Dan y Amy estaban muy preocupados. Desde la noche anterior Samantha había empeorado, porque ahora estaba completamente inconsciente. Iván e incluso Danny, habían intentado entrar en sus pensamientos, pero o no los había, o sus esfuerzos fueron en vano. Giulian estaba al borde del colapso, se había pasado toda la noche despierto esperando que amaneciera para ir a buscar a Sam y durante todo el día estuvo encerrado en la habitación con ella esperando que abriera los ojos. Salió unas pocas veces y solo para ver a los niños.
Mael había llegado en la madrugada sorprendiéndolos a todos, porque había marchado a Noruega solo un par de días antes y no tenía previsto volver de forma inmediata. Sin embargo, en cuanto sintió que Sam estaba mal, volvió a toda prisa
Iván y Dan se miraron con cierta consternación y pensando en cómo decírselo, porque darle la información de por qué Sam estaba como estaba sin explicarle que todo era parte del trabajo que estaban haciendo, era sentenciar a Giulian. De modo que, de la manera más veloz y sucinta, le dijeron lo que habían estado haciendo y luego lo que Sam había visto. Él no dijo nada y abandonó el salón rumbo a la habitación de Sam, y aunque seguía furioso, Iván y Dan podían estar razonablemente seguros que no mataría a Giulian.
Mael entró e ignorando a Giulian, se fue derecho hacia la cama y sentándose en el borde la misma, sujetó una mano de Sam. Pero, así como los demás no tenían ni la más peregrina idea de lo que en realidad estaba sucediendo, Mael supo enseguida que ella no estaba allí. La consciencia de Sam había abandonado su cuerpo y estaba muy ocupada en otras cosas. De ahí la razón de que nadie pudiese acceder a ella.
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A Sam le pareció que despertaba de un sueño. Se encontraba en el salón de la cueva con los señores de los elementos. ¿Y qué hago aquí?, se preguntó a sí misma.
Un momento, se dijo, normalmente es NJÖRD o AEGIR, quienes contestan a lo que estoy pensando.
Sam miró a todos lados y luego a sí misma. Lo que vio de su cuerpo parecía una sustancia de consistencia indefinida como una especie de destello de luz. Una vez que pasó la sorpresa, volvió a hablar.
De todos los seres que había conocido en esta dimensión, éste era el único, que podía decir que tenía el mismo aspecto de un ser humano, solo que su cuerpo se veía igual que el suyo en este momento.
Cuando el elemental estuvo lo bastante cerca, le hizo una reverencia y le sonrió.
Sam tuvo consciencia de dos cosas: la primera, que sentía mucha vergüenza por haber demostrado tan abiertamente su sorpresa sin tener en cuenta que podía parecer grosera, y la segunda, que aquel elemental le recordaba dolorosamente a su esposo. Era alto, de cabellos oscuros, ojos claros, que fácilmente podía imaginar azules, y una sonrisa encantadora.
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Editado: 29.01.2023