo que en ningún caso se esperaba lo que sucedió, porque mientras caminaba en dirección a los chicos, vio que Lizzy era impulsada hacia arriba por los niños. Esto no habría tenido por qué ser un mayor problema, ya que a Sam le habría bastado con detener la indudable caída, el asunto fue que lejos de caer, la niña comenzó a elevarse por los aires hasta alcanzar la copa del árbol bajo el que se encontraban.
Nadie más parecía haber prestado atención al asunto, porque Giulian y Dan intentaban que los gemelos no tirasen la mesa, Danny y Gail tenían alzados en ese momento a los gemelos de Danny, Iván había corrido a detener a Elijah y a Brendan antes de que se escaparan de nuevo, y los demás conversaban animadamente. El único que a pesar de estar haciendo esfuerzos por impedir que Jonathan se acercase mucho a Daira, porque ésta seguía en su política de agresión cada vez que el infortunado arzhaelí se le acercaba, fue Mael. Antes de que Sam lo notase estaba a su lado no porque hubiese visto lo sucedido, sino porque sintió la repentina preocupación de ella.