Arzhvael (libro 6. Los Cinco Elementos)

Cap. 11 En casa

 

Cuando los primeros rayos de sol del nuevo día se filtraron por la ventana, Mael abrió los ojos y vio unos idénticos a los suyos que lo miraban con atención. Iba a saludar a Elijah, pero él se llevó un dedo a los labios y le hizo señas. Mael volvió la cabeza y vio la de Sam recostada en la cama, se había quedado dormida allí. Con sumo cuidado posó su mano sobre ella justo en el momento que entraban Iván y Daira, y ella abrió los ojos al escuchar la puerta.

  • Buenos días --  los saludó Iván  mientras se acercaba a la cama  --  ¿Cómo te sientes?
  • Bien, de hecho, creo…
  • De hecho vas a quedarte exactamente donde estás, señor Berserker  --  lo interrumpió Daira
  • Daira sabes que…
  • Lo único que sé, es que te encontramos medio muerto, que tenías una enorme cantidad de veneno en tus venas y que nos diste un susto de muerte

Pero en cuanto Daira finalizó, todos se sorprendieron, porque escucharon reír a Elijah, de modo que las cabezas se giraron.

  • Creo que mejor te quedas tranquilo, papi, porque mi padrino dice que es mal asunto hacer enojar a la señora McKenzie

Iván pensó que definitivamente por muy tranquilo que fuese Elijah, cuando se trataba de fastidiar a alguien no podía negar su sangre Douglas, y si por añadidura sufría la influencia de Giulian, el asunto podía tornarse realmente catastrófico para su blanco. Sin embargo, mientras él estaba sintiendo pena por Jonathan, porque aquello sin duda iba a costarle caro, Sam y Mael estaban riendo con descaro.

  • De acuerdo, le haremos caso a tu padrino entonces y así no tendremos que lamentarnos  --  dijo Mael
  • Muy graciosos ustedes, pero…
  • ¿Peleando tan temprano, señora McKenzie?  --  escucharon la voz del susodicho
  • ¡Jonathan McKernzie, eres un…!
  • Wow, wow  --  la detuvo él  --  ¿Qué pude haber hecho? Solo fui a casa a bañarme y tengo de testigos a mis hijas, así que…
  • ¿Tus hijas? Aunque una apenas si habla, ambas mentirían por ti, desvergonzado  --  dijo ella mientras él reía
  • Vamos, lo que sucede es que ellas saben que soy muy bueno, y…
  • ¡Tú no eres bueno ni dormido!
  • Reconozco que despierto soy infinitamente mejor, pero…

Daira lo apartó en forma poco delicada y abandonó la habitación mientras Sam, Elijah y Mael reían y Jonathan miraba el lugar por el que acababa de desaparecer su mujer.

  • ¿Jonathan, puedes decirme cuál es tu fascinación por amargarle la existencia?  --  preguntó Iván
  • En primer lugar, en realidad no he hecho nada, al menos que yo sepa, y segundo, pues… no sé, es que se ve linda cuando está furiosa

Sam y Mael soltaron la carcajada mientras Iván se llevaba la mano a la cabeza y pensaba que definitivamente aquel sujeto estaba loco, y no era que eso fuese una gran novedad, pero sin duda el día menos pensado Daira iba a quitarle su estúpida cabeza. Después de eso comprobó cómo iba el proceso de desintoxicación de Mael y se sintió satisfecho, realmente él chico mejoraba a una velocidad impresionante.

  • Si prometes que te quedarás en la cama al menos un día más, te dejaré volver a casa en la tarde
  • Te lo prometo, papá

Iván experimentó una sensación de calidez como cada vez que Mael lo llamaba de aquel modo, de manera que sonrió, le alborotó el cabello y luego miró a Elijah.

  • ¿Me acompañas a desayunar?
  • Claro abuelo, pero mami tampoco ha comido  --  sin embargo,  Iván la conocía lo suficiente como para saber que no se movería de allí
  • ¿Te parece bien si le traemos algo?
  • De acuerdo  --  dijo el chico

De modo que Iván lo alzó en brazos y abandonaron la habitación.

 

  • Nena deberías ir a casa, ya escuchaste que podré salir en la tarde, así que…
  • Así que tendrás que soportar mi compañía hasta entonces

Mael se limitó a sonreír, primero porque no podía imaginar una mejor compañía, y segundo, porque sabía que, si a Sam no se le antojaba, ya podía él decir lo que quisiese que ella no se movería de allí. Después que Iván salió, entraron Gail, Danny y Giulian, y Mael tuvo que soportar la sesión de bromas de ellos durante el resto de la mañana.

Diandra y Aderyn llegaron hacia las diez de la mañana en compañía de Dan, Amy y Elar, y todos se mostraron muy contentos de verlo mejor. Alaric y Armel fueron un poco más tarde y por último aparecieron Eowaz y Garlan. A los pocos minutos de haber llegado Eowaz, los que estaban en la habitación la abandonaron para que ellos pudiesen hablar.

Tal y como lo había prometido, hacia el final de la tarde Iván anunció que se marchaban a casa, de modo que Sam salió para que Mael se vistiese, y cuando estuvo listo marcharon de vuelta a casa.

Una vez que lo dejó instalado en su habitación, se disponía a ir a ver a los niños cuando casi fue derribada por ellos, porque cuando se dirigía a la puerta, ésta se abrió en forma violenta y entraron en tropel los gemelos, Brendan y los visitantes habituales, es decir, Dreo, Vladimir y Lizzy.

  • ¡Padrino!  --  exclamó Brendan
  • ¡Ey!  --  dijo él cuando el chico se subió a la cama  --  ¿Cómo estás, campeón?
  • ¿Dónde estabas?  -- preguntó el chico  --  Te perdiste el cumple de los gemelos
  • Qué trágico  --  dijo Mael en tono irónico
  • Niños con cuidado  --  advirtió Sam al ver que ya todos se habían subido a la cama
  • Tranquila Nena, estoy bien  --  pero en ese momento Lizzy le estaba sujetando el rostro para que la mirase
  • Hola  --  lo saludó
  • ¿Cómo está usted, señorita Elizabeth? ¿Ya aprendió a comportarse en la mesa?
  • Creo que no  --  dijo ella después de pensarlo un poco  --  Eli siempre se enoja conmigo
  • Lizzy  --  dijo Elijah en tono de advertencia
  • ¿Lo ves? Ya va a reñirme de nuevo y no he hecho nada




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