Arzhvael (libro 6. Los Cinco Elementos)

Cap. 17 Sentimientos a prueba

 

La cena parecía estar desarrollándose en calma. Peter conversaba con Iván y con Dan, mientras Anne peleaba con Jonathan y con Gail por los destrozos causados por sus hijos. Pero había seis personas que estaban realmente incómodas. Cinco lograban disimularlo con distintos niveles de éxito, pero una ni siquiera lo intentaba. Anastasia desde un principio manifestó su inconformidad con la presencia de Samantha, y en toda la velada no se había dirigido a ella. Diandra por su parte, que aún no perdonaba el arranque de su cuñada y que no entendía cómo después de que Sam había traído a Aelig a casa, Anastasia aún se mostrara tan resentida con ella, había marcado distancias con la chica.

Sam tampoco entendía la actitud de Anastasia, y menos si tenía en cuenta que con los demás miembros de su familia no se comportaba del mismo modo. Notó también que la chica estaba muy desmejorada, lucía una palidez poco habitual y un aire general de cansancio. Pensó que se debía a que aún no se recuperaba de los acontecimientos recientes.

Kenny se mostraba igual que siempre, cariñoso y amable, aunque lo vio enrojecer en reiteradas oportunidades con la mirada de su esposa. Y Sam se preguntó ¿qué se traerían esos dos?

Giulian por su parte resentía hasta el más mínimo gesto de amabilidad que Kenny tuviera hacia Sam, y no podía evitar sentir un intenso odio cada vez que él la miraba. Sam notó la actitud hosca de Giulian y se preguntaba a qué se debía, si él por lo general era uno de los más bulliciosos.

Samantha al percibir todo ese ambiente de tensión, decidió retirarse temprano pretextando que los niños no debían acostarse tan tarde, y Giulian dio un silencio agradecimiento por ello. De modo que poco después de acabar la cena, anunciaron su partida.

Mael que había sido uno de los otros que no la estaba pasando nada bien al poder percibir la enorme incomodidad de Sam y la razón para ello. No había dejado de mirar a Anastasia y a Kenneth en forma peligrosa, algo de lo que Kenny se percató casi enseguida y se preguntó la razón, mientras que Anastasia tardó un poco más en notarlo, y cuando lo hizo, un frío desagradable recorrió su espina dorsal cuando sus ojos se cruzaron con los de Mael, interpretando correctamente la clara amenaza en ellos, aunque eso solo contribuyó a aumentar su resentimiento hacia Samantha.

Y el sexto individuo que había notado toda la desagradable situación, había sido el silencioso Will, pero a diferencia de Mael, él se había concentrado en Giulian captando con toda claridad el intenso odio con el que miraba a Kenny, y temió seriamente por la integridad física de su hermano.

Aunque Iván había estado conversando con Peter, le había resultado imposible ignorar en primer término a Anastasia cuya mente tenía un soberbio escándalo en contra de Sam. De modo que prestó atención a los demás involucrados, y una vez que vio los violentos pensamientos de Giulian, pensó que las cosas podían ponerse muy mal si seguían por ese camino.

De modo que, en conjunto, y aunque físicamente la cena no había resultado tan agitada como la de los niños, emocionalmente había sido agotadora.

Una vez en casa, y después de dar las buenas noches a sus hijos y asegurarse que al menos la mayoría de ellos se había dormido, Sam decidió enfrentar a su marido y averiguar qué era lo que lo tenía tan molesto.

  • Giulian creo que necesitamos hablar.

Como siempre, estas palabras produjeron en Giulian el malestar habitual, pero se sentó y la miró.

  • ¿Dime qué es lo que te está pasando? Toda la noche estuviste de un humor negro, casi no hablaste, y algo realmente preocupante, casi no tocaste la comida. Así que evita decirme que no te pasa nada.

Giulian pensó que las dos posibilidades que tenía ante sí, eran una peor que la otra. Si le decía que no tenía nada, Sam lo hostigaría hasta sacarle la verdad. Y si le decía la verdad, Sam montaría en cólera. De modo que no sabía por cual decidirse.

  • ¡Giulian Cornwall!  --  gritó la chica al ver que él parecía haberse ido a otro lado  -- Si no me dices ahora mismo lo que quiero saber, te juro que te vas a arrepentir.

Él pensó que probablemente se arrepentiría lo mismo diciéndoselo, pero suspiró con resignación y se dispuso a hablar.

  • Princesa, no puedo explicarte la razón, pero cada vez que Kenneth McKenzie te mira o está cerca de ti, siento deseos de matarlo. Sé que yo soy quien menos moral tiene para decir esto, pero desde que eras una niña, él se sintió atraído por ti, solo que nunca tuvo el valor de decírtelo, por lo que me siento muy agradecido, pero ahora… --  calló al ver la cara de Sam

Su esposa lo miraba con los ojos desorbitados, se había puesto pálida y sintió que las piernas le fallaban, por lo que se sentó en la cama. Por su mente corrían a toda velocidad retazos de información que hasta ese momento habían sido ignorados. Kenny en la escuela, Kenny ofreciéndole su capa para protegerla del frío, Kenny siempre pendiente de ella, Kenny en las vacaciones empeñado en enseñarla a montar en una Glide, Kenny cuando regresó después de una larga ausencia y parecía no querer hablar con nadie más. Pero no podía ser, Kenny amaba a Anastasia. ¡Anastasia! ¿Era por eso que Anastasia la trataba así? ¿Estaría pensando igual que Giulian?  Pero eso era una locura, Kenny era como Jonathan, Aderyn o Diandra, casi un hermano. Unas palabras de Kenny resonaron en su cabeza, “No Sam, Aderyn, Diandra y tal vez Jonathan son como tus hermanos, yo solo soy el hermano de ellos”.  El recuerdo de la voz de NJÖRD, también entró violentamente en su cabeza:“hay otra energía que vibra en el mismo plano que tú, y está muy unida a la tuya”.




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